Enfoques y Métodos de la Arqueoastronomía (2da.Parte)
La arqueoastronomía no surgió con un solo criterio del que compartieran todos sus seguidores. Desde el principio hubo diferencias de opinión (enfoques), metodologías de trabajo, interpretación, etc. sobre los trabajos que se venían haciendo.
En 1981, con motivo de la primera reunión mundial para integrar a los estudiosos de esta nueva disciplina, en Oxford, Inglaterra, surgieron las primeras diferencias que no pudieron ser superadas a través de los años siguientes.
Tanto los investigadores europeos como los americanos tenían sus diferencias casi irreconciliables. Al publicarse los trabajos del evento en dos volúmenes se creó, sin quererlo, los dos enfoques más conocidos y que correspondían a las posiciones de cada grupo: Astronomía Brown (marrón) y Astronomía Green (verde); en realidad, el color de la tapa de cada volumen condujo a la creación de tales nombres.
Los “marrones” eran los americanos quienes en sus trabajos, además de reunir información sobre alineamientos astronómicos incluían elementos de arqueología, etnografía y etnohistoria. Por su parte, los “verdes” que representaban a los europeos, usaban metodologías basadas en rigurosos análisis estadísticos y mediciones exactas para determinar si los lugares estudiados era fruto de la casualidad o representaban una intencionalidad de los pueblos que los construyeron.
Por un buen tiempo se criticaron mutuamente hasta que sus enfoques, luego de recibir nuevas influencias y opiniones de nuevos estudiosos, así como debates en foros especializados a nivel internacional, los han llevado a morigerar sus posiciones y a buscar un consenso al que actualmente se intenta llegar.
Por otra parte se habla también de “escuelas” dentro de la arqueoastronomía. Dice el estudioso mexicano Juan D. Morales al respecto, que una de las escuelas podría llamarse “orientacionista”, debido a que se privilegia, como único objetivo, la observación y medición de las orientaciones de los lugares estudiados en determinadas épocas del año; sean éstos, solsticios o equinoccios, las orientaciones con las posiciones del Sol, la Luna, las estrellas, las constelaciones, etc. en fechas específicas.
La otra escuela es llamada por Morales como “global” que incluye su estudio a la mitología, el arte y los rituales que aún perviven en algunos pueblos como herencia de sus antepasados. Todo ello desde una perspectiva astronómica.
Actualmente la mayoría de los estudiosos trabajan con una visión más integradora debido a que ninguna escuela sola puede explicar a cabalidad todo lo que se puede saber de un lugar estudiado. Había la necesidad de mirar “todas las direcciones y perspectivas”.
La investigación astronómica, como dijimos antes, es multidisciplinaria porque concurren en sus estudios muchas disciplinas que prestan sus métodos y su recursos para un logro eficaz. Los arqueoastrónomos usan varias herramientas para lograr sus propósitos: Desde simples brújulas y mapas hasta teodolitos, estaciones totales, GPS, así como programas de simulación astronómica virtual.
Juan D. Morales analiza la metodología que usa un arqueoastrónomo, la que atraviesa por tres etapas:
1. Trabajo Previo: Empieza con la selección del lugar donde haya evidencia arqueoastronómica. Luego seguirá la búsqueda de información histórica, arqueológica y antropológica del lugar elegido. Finalmente la planificación del trabajo cuyos detalles apuntarán al aprovechamiento máximo de la información que se pueda obtener.
2. Trabajo de Campo: Será la verificación, en el lugar elegido, de los alineamientos o características del lugar que nos lleven a hacer comprobaciones. Esta etapa, tal vez la más larga y tediosa, será la de observar en los tiempos y horas más adecuadas, las posiciones de orto y ocaso del Sol, la Luna o las estrellas, para determinar las particularidades del lugar estudiado en su relación con los objetos celestes. Existen diversas técnicas para lograr este propósito que en gran parte depende del equipamiento que se pueda utilizar. El objetivo de este trabajo será el de obtener la mayor y mejor información posible apoyada en pruebas estadísticas, fotografías, planos, croquis, etc. que sirvan para demostrar la hipótesis planteada.
3. Análisis y Síntesis de la Información: En base a la recopilación hecha en la investigación de campo, se procede a la reducción de datos; es decir, a procesar los datos y contrastar con las hipótesis que se habían planteado. De aquí saldrán los resultados que luego se podrán exponer o publicar para el conocimiento del público en general.
Así es como se hace un trabajo científico y responsable que puede ser validado, corregido o rechazado según se hagan más trabajos posteriores.
Algo básico y muy necesario para emprender un trabajo de arqueoastronomía es conocer la Astronomía Posicional. Se trata de estudiar y practicar la astronomía observacional tanto a simple vista como con el uso de instrumentos. Conocer los posicionamientos en el cielo del Sol, la Luna y las estrellas; saber de las particularidades de sus movimientos, conoce los sistemas de coordenadas, tener la capacidad de reconocer puntos sobre el horizonte y diferenciar los objetos visibles en el cielo nocturno. Saber utilizar instrumentos básicos como la brújula, el telescopio, un cuadrante, un GPS, etc. serán muy importantes para el logro de cualquier propósito investigatorio en esta disciplina.
Hoy en día, y gracias al Internet, tenemos la posibilidad de acceder gratuita e irrestrictamente a numerosas páginas que nos ayudarán a dilucidar cualquier duda así como brindarnos todo nivel de información, desde simples conceptos básicos hasta métodos avanzados para capacitarnos y lograr eficientes trabajos de arqueoastronomía.
Referencias: www.arqueoastronomia.org/ y otras páginas en la web.
lunes, 17 de enero de 2011
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