jueves, 22 de octubre de 2009

UN ZORRO EN EL CIELO



La Constelación Oscura del Atoq (Atuq)

Parece que desde siempre, en la concepción mágica del mundo andino, hubo un zorro (Atoq) que protagonizaba un rol destacado en la relación del hombre con el Cosmos.
Rara es la leyenda, fábula o cuento donde no esté involucrado este personaje de la fauna andina. Y es que el Atoq ha sido conocido desde hace mucho tiempo en el mito andino como un animal controvertido y ambivalente; una veces es el colaborador amigo, el confidente o el audaz e intuitivo emprendedor de osadas y bizarras empresas, y en otras se le pinta como el villano, el socio ambiguo, el embaucador y hasta el pérfido traidor.
Hay quienes dicen que el Atoq desempeña una misión elevada dentro del Hatun Mayu o Río Celestial ( La Vía Láctea) y que actúa como un conector de mundos (R. Sanchez Garrafa) y otros que le dan un rol dentro de la creación de las plantas alimenticias en los inicios del mundo (E. Romero Best), según las tradiciones que perviven en los Andes.

Desde nuestra perspectiva astronómica centraremos nuestro interés por conocer su ubicación en la esfera celeste y luego su rol dentro de la Cosmogonía Inka. Nuestras pesquisas etnográficas nos llevaron, hace mucho tiempo, a ubicar a este esquivo personaje dentro de las llamadas “Constelaciones Oscuras” ( Ver artículos anteriores en “Entradas Antiguas” al pie de este Blog).

Dicen los conocedores del cielo andino que el Atoq es una mancha oscura que está cerca de la cría ( Uña Llama) de la gran Llama Sideral ( Yakana, Qatachillay, Hatun Llama o Yana Llama), también se dice que está a “tiro de piedra” del Michiq o Pastor (otra constelación oscura) quien debe proteger a las llamas del cielo.
En términos astronómicos estamos hablando de aquellas porciones de gas y polvo cósmico presentes dentro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, y que aparentemente semejas espacios vacíos. Estas nubes oscuras perfilan las imágenes de los animales mitologizados que pueblan en el gran río celestial. Precisamente el Atoq se ubica en la zona del cielo que corresponde a las estrellas de la cola de la constelación occidental del Escorpión.
Para los que conocen algo de cartografía celeste les diremos la ubicación exacta mediante coordenadas:
Ascención Recta (AR) = 17h. 20m. y Declinación(DEC)= -34º para señalar en punto central de la zona oscura que representa la figura del Atoq.
Para ubicarlo visualmente durante su observación hay que buscarlo muy cerca de las estrellas λ y υ (Lambda y Upsilon) que forman el “aguijón” de la Constelación del Escorpión. Desde allí hacia el N-E de este dúo estelar se podrá apreciar la mancha que corresponde al Atoq.

Sin embargo, hay quienes afirman (W. Sullivan) que el Atoq es más grande y se halla ubicado más al oriente colocándolo en AR=19h 20m y DEC= de +5º a -5º dentro de la línea del Ecuador Galáctico. En su libro “El Secreto de los Incas”, W. Sullivan nos muestra al zorro como al gran personaje del cielo; el protagonista del anuncio del Diluvio Universal en tiempos casi míticos y el fin de una era que produjo la desaparición o desincronización del alineamiento del Sol y la Galaxia. Sin duda, un apasionante relato y un estudio que debería suscitar mayor interés e investigación.

Desde nuestra posición discrepamos con la ubicación que señala W. Sullivan en esas coordenadas; según nuestros estudios, allí está ubicado el Kuntur (Cóndor) y no el zorro. El Kuntur, de acuerdo a numerosos relatos, es el “confidente” del Sol, es su más inmediato auxiliar pues sus poderosas alas le permiten, más que cualquier otro ser alado, elevarse hasta las “proximidades” del dios Sol y ello le confiere una posición extraordinaria para ser el depositario de tan elevado cargo.

Volviendo al Atoq, independientemente de cualquiera de las posiciones citadas, veremos sus probables vínculos con la Cosmología Inka.
El primero de ellos se refiere a fábulas que relatan las incursiones del zorro en el “olimpo” de los dioses andinos; unas veces tratando de alcanzar la Luna de quien se enamoró y por problemas de relación terminó convertido en las manchas oscuras que se observan en la faz lunar. Sobre esta fábula se conoce muchas versiones pero todas apuntan a una relación sentimental zorro-Luna con diferentes detalles y connotaciones.

En otros relatos (de los más conocidos) el zorro viaja al cielo en compañía del sapo y del cóndor para asistir a un evento social donde luego de comer y beber en abundancia intenta el retorno a la Tierra. Por desavenencias con el cóndor a causa de sus villanías es soltado en pleno vuelo de descenso a la Tierra cayendo estrepitosamente al suelo desparramando todo lo ingerido en la fiesta. De allí, dicen las fábulas, se originaron las plantas que cultiva el hombre andino. Aquí también tenemos que remarcar la función activa el zorro : Su audacia, su astucia incomparable, viveza e inteligencia dentro del ecosistema del poblador andino lo ha llevado a ser considerado un personaje importante y conspicuo.

Así ha quedado perennizado en el cielo, en forma de una constelación oscura, la figura del zorro y recuperado ahora para el enriquecimiento de la cultura viva andina. En esa quijotesca tarea estamos.

miércoles, 21 de octubre de 2009

ORION, La Chakana Mayor o Ritual

ORION : La Chakana Mayor o Ritual

Indiscutiblemente, una de las constelaciones brillantes más significativas de la Astronomía Inka fue la que hoy, en la astronomía moderna, se conoce con el nombre de Orión, el Cazador Celestial, y que en tiempo del inkanato se debía haber denominado como la Chakana Mayor o Ritual; o simplemente como la chakana más importante del cielo. Veamos por qué.

Una consecuencia del estudio del conocido dibujo hecho por nuestro cronista indio Juan de Santacruz Pachacuti Yamqui Salqamaywa (JPYS) fue la comprobación de que los Inkas observaban en el cielo nocturno varias chakanas formadas por estrellas brillantes y las que probablemente tenían interpretaciones o significados diferentes conforme se desprende de las investigaciones actuales. Entre ellos, sin duda, las más importante habría sido la que se ubica en el actual Orión y para ello tenemos una amplia explicación que a continuación se expone.
La primera y más importante razón lo constituye su ubicación en la esfera celeste. La Chakana Mayor o Ritual (Orión) se posiciona casi exactamente al centro de los dos hemisferios celestes; cruza , durante su aparente desplazamiento , por encima del Qosqo por el eje Este-Oeste del cielo nocturno que es visible desde nuestra latitud geográfica.
Salía en tiempo de los Inkas exactamente por el Este y se ponía, con igual precisión, por el Oeste. La comprobación de este hecho se hizo en el Observatorio Estelar de Muyuqmarka, en Saqsaywaman, Cusco.

En su culminación superior Orión coincide con el Solsticio de Verano (22 de Diciembre) y en el Equinoccio de Otoño (21 de Marzo), al anochecer, brilla exactamente en el cenit del Qosqo constituyéndose no solo en el signo estelar mejor visto en el cielo sino en un mapa geo-estelar increíble : En efecto, sus cuatro estrellas que enmarcan al cinturón (Las Tres Marías) a manera de un gran cuadrilátero, señalan a cada uno de los cuatro “suyus” o regiones del Tawantinsuyu.
Para hacer la explicación más completa debo advertir que la idea de dividir los cuatro suyus en forma de una cruz, con cuatro partes proporcionales no es verdadera y conlleva una gran equivocación. Analizando la geografía y el mapa político del inkanato, reconstruido por investigadores modernos, veremos que las cuatro regiones no eran iguales en tamaño ni estaban ubicados exactamente hacia los cuatro puntos cardinales. Su distribución no tenía la forma de una cruz sino más bien a manera de una letra equis (“X”) alargada en los extremos superior e inferior y apuntaban mas bien a puntos llamados intercardinales.
Nuestro cronista JPYS ubica a este grupo estelar en la parte más alta de su gráfico; sin embargo, la disposición de las estrellas que dibujó forman una cruz católica, armoniosamente distribuido y no corresponde a ningún asterismo identificable en el cielo. En suma, no existe una constelación de esa forma.
Pareciera que lo hizo adrede, tal vez para complacer y convencer a la censura eclesiástica de que él reconocía a la cruz católica por encima de toda la simbología de la cosmogonía andina y que de esa manera pudiera hacer posible su edición. Además, en toda su obra, nuestro cronista se muestra como un ejemplo de indio evangelizado y fiel a la corona, confundiendo y mezclando términos y conceptos andinos con los impuestos por la religión católica.

Al costado izquierdo del gráfico de JPYS se ve un pequeño dibujo agregado (tal vez hecho a propósito) para explicar mejor el dibujo principal. Allí se ve un grupo de estrellas que inequívocamente representan a la constelación de Orión con sus cinco estrellas más brillantes. Tal vez porque era conciente del error que demostraba con el símbolo estelar ubicado en la parte más alta del dibujo o tal vez para dejarnos un mensaje subliminal que alguien pudiera interpretarlo.
¿Qué motivos tendrían los que diseñaron los elementos gráficos del llamado “altar” que dibujó JPYS parta ubicar a este grupo de estrellas en el punto más alto?
Creo firmemente que cualquier investigación seria nos llevaría a verificar la ubicación de Orión en el cielo y su cercanía a la eclíptica (“El camino del Sol”) para explicar que tiene la posición celeste más importante donde se ubicaría Wiraqocha.
El dios supremo de los Inkas, al igual que el de otras culturas avanzadas del planeta, era ubicado en lo más alto de las categorías y niveles alcanzables, las que traducidas a un escenario geográfico nos harían ver el cielo observable y su punto más elevado, el cenit. Por allí pasa, desde la perspectiva visual del Qosqo, la constelación de Orión.

El segundo aspecto que tocaremos es el referido a las evidencias históricas y etnográficas que respaldan lo que afirmamos. Según el investigador Gregorio Loza-Balsa, en la astronomía aymara se reconoce a la constelación de Chaka Silthu (Orión) como el punto de unión entre los hemisferios celestes y dice : “…una de las bases reside en la denominación del cinto de la constelación de Orión, que en aymara se denomina Chaka Silthu popularmente conocida como las “Tres Marías”. Etimología : Chaka = puente, Silthuna = verbo ensartar, Silthu = ensarta, significa “Puente que Ensarta”. Surge la pregunta : ¿Qué une este puente? Hasta el año 1000 AD la línea ecuatorial celeste= Jana T’akka pasaba por la estrella central de esta parte de la Constelación, se puede interpretar como la línea que divide el espacio sideral en dos partes; Jana = espacio sideral, T’akka= que corta o rompe”.
En el mundo quechua también se conoce este grupo estelar por un nombre parecido: Chakana, que deriva de “chaka” o “chakay” y tiene varios significados: Puente, escalera, escalón, unión, sumar, sacar cuentas, cruzar palos, cumbrera, pierna, etc.
El aporte de Loza- Balsa no solo explica lo descrito en la primera parte de la fundamentación sino que refuerza la idea de que un símbolo tan importante y poderoso como la chakana solo puede estar ubicado, a nivel astronómico, en el cenit del cielo, lugar donde todas las culturas ponen a la divinidad y los más altos símbolos de la religiosidad.
Los Inkas consideraron a este signo celestial como un “puente” que permite atravesar el gran río celestial, el Hatun Mayu (la Vía Láctea, nuestra galaxia) después que el hombre trasciende en espíritu luego de la muerte. En otros casos se considera, de modo paralelo, como una “escalera” que permitiría el acceso al Hanan Pacha o la morada de los dioses. Algunos sacerdotes andinos guardan todavía estas ideas de modo muy impreciso o vago y generalmente explicado a través de mitos sincretizados o deliberadamente tergiversados a través del tiempo.

Volviendo al dibujo de JPYS queda por dilucidar la forma circular u ovoide que representaría al “Apu Kon Titi Illa Teqsi Wiraqocha Pachayachachiq” posible nombre completo de la divinidad quechua y que todavía hoy se discute. Es que su explicación es motivo de controversia por que no existe una cabal y completa información al respecto y los investigadores no encuentran una unidad de criterio ni el consenso que debería existir.
Mi propuesta personal es que se trata de una “puerta” de acceso al Hanan Pacha y la forma circular u ovoidal correspondería a la que tienen las cuevas o paqarinas de los Inkas, pues eran las primitivas y naturales puertas por donde salieron los míticos fundadores del inkario. La idea no contradice a nadie y solo busca una explicación lógica y coherente.
Finalmente afirmo que esta chakana era “ritual” porque allí estaba representado el dios invisible de los Inkas (Wiraqocha) y al que habrían dedicado especiales ceremonias de adoración. No en vano el templo más emblemático de Wiraqocha ( de los que todavía quedan vestigios) haya sido construido en Raqchi, lugar próximo al mítico Willkan Uta o Casa del Sol, en aymara antiguo, origen y punto de partida de la etnia que refundó el Qosqo y que coincidentemente queda al Este, lugar de salida de la Constelación de la Chakana (Orión).

¿Y la Cruz del Sur?, ¿También es una Chakana? Claro que sí, JPYS en su célebre dibujo nos muestra unos “cruceros” de estrellas y las denomina “chakana en general”. Una de ellas era la chakana de los agricultores, la chakana se señala el polo sur celeste y la que rige los períodos agro-climatológicos: Esa es la llamada Cruz del Sur y de la que trataremos en un artículo próximo.