K’uychi : El Arco Iris
Cuando Garcilaso describe los ambientes del templo del Qorikancha dice, con respecto al Arco Iris, lo siguiente: “…Otro aposento, que era el cuarto, dedicaron al arco del cielo, porque alcanzaron que procedía del Sol, y por ende lo tomaron los Reyes Incas por divisa y blasón, porque se jactaban de descender del Sol. Este aposento estaba todo guarnecido de oro. Es un lienzo dél, sobre las planchas de oro, tenían pintado muy al natural el arco del cielo, tan grande que tomaba de una pared a otra con todos sus colores al vivo. Llaman al arco cuychu y, con tenerla en esta veneración, cuando le veían en el aire cerraban la boca y ponían la mano delante, porque decían que si le descubrían los dientes los gastaba y empobrecía”. “Los Comentarios Reales de los Incas” Cap.XXI, Libro Tercero. (el subrayado es nuestro)
Como primera aclaración diremos que la palabra utilizada por Garcilaso “cuychu” como nombre quechua para el arco iris es incorrecta. Los diccionarios quechuas lo registran como “Cuychi” ( K’uychi, según las normas actuales de la Academia de la lengua Quechua). A esto se suma el trabajo etnográfico en comunidades quechua-hablante en los cuales dicen unánimemente “k’uychi” y no existen otras versiones.
Dentro de la Astronomía Inka, el arco iris constituye el fenómeno celeste más cercano al hombre porque es ubicable en el aire, en el ámbito próximo a la vida humana; y sin embargo “intocable”, solo perceptible con la vista. De allí su carácter místico y extraordinario. Nadie puede “tocar” el arco iris porque tiene una naturaleza diferente, etérea, ilusoria y sin embargo visible.
El otro factor astronómico lo constituye su relación con el Sol pues no existe el arco iris sin la presencia del Sol. La descomposición de la luz solar en la húmeda atmósfera , luego de una lluvia, produce este fenómeno óptico y meteorológico de refracción. Esta conexión cósmica fue conocida por nuestros antepasados al punto de convertir al K’uychi en divinidad y usarla luego como símbolo o blasón. La belleza única que posee el arco iris continúa fascinando a la humanidad y todavía en la actualidad es el fenómeno favorito cuando se quiere expresar admiración por la hermosura de la naturaleza.
Un detalle interesante para observar es que el poblador andino moderno todavía no ha desterrado de su pensamiento el carácter “mágico y supersticioso” de este fenómeno aún cuando la ciencia y las pruebas empíricas han demostrado la inocuidad del arco iris. Todavía recuerdo, hace algunos años, haber visto en la Comunidad de Conchacalla (Anta, Cusco) a una anciana que al ver un hermoso arco iris se tapó la boca con las dos manos en señal de protección para evitar la pérdida de sus dientes, que según ella, era causada por el K’uychi. Gary Urton, durante sus investigaciones en la Comunidad de Misminay (Maras, Urubamba), halló interpretaciones y asociaciones del arco iris con supersticiones de naturaleza malévola para la salud de las personas y aún vigentes en el ámbito rural.
El poder místico del K’uychi, dentro del mundo esotérico andino, sigue vivo. Tan es así que su influencia en la antigua numerología medieval de occidente, trasplantada e impuesta luego a la mentalidad andina, ha generado en el tiempo un cierto “culto” por el número siete. En general se piensa que el arco iris tiene solo siete colores; sin embargo, eso no es más que una ilusión óptica . En realidad, los colores refractados por el arco iris se fusionan y combinan generando una variedad tan grande de tonalidades que superan al “mágico” número siete. Pachacuti Yamqui Salqamaywa, en su célebre gráfico del presunto altar del Qorikancha dibujó un arco iris con solo cuatro líneas puestas en arco y hay quienes dicen que “es el más fiable documento de información astronómica Inka”, ¿Dónde quedó el siete?
G. Urton, anota al respecto con precisión : “…Sin embargo, no existe certeza alguna de que los quechuas-hablantes actuales compartan esta idea respecto a la utilidad cosmológica del número siete ni que tampoco lo hayan hecho los incas en épocas precolombinas”.
En la cosmología del inkanato el K’uychi esta asociado con la serpiente, en especial con el Amaru, aquél gigantesco ofidio bicéfalo mítico que aparece representado en la cerámica y que era tan venerado en todo el continente. El K’uychi emerge de los “pukyus” (manantes o fuentes de agua) y se relaciona con la época lluviosa en los Andes ( Noviembre a Abril) y la presencia del arco iris especialmente en las tardes lluviosas antes de la puesta del Sol. Se dice que sus dos cabezas están sumergidas en los manantes y su cuerpo arqueado se torna colorido dominando el horizonte y ocupando grandes espacios del cielo. Es ocasiones se ven dos y hasta tres arco iris simultáneamente constituyéndose en un fenómeno muy raro e impresionante.
Curiosamente, en Australia se han recogido mitos que se asemejan mucho con la versión andina del K’uychi. Para los habitantes del pueblo de Gunwinggu el arco iris se llama “Ngalyod”, dicen que surgió de una fuente de agua y al ponerse en el cielo iluminó y coloreó el paisaje. Los chamanes u hombres de gran sabiduría obtienen sus poderes del arco iris que manipulan por medio de cristales de cuarzo. El Chinchero (Urubamba, Cusco) también oí decir que los paqos y altomisayoq (sacerdotes andinos) toman ciertas energías del arco iris para manejar las energías ycumplir su trabajo como mediadores entre el mundo de los humanos y el mundo sobrenatural.
En todas las culturas del planeta se encuentran leyendas y mitos sobre el arco iris muy parecidos a las de nuestra cultura, y coinciden en un detalle: Todas son generadas por la lluvia en asociación con la luz del Sol.
Bibliografía: Gary Urton, "En el cruce de rumbos del Cielo y la Tierra" Edit. CBC, Cusco, 2006.
Foto: Oscar Reixa
jueves, 26 de noviembre de 2009
sábado, 21 de noviembre de 2009
Qoyllur y Ch'aska : ¿Son sinónimos?
Qoyllur y Ch’aska : Confundiendo Vocablos
Pregúntele a cualquier poblador de la región andina que sepa, obviamente, algo del idioma quechua, qué se dice “estrella” en su idioma nativo y seguramente le responderá: “ch’aska”, otro le dirá “también se dice qoyllur” como confirmando un sinónimo. Así, usted se quedará con la duda, ¿Es ch’aska o qoyllur? o ¿Tal vez ambos?
Para las personas que conocen el idioma quechua (qheshwa) de manera superficial (constituyen la mayoría) se les hace difícil creer que hay una diferencia entre tales vocablos que aparentemente parecen traducir la palabra castellana “estrella”.
Para aclarar mejor las cosas diremos que en el Cusco todavía se escucha antiguas canciones y piropos galantes que en su letra contienen la conocida frase “ch’aska ñawi” traducida erróneamente como “ojos de estrellas” u “ojos como estrellas” para resaltar figurativamente y comparar con el brillo del planeta Venus o el de una “estrella” los ojos de una persona o el reconocimiento de unos bellos ojos como el rasgo más destacado del rostro, especialmente cuando se trata de niños o mujeres jóvenes.
Sin embargo, habremos de notar que ambas palabras, aparentemente similares, se refieren propiamente a objetos celestiales diferentes pero a su vez parecidos en algunos detalles. Explicaremos.
Los planetas visibles en el cielo nocturno se asemejan y confunden con cualquier estrella brillante porque aparentemente ambos fulguran con intensidad. Solo un adiestrado observador se dará cuenta, en principio, que los planetas tienen un brillo continuo frente a las estrellas que titilan intermitentemente.
Para ejemplificar mejor tomemos el caso del planeta Marte (Awqayuq, en quechua); cuando este planeta por efectos de su recorrido orbital está alejado de la Tierra, su brillo llega a ser tan débil que las estrellas más brillantes del cielo virtualmente “opacan” a Marte relegándolo y confundiéndolo con una estrella común y corriente. Pero en los años en que Marte se acerca a la Tierra su brillo se incrementa de tal manera que supera hasta a las estrellas más brillantes destacando nítidamente en el cielo por su gran tamaño, brillo y color rojizo. Otro tanto ocurre con los planetas Júpiter y Saturno cada cierto número de años. Pero sin duda, el factor más importante que permite diferenciar a “ch’aska” de “qoyllur” son sus movimientos en el cielo. En efecto, para cualquier observador acucioso no pasa desapercibido este detalle. Observando cada cierto tiempo el cielo se dará cuenta que algunas “estrellas” (en realidad, planetas) se han desplazado del lugar donde antes fueron observadas ocupando una nueva ubicación contra el fondo estelar. No están inmóviles como las demás estrellas. Eso mismo observaban los antiguos griegos y por eso les apodaron “planetai” que significa “errantes”; de allí el nombre actual de planetas.
Por eso, en el mundo andino, se denomina “qoyllur” a todas las estrellas “fijas” o que aparentemente nunca se mueven de su estable ubicación en la bóveda celeste y que agrupadas constituyen las llamadas constelaciones brillantes.
Caso diferente es el del planeta Venus (Ch’aska) que por su intenso brillo (es el objeto más brillante del cielo después del Sol y de la Luna) tiene su propia categoría y nombre. Recordemos que en la antigüedad el concepto de “planeta” no era el mismo que manejamos hoy. No sabían nuestros antepasados que los planetas eran mundos parecidos al nuestro; sin luz propia y que solo brillan reflejando la luz del Sol, que eran más grandes o más pequeños que la Tierra, etc. Para ellos simplemente eran “estrellas que se movían” y eso marcaba la diferencia.
Venus se mueve más rápido que Júpiter y Saturno (exceptuando al elusivo Mercurio que solo aparece esporádicamente cerca del horizonte, por unos pocos días y cuyo brillo nunca es muy apreciable), es tan brillante que parece despedir rayos y de allí proviene su nombre en quechua “Ch’aska” que significa “cabello erizado, crespo, revuelto, chascoso” haciendo referencia simbólica a un astro fulgurante parecido al Sol pero en escala mucho menor. Algunos cronistas lo han registrado como “Ch’aska Qoyllur” para aclarar que se trata de una “estrella” especial que se mueve y que tiene rayos muy brillantes.
Concluyendo, tenemos que decir entonces Ch’aska es el nombre de un planeta observable cerca del Sol ya sea al amanecer a al atardecer y que en el pensamiento andino pre-colombino era el ayudante principal o sirviente del Sol, mientas que el vocablo Qoyllur es aplicable a todas las estrellas fijas o inmóviles en general que brillan en el firmamento nocturno sean estas brillantes o débiles.
Con el paso del tiempo, la imposición cultural del invasor y el conocimiento de la astronomía occidental se fueron perdiendo muchos términos astronómicos quechuas los que inexorablemente cayeron en desuso. De allí proviene el sistemático olvido, equívoco o confusión en que incurren aún los propios quechua hablantes actuales.
domingo, 8 de noviembre de 2009
La CRUZ en la ASTRONOMIA INKA
LA CRUZ EN LA ASTRONOMIA INKA
Es muy difícil saber en la actualidad, luego de casi 500 años, cuántos cambios ha producido la invasión española en la mentalidad del hombre andino. El desarrollo independiente y original en ideología y valores que identificaba a nuestra cultura matriz, al ser violentamente transformado por la fuerza de las armas, la astucia y el prejuicio de la “superioridad hispana”, no pudo ser totalmente vencido ni sojuzgado. Quedó dentro del espíritu del andino una llama inapagable de conciencia autónoma ligada a sus creencias y su modo de organización socio-económica.
Su cosmovisión se vio tan afectada que hoy, con su fuerte carga de sincretismo, revela un mundo aparentemente confuso y llena de inexplicables mezclas e interpretaciones poco ortodoxas. En mis entrevistas con investigadores de la Cosmogonía Andina me encontré con un sentimiento común. Todos habían encontrado una realidad que se repite en toda la región; un enredo de conceptos religiosos y filosóficos del mundo occidental y cristiano sobrepuestos a los de la cultura andina y que englobaba muchos aspectos: Astronomía, religión, cosmogonía, organización social y política , etc. casi imposibles de ser comprendidos a cabalidad.
Dentro de ese panorama está inmerso uno de los símbolos astronómicos más enigmáticos: La que en occidente conocemos como la Cruz del Sur, identificado erróneamente por algunos como la Chakana y otras “cruces” que el hombre andino ve en el cielo.
Las “cruces” de la astronomía inka parecen haber tenido ciertos niveles o categorías y por eso el cronista indio Juan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui Salqamaywa, en su conocido gráfico, puso “chacana en general” para aludir no solamente a la conocida Cruz del Sur ( si es que de verdad es ésa o no) sino a muchas otras que fácilmente se encuentran en el cielo.
El concepto que se manejaba en la antigüedad probablemente era la idea de dos líneas o ejes cruzados que forman una “chaka” ( puente, escalón, escalera, cruce de dos palos, ensartar, juntar partes, etc., entre sus muchos sinónimos) era, sin duda, una señal o símbolo importante y del que ha quedado muy poca información. Sin embargo, por información obtenida en comunidades indígenas se sabe que todo “cruce” de líneas, caminos, circunstancias, etc. lleva a un “Tinku” o reunión; en el caso de los tejidos, las uniones de figuras o diseños llevan a un punto de unión o “watay” que es otro tipo de unión o amarre. De allí que las figuras celestiales que semejan cruces de líneas formados por estrellas serían de singular importancia para interpretar los puntos de unión, confluencia o amarre en el mundo estelar. No sabemos más y todo lo que se diga será simple conjetura, opinión o hipótesis.
El término “chakana” que simboliza muchas cosas, ha sido tratado por muchos estudiosos del pensamiento andino al extremo que se han formulado tan cantidad de hipótesis e interpretaciones que ahora es muy difícil saber quién tiene el planteamiento correcto y quién el equivocado. Basta con buscar la palabra “chakana” en el Internet o en cualquier libro que trate de la cosmología andina para comprobar lo expresado líneas arriba.
Haciendo algo de historia veremos que el término en cuestión aparece asociado con la Cruz del Sur (H. Urteaga, 1913) y después otros hasta llegar a los años 80 cuando el Arq. Carlos Milla V. en su libro “Génesis de la Cultura Andina” nos entregó una interpretación muy personal y bastante discutible que, por haber sido un estudio pionero, caló hondo en muchos lectores e investigadores.
Pero, en realidad, ¿La Cruz del Sur es la Chakana?
De acuerdo con los estudios modernos de investigadores bolivianos de la astronomía aymara y los muchos extranjeros (norteamericanos y europeos) que han escrito sobre la Astronomía Inka, debemos manifestar que no hay razones convincentes para avalar la tesis de Milla Villena. En un artículo anterior de este Blog ya se había advertido una inexactitud ( Ver el artículo: La Cruz del Sur:¿Representa la Proporción Sagrada Andina?) la que fue también comprobada por astrónomos profesionales de muchas latitudes. En efecto, no hay una prueba “científica” de que la Cruz del Sur represente la llamada “Proporción Sagrada” a la que alude el Arq. Carlos Milla (Fundamento básico de su obra) ni sea tampoco la Chakana.
La Chakana, desde nuestra perspectiva, es el gran símbolo andino que representa muchas manifestaciones de la ideología ancestral pre colombina pero que sin embargo no ha quedado de ello sino pálidos vestigios mitificados o sincretizados por la influencia del invasor luego de casi cinco siglos. Las interpretaciones modernas, creemos, han sido manipuladas y antojadizamente tratadas según el interés político u orientación ideológica de sus divulgadores. De allí que resulta tarea difícil hablar de este enigmático signo ancestral sin caer en error.
Por eso, decir que la Cruz del Sur es la Chakana nos parece un exceso, mucho más teniendo en cuenta que la constelación occidental de Orión, también asociada a la Chakana en el mundo aymara, tiene todos los merecimientos parta representar este símbolo si es que deseamos identificarlo con una constelación del cielo.(Ver el artículo : Orión, la Chakana Mayor o Ritual)
Y aquí no queda todo. Debemos mostrar todas las demás “cruces” o “chakana en general” que se observan en el cielo.
Gary Urton ha hecho un trabajo interesante al respecto y nosotros hemos agregado algunos datos a este estudio. Así, tenemos que en el cielo, luego de un largo proceso de sincretismo, el hombre andino “ve” muchas “cruces”; a saber:
1. Huch’uy Cruz o Lluthu Cruz = Cruz del Sur
2. Falsa Cruz = No lejos de la Cruz del Sur y formada por las estrellas κ (kappa) y δ (delta) Velorum; ι (iota) y ε (epsilon) Carinae.
3. Chaupi Cruz o Hatun Cruz = Orión
4. Hatun Cruz = Formado por las estrellas Achernar, α (alfa) Eridano; Fomalhauth, α (alfa) Piscis Austrinus; Al Nair, α (alfa) Grus y Peacock, α (alfa) Pavo.
5. Uma Cruz = Cisne, en el cielo boreal ( se llama también Cruz invertida o “de cabeza”)
6. “Linun Cruz” o Cruz Calvario = Formado por las estrellas σ (sigma), β (beta), δ (delta), π (pi) y ρ (rho) del Escorpión. (esta pequeña cruz se ubica en la mitad superior de esta constelación).
7. Hatun Cruz Calvario = Formado por las estrellas ε (epsilon), μ (mu), ζ (zeta),λ (lambda) y υ (upsilon) del Escorpión (ocupa la mitad inferior de esta constelación)
Como se verá, estas “cruces” son las más brillantes que existen, según pudimos comprobar y muchos otros que según la fantasía que cada observador andino pueda encontrar en el cielo.
Pero para todos, sin excepción, están relacionados con la cruz católica y las festividades religiosas que se acostumbran en cada comunidad. El poder de la llamada “evangelización” llevada a cabo por la iglesia colonial tuvo excelentes resultados: La pérdida casi total del conocimiento y significado de la Chakana que según parece, seguirá guardando buena parte de su secreto tal vez por un tiempo más.
Gary Urton además hace hincapié en la diferenciación de chakana y cruz manifestando que no todas las chakanas son cruces y viceversa, un detalle interesante y revelador que abre todo un campo para ser investigado.
Una vez más tenemos que manifestar nuestra perplejidad frente a este intrincado panorama de “cruces” y sus probables significados además del católico.
Finalmente , el distinguido investigador Julio Valladolid ha hecho un trabajo muy concienzudo sobre la Cruz del Sur y su rol dentro del mundo agrícola así como la ritualidad andina y de la que nos ocuparemos en otro artículo.
Es muy difícil saber en la actualidad, luego de casi 500 años, cuántos cambios ha producido la invasión española en la mentalidad del hombre andino. El desarrollo independiente y original en ideología y valores que identificaba a nuestra cultura matriz, al ser violentamente transformado por la fuerza de las armas, la astucia y el prejuicio de la “superioridad hispana”, no pudo ser totalmente vencido ni sojuzgado. Quedó dentro del espíritu del andino una llama inapagable de conciencia autónoma ligada a sus creencias y su modo de organización socio-económica.
Su cosmovisión se vio tan afectada que hoy, con su fuerte carga de sincretismo, revela un mundo aparentemente confuso y llena de inexplicables mezclas e interpretaciones poco ortodoxas. En mis entrevistas con investigadores de la Cosmogonía Andina me encontré con un sentimiento común. Todos habían encontrado una realidad que se repite en toda la región; un enredo de conceptos religiosos y filosóficos del mundo occidental y cristiano sobrepuestos a los de la cultura andina y que englobaba muchos aspectos: Astronomía, religión, cosmogonía, organización social y política , etc. casi imposibles de ser comprendidos a cabalidad.
Dentro de ese panorama está inmerso uno de los símbolos astronómicos más enigmáticos: La que en occidente conocemos como la Cruz del Sur, identificado erróneamente por algunos como la Chakana y otras “cruces” que el hombre andino ve en el cielo.
Las “cruces” de la astronomía inka parecen haber tenido ciertos niveles o categorías y por eso el cronista indio Juan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui Salqamaywa, en su conocido gráfico, puso “chacana en general” para aludir no solamente a la conocida Cruz del Sur ( si es que de verdad es ésa o no) sino a muchas otras que fácilmente se encuentran en el cielo.
El concepto que se manejaba en la antigüedad probablemente era la idea de dos líneas o ejes cruzados que forman una “chaka” ( puente, escalón, escalera, cruce de dos palos, ensartar, juntar partes, etc., entre sus muchos sinónimos) era, sin duda, una señal o símbolo importante y del que ha quedado muy poca información. Sin embargo, por información obtenida en comunidades indígenas se sabe que todo “cruce” de líneas, caminos, circunstancias, etc. lleva a un “Tinku” o reunión; en el caso de los tejidos, las uniones de figuras o diseños llevan a un punto de unión o “watay” que es otro tipo de unión o amarre. De allí que las figuras celestiales que semejan cruces de líneas formados por estrellas serían de singular importancia para interpretar los puntos de unión, confluencia o amarre en el mundo estelar. No sabemos más y todo lo que se diga será simple conjetura, opinión o hipótesis.
El término “chakana” que simboliza muchas cosas, ha sido tratado por muchos estudiosos del pensamiento andino al extremo que se han formulado tan cantidad de hipótesis e interpretaciones que ahora es muy difícil saber quién tiene el planteamiento correcto y quién el equivocado. Basta con buscar la palabra “chakana” en el Internet o en cualquier libro que trate de la cosmología andina para comprobar lo expresado líneas arriba.
Haciendo algo de historia veremos que el término en cuestión aparece asociado con la Cruz del Sur (H. Urteaga, 1913) y después otros hasta llegar a los años 80 cuando el Arq. Carlos Milla V. en su libro “Génesis de la Cultura Andina” nos entregó una interpretación muy personal y bastante discutible que, por haber sido un estudio pionero, caló hondo en muchos lectores e investigadores.
Pero, en realidad, ¿La Cruz del Sur es la Chakana?
De acuerdo con los estudios modernos de investigadores bolivianos de la astronomía aymara y los muchos extranjeros (norteamericanos y europeos) que han escrito sobre la Astronomía Inka, debemos manifestar que no hay razones convincentes para avalar la tesis de Milla Villena. En un artículo anterior de este Blog ya se había advertido una inexactitud ( Ver el artículo: La Cruz del Sur:¿Representa la Proporción Sagrada Andina?) la que fue también comprobada por astrónomos profesionales de muchas latitudes. En efecto, no hay una prueba “científica” de que la Cruz del Sur represente la llamada “Proporción Sagrada” a la que alude el Arq. Carlos Milla (Fundamento básico de su obra) ni sea tampoco la Chakana.
La Chakana, desde nuestra perspectiva, es el gran símbolo andino que representa muchas manifestaciones de la ideología ancestral pre colombina pero que sin embargo no ha quedado de ello sino pálidos vestigios mitificados o sincretizados por la influencia del invasor luego de casi cinco siglos. Las interpretaciones modernas, creemos, han sido manipuladas y antojadizamente tratadas según el interés político u orientación ideológica de sus divulgadores. De allí que resulta tarea difícil hablar de este enigmático signo ancestral sin caer en error.
Por eso, decir que la Cruz del Sur es la Chakana nos parece un exceso, mucho más teniendo en cuenta que la constelación occidental de Orión, también asociada a la Chakana en el mundo aymara, tiene todos los merecimientos parta representar este símbolo si es que deseamos identificarlo con una constelación del cielo.(Ver el artículo : Orión, la Chakana Mayor o Ritual)
Y aquí no queda todo. Debemos mostrar todas las demás “cruces” o “chakana en general” que se observan en el cielo.
Gary Urton ha hecho un trabajo interesante al respecto y nosotros hemos agregado algunos datos a este estudio. Así, tenemos que en el cielo, luego de un largo proceso de sincretismo, el hombre andino “ve” muchas “cruces”; a saber:
1. Huch’uy Cruz o Lluthu Cruz = Cruz del Sur
2. Falsa Cruz = No lejos de la Cruz del Sur y formada por las estrellas κ (kappa) y δ (delta) Velorum; ι (iota) y ε (epsilon) Carinae.
3. Chaupi Cruz o Hatun Cruz = Orión
4. Hatun Cruz = Formado por las estrellas Achernar, α (alfa) Eridano; Fomalhauth, α (alfa) Piscis Austrinus; Al Nair, α (alfa) Grus y Peacock, α (alfa) Pavo.
5. Uma Cruz = Cisne, en el cielo boreal ( se llama también Cruz invertida o “de cabeza”)
6. “Linun Cruz” o Cruz Calvario = Formado por las estrellas σ (sigma), β (beta), δ (delta), π (pi) y ρ (rho) del Escorpión. (esta pequeña cruz se ubica en la mitad superior de esta constelación).
7. Hatun Cruz Calvario = Formado por las estrellas ε (epsilon), μ (mu), ζ (zeta),λ (lambda) y υ (upsilon) del Escorpión (ocupa la mitad inferior de esta constelación)
Como se verá, estas “cruces” son las más brillantes que existen, según pudimos comprobar y muchos otros que según la fantasía que cada observador andino pueda encontrar en el cielo.
Pero para todos, sin excepción, están relacionados con la cruz católica y las festividades religiosas que se acostumbran en cada comunidad. El poder de la llamada “evangelización” llevada a cabo por la iglesia colonial tuvo excelentes resultados: La pérdida casi total del conocimiento y significado de la Chakana que según parece, seguirá guardando buena parte de su secreto tal vez por un tiempo más.
Gary Urton además hace hincapié en la diferenciación de chakana y cruz manifestando que no todas las chakanas son cruces y viceversa, un detalle interesante y revelador que abre todo un campo para ser investigado.
Una vez más tenemos que manifestar nuestra perplejidad frente a este intrincado panorama de “cruces” y sus probables significados además del católico.
Finalmente , el distinguido investigador Julio Valladolid ha hecho un trabajo muy concienzudo sobre la Cruz del Sur y su rol dentro del mundo agrícola así como la ritualidad andina y de la que nos ocuparemos en otro artículo.
jueves, 22 de octubre de 2009
UN ZORRO EN EL CIELO
La Constelación Oscura del Atoq (Atuq)
Parece que desde siempre, en la concepción mágica del mundo andino, hubo un zorro (Atoq) que protagonizaba un rol destacado en la relación del hombre con el Cosmos.
Rara es la leyenda, fábula o cuento donde no esté involucrado este personaje de la fauna andina. Y es que el Atoq ha sido conocido desde hace mucho tiempo en el mito andino como un animal controvertido y ambivalente; una veces es el colaborador amigo, el confidente o el audaz e intuitivo emprendedor de osadas y bizarras empresas, y en otras se le pinta como el villano, el socio ambiguo, el embaucador y hasta el pérfido traidor.
Hay quienes dicen que el Atoq desempeña una misión elevada dentro del Hatun Mayu o Río Celestial ( La Vía Láctea) y que actúa como un conector de mundos (R. Sanchez Garrafa) y otros que le dan un rol dentro de la creación de las plantas alimenticias en los inicios del mundo (E. Romero Best), según las tradiciones que perviven en los Andes.
Desde nuestra perspectiva astronómica centraremos nuestro interés por conocer su ubicación en la esfera celeste y luego su rol dentro de la Cosmogonía Inka. Nuestras pesquisas etnográficas nos llevaron, hace mucho tiempo, a ubicar a este esquivo personaje dentro de las llamadas “Constelaciones Oscuras” ( Ver artículos anteriores en “Entradas Antiguas” al pie de este Blog).
Dicen los conocedores del cielo andino que el Atoq es una mancha oscura que está cerca de la cría ( Uña Llama) de la gran Llama Sideral ( Yakana, Qatachillay, Hatun Llama o Yana Llama), también se dice que está a “tiro de piedra” del Michiq o Pastor (otra constelación oscura) quien debe proteger a las llamas del cielo.
En términos astronómicos estamos hablando de aquellas porciones de gas y polvo cósmico presentes dentro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, y que aparentemente semejas espacios vacíos. Estas nubes oscuras perfilan las imágenes de los animales mitologizados que pueblan en el gran río celestial. Precisamente el Atoq se ubica en la zona del cielo que corresponde a las estrellas de la cola de la constelación occidental del Escorpión.
Para los que conocen algo de cartografía celeste les diremos la ubicación exacta mediante coordenadas:
Ascención Recta (AR) = 17h. 20m. y Declinación(DEC)= -34º para señalar en punto central de la zona oscura que representa la figura del Atoq.
Para ubicarlo visualmente durante su observación hay que buscarlo muy cerca de las estrellas λ y υ (Lambda y Upsilon) que forman el “aguijón” de la Constelación del Escorpión. Desde allí hacia el N-E de este dúo estelar se podrá apreciar la mancha que corresponde al Atoq.
Sin embargo, hay quienes afirman (W. Sullivan) que el Atoq es más grande y se halla ubicado más al oriente colocándolo en AR=19h 20m y DEC= de +5º a -5º dentro de la línea del Ecuador Galáctico. En su libro “El Secreto de los Incas”, W. Sullivan nos muestra al zorro como al gran personaje del cielo; el protagonista del anuncio del Diluvio Universal en tiempos casi míticos y el fin de una era que produjo la desaparición o desincronización del alineamiento del Sol y la Galaxia. Sin duda, un apasionante relato y un estudio que debería suscitar mayor interés e investigación.
Desde nuestra posición discrepamos con la ubicación que señala W. Sullivan en esas coordenadas; según nuestros estudios, allí está ubicado el Kuntur (Cóndor) y no el zorro. El Kuntur, de acuerdo a numerosos relatos, es el “confidente” del Sol, es su más inmediato auxiliar pues sus poderosas alas le permiten, más que cualquier otro ser alado, elevarse hasta las “proximidades” del dios Sol y ello le confiere una posición extraordinaria para ser el depositario de tan elevado cargo.
Volviendo al Atoq, independientemente de cualquiera de las posiciones citadas, veremos sus probables vínculos con la Cosmología Inka.
El primero de ellos se refiere a fábulas que relatan las incursiones del zorro en el “olimpo” de los dioses andinos; unas veces tratando de alcanzar la Luna de quien se enamoró y por problemas de relación terminó convertido en las manchas oscuras que se observan en la faz lunar. Sobre esta fábula se conoce muchas versiones pero todas apuntan a una relación sentimental zorro-Luna con diferentes detalles y connotaciones.
En otros relatos (de los más conocidos) el zorro viaja al cielo en compañía del sapo y del cóndor para asistir a un evento social donde luego de comer y beber en abundancia intenta el retorno a la Tierra. Por desavenencias con el cóndor a causa de sus villanías es soltado en pleno vuelo de descenso a la Tierra cayendo estrepitosamente al suelo desparramando todo lo ingerido en la fiesta. De allí, dicen las fábulas, se originaron las plantas que cultiva el hombre andino. Aquí también tenemos que remarcar la función activa el zorro : Su audacia, su astucia incomparable, viveza e inteligencia dentro del ecosistema del poblador andino lo ha llevado a ser considerado un personaje importante y conspicuo.
Así ha quedado perennizado en el cielo, en forma de una constelación oscura, la figura del zorro y recuperado ahora para el enriquecimiento de la cultura viva andina. En esa quijotesca tarea estamos.
miércoles, 21 de octubre de 2009
ORION, La Chakana Mayor o Ritual
ORION : La Chakana Mayor o Ritual
Indiscutiblemente, una de las constelaciones brillantes más significativas de la Astronomía Inka fue la que hoy, en la astronomía moderna, se conoce con el nombre de Orión, el Cazador Celestial, y que en tiempo del inkanato se debía haber denominado como la Chakana Mayor o Ritual; o simplemente como la chakana más importante del cielo. Veamos por qué.
Una consecuencia del estudio del conocido dibujo hecho por nuestro cronista indio Juan de Santacruz Pachacuti Yamqui Salqamaywa (JPYS) fue la comprobación de que los Inkas observaban en el cielo nocturno varias chakanas formadas por estrellas brillantes y las que probablemente tenían interpretaciones o significados diferentes conforme se desprende de las investigaciones actuales. Entre ellos, sin duda, las más importante habría sido la que se ubica en el actual Orión y para ello tenemos una amplia explicación que a continuación se expone.
La primera y más importante razón lo constituye su ubicación en la esfera celeste. La Chakana Mayor o Ritual (Orión) se posiciona casi exactamente al centro de los dos hemisferios celestes; cruza , durante su aparente desplazamiento , por encima del Qosqo por el eje Este-Oeste del cielo nocturno que es visible desde nuestra latitud geográfica.
Salía en tiempo de los Inkas exactamente por el Este y se ponía, con igual precisión, por el Oeste. La comprobación de este hecho se hizo en el Observatorio Estelar de Muyuqmarka, en Saqsaywaman, Cusco.
En su culminación superior Orión coincide con el Solsticio de Verano (22 de Diciembre) y en el Equinoccio de Otoño (21 de Marzo), al anochecer, brilla exactamente en el cenit del Qosqo constituyéndose no solo en el signo estelar mejor visto en el cielo sino en un mapa geo-estelar increíble : En efecto, sus cuatro estrellas que enmarcan al cinturón (Las Tres Marías) a manera de un gran cuadrilátero, señalan a cada uno de los cuatro “suyus” o regiones del Tawantinsuyu.
Para hacer la explicación más completa debo advertir que la idea de dividir los cuatro suyus en forma de una cruz, con cuatro partes proporcionales no es verdadera y conlleva una gran equivocación. Analizando la geografía y el mapa político del inkanato, reconstruido por investigadores modernos, veremos que las cuatro regiones no eran iguales en tamaño ni estaban ubicados exactamente hacia los cuatro puntos cardinales. Su distribución no tenía la forma de una cruz sino más bien a manera de una letra equis (“X”) alargada en los extremos superior e inferior y apuntaban mas bien a puntos llamados intercardinales.
Nuestro cronista JPYS ubica a este grupo estelar en la parte más alta de su gráfico; sin embargo, la disposición de las estrellas que dibujó forman una cruz católica, armoniosamente distribuido y no corresponde a ningún asterismo identificable en el cielo. En suma, no existe una constelación de esa forma.
Pareciera que lo hizo adrede, tal vez para complacer y convencer a la censura eclesiástica de que él reconocía a la cruz católica por encima de toda la simbología de la cosmogonía andina y que de esa manera pudiera hacer posible su edición. Además, en toda su obra, nuestro cronista se muestra como un ejemplo de indio evangelizado y fiel a la corona, confundiendo y mezclando términos y conceptos andinos con los impuestos por la religión católica.
Al costado izquierdo del gráfico de JPYS se ve un pequeño dibujo agregado (tal vez hecho a propósito) para explicar mejor el dibujo principal. Allí se ve un grupo de estrellas que inequívocamente representan a la constelación de Orión con sus cinco estrellas más brillantes. Tal vez porque era conciente del error que demostraba con el símbolo estelar ubicado en la parte más alta del dibujo o tal vez para dejarnos un mensaje subliminal que alguien pudiera interpretarlo.
¿Qué motivos tendrían los que diseñaron los elementos gráficos del llamado “altar” que dibujó JPYS parta ubicar a este grupo de estrellas en el punto más alto?
Creo firmemente que cualquier investigación seria nos llevaría a verificar la ubicación de Orión en el cielo y su cercanía a la eclíptica (“El camino del Sol”) para explicar que tiene la posición celeste más importante donde se ubicaría Wiraqocha.
El dios supremo de los Inkas, al igual que el de otras culturas avanzadas del planeta, era ubicado en lo más alto de las categorías y niveles alcanzables, las que traducidas a un escenario geográfico nos harían ver el cielo observable y su punto más elevado, el cenit. Por allí pasa, desde la perspectiva visual del Qosqo, la constelación de Orión.
El segundo aspecto que tocaremos es el referido a las evidencias históricas y etnográficas que respaldan lo que afirmamos. Según el investigador Gregorio Loza-Balsa, en la astronomía aymara se reconoce a la constelación de Chaka Silthu (Orión) como el punto de unión entre los hemisferios celestes y dice : “…una de las bases reside en la denominación del cinto de la constelación de Orión, que en aymara se denomina Chaka Silthu popularmente conocida como las “Tres Marías”. Etimología : Chaka = puente, Silthuna = verbo ensartar, Silthu = ensarta, significa “Puente que Ensarta”. Surge la pregunta : ¿Qué une este puente? Hasta el año 1000 AD la línea ecuatorial celeste= Jana T’akka pasaba por la estrella central de esta parte de la Constelación, se puede interpretar como la línea que divide el espacio sideral en dos partes; Jana = espacio sideral, T’akka= que corta o rompe”.
En el mundo quechua también se conoce este grupo estelar por un nombre parecido: Chakana, que deriva de “chaka” o “chakay” y tiene varios significados: Puente, escalera, escalón, unión, sumar, sacar cuentas, cruzar palos, cumbrera, pierna, etc.
El aporte de Loza- Balsa no solo explica lo descrito en la primera parte de la fundamentación sino que refuerza la idea de que un símbolo tan importante y poderoso como la chakana solo puede estar ubicado, a nivel astronómico, en el cenit del cielo, lugar donde todas las culturas ponen a la divinidad y los más altos símbolos de la religiosidad.
Los Inkas consideraron a este signo celestial como un “puente” que permite atravesar el gran río celestial, el Hatun Mayu (la Vía Láctea, nuestra galaxia) después que el hombre trasciende en espíritu luego de la muerte. En otros casos se considera, de modo paralelo, como una “escalera” que permitiría el acceso al Hanan Pacha o la morada de los dioses. Algunos sacerdotes andinos guardan todavía estas ideas de modo muy impreciso o vago y generalmente explicado a través de mitos sincretizados o deliberadamente tergiversados a través del tiempo.
Volviendo al dibujo de JPYS queda por dilucidar la forma circular u ovoide que representaría al “Apu Kon Titi Illa Teqsi Wiraqocha Pachayachachiq” posible nombre completo de la divinidad quechua y que todavía hoy se discute. Es que su explicación es motivo de controversia por que no existe una cabal y completa información al respecto y los investigadores no encuentran una unidad de criterio ni el consenso que debería existir.
Mi propuesta personal es que se trata de una “puerta” de acceso al Hanan Pacha y la forma circular u ovoidal correspondería a la que tienen las cuevas o paqarinas de los Inkas, pues eran las primitivas y naturales puertas por donde salieron los míticos fundadores del inkario. La idea no contradice a nadie y solo busca una explicación lógica y coherente.
Finalmente afirmo que esta chakana era “ritual” porque allí estaba representado el dios invisible de los Inkas (Wiraqocha) y al que habrían dedicado especiales ceremonias de adoración. No en vano el templo más emblemático de Wiraqocha ( de los que todavía quedan vestigios) haya sido construido en Raqchi, lugar próximo al mítico Willkan Uta o Casa del Sol, en aymara antiguo, origen y punto de partida de la etnia que refundó el Qosqo y que coincidentemente queda al Este, lugar de salida de la Constelación de la Chakana (Orión).
¿Y la Cruz del Sur?, ¿También es una Chakana? Claro que sí, JPYS en su célebre dibujo nos muestra unos “cruceros” de estrellas y las denomina “chakana en general”. Una de ellas era la chakana de los agricultores, la chakana se señala el polo sur celeste y la que rige los períodos agro-climatológicos: Esa es la llamada Cruz del Sur y de la que trataremos en un artículo próximo.
Indiscutiblemente, una de las constelaciones brillantes más significativas de la Astronomía Inka fue la que hoy, en la astronomía moderna, se conoce con el nombre de Orión, el Cazador Celestial, y que en tiempo del inkanato se debía haber denominado como la Chakana Mayor o Ritual; o simplemente como la chakana más importante del cielo. Veamos por qué.
Una consecuencia del estudio del conocido dibujo hecho por nuestro cronista indio Juan de Santacruz Pachacuti Yamqui Salqamaywa (JPYS) fue la comprobación de que los Inkas observaban en el cielo nocturno varias chakanas formadas por estrellas brillantes y las que probablemente tenían interpretaciones o significados diferentes conforme se desprende de las investigaciones actuales. Entre ellos, sin duda, las más importante habría sido la que se ubica en el actual Orión y para ello tenemos una amplia explicación que a continuación se expone.
La primera y más importante razón lo constituye su ubicación en la esfera celeste. La Chakana Mayor o Ritual (Orión) se posiciona casi exactamente al centro de los dos hemisferios celestes; cruza , durante su aparente desplazamiento , por encima del Qosqo por el eje Este-Oeste del cielo nocturno que es visible desde nuestra latitud geográfica.
Salía en tiempo de los Inkas exactamente por el Este y se ponía, con igual precisión, por el Oeste. La comprobación de este hecho se hizo en el Observatorio Estelar de Muyuqmarka, en Saqsaywaman, Cusco.
En su culminación superior Orión coincide con el Solsticio de Verano (22 de Diciembre) y en el Equinoccio de Otoño (21 de Marzo), al anochecer, brilla exactamente en el cenit del Qosqo constituyéndose no solo en el signo estelar mejor visto en el cielo sino en un mapa geo-estelar increíble : En efecto, sus cuatro estrellas que enmarcan al cinturón (Las Tres Marías) a manera de un gran cuadrilátero, señalan a cada uno de los cuatro “suyus” o regiones del Tawantinsuyu.
Para hacer la explicación más completa debo advertir que la idea de dividir los cuatro suyus en forma de una cruz, con cuatro partes proporcionales no es verdadera y conlleva una gran equivocación. Analizando la geografía y el mapa político del inkanato, reconstruido por investigadores modernos, veremos que las cuatro regiones no eran iguales en tamaño ni estaban ubicados exactamente hacia los cuatro puntos cardinales. Su distribución no tenía la forma de una cruz sino más bien a manera de una letra equis (“X”) alargada en los extremos superior e inferior y apuntaban mas bien a puntos llamados intercardinales.
Nuestro cronista JPYS ubica a este grupo estelar en la parte más alta de su gráfico; sin embargo, la disposición de las estrellas que dibujó forman una cruz católica, armoniosamente distribuido y no corresponde a ningún asterismo identificable en el cielo. En suma, no existe una constelación de esa forma.
Pareciera que lo hizo adrede, tal vez para complacer y convencer a la censura eclesiástica de que él reconocía a la cruz católica por encima de toda la simbología de la cosmogonía andina y que de esa manera pudiera hacer posible su edición. Además, en toda su obra, nuestro cronista se muestra como un ejemplo de indio evangelizado y fiel a la corona, confundiendo y mezclando términos y conceptos andinos con los impuestos por la religión católica.
Al costado izquierdo del gráfico de JPYS se ve un pequeño dibujo agregado (tal vez hecho a propósito) para explicar mejor el dibujo principal. Allí se ve un grupo de estrellas que inequívocamente representan a la constelación de Orión con sus cinco estrellas más brillantes. Tal vez porque era conciente del error que demostraba con el símbolo estelar ubicado en la parte más alta del dibujo o tal vez para dejarnos un mensaje subliminal que alguien pudiera interpretarlo.
¿Qué motivos tendrían los que diseñaron los elementos gráficos del llamado “altar” que dibujó JPYS parta ubicar a este grupo de estrellas en el punto más alto?
Creo firmemente que cualquier investigación seria nos llevaría a verificar la ubicación de Orión en el cielo y su cercanía a la eclíptica (“El camino del Sol”) para explicar que tiene la posición celeste más importante donde se ubicaría Wiraqocha.
El dios supremo de los Inkas, al igual que el de otras culturas avanzadas del planeta, era ubicado en lo más alto de las categorías y niveles alcanzables, las que traducidas a un escenario geográfico nos harían ver el cielo observable y su punto más elevado, el cenit. Por allí pasa, desde la perspectiva visual del Qosqo, la constelación de Orión.
El segundo aspecto que tocaremos es el referido a las evidencias históricas y etnográficas que respaldan lo que afirmamos. Según el investigador Gregorio Loza-Balsa, en la astronomía aymara se reconoce a la constelación de Chaka Silthu (Orión) como el punto de unión entre los hemisferios celestes y dice : “…una de las bases reside en la denominación del cinto de la constelación de Orión, que en aymara se denomina Chaka Silthu popularmente conocida como las “Tres Marías”. Etimología : Chaka = puente, Silthuna = verbo ensartar, Silthu = ensarta, significa “Puente que Ensarta”. Surge la pregunta : ¿Qué une este puente? Hasta el año 1000 AD la línea ecuatorial celeste= Jana T’akka pasaba por la estrella central de esta parte de la Constelación, se puede interpretar como la línea que divide el espacio sideral en dos partes; Jana = espacio sideral, T’akka= que corta o rompe”.
En el mundo quechua también se conoce este grupo estelar por un nombre parecido: Chakana, que deriva de “chaka” o “chakay” y tiene varios significados: Puente, escalera, escalón, unión, sumar, sacar cuentas, cruzar palos, cumbrera, pierna, etc.
El aporte de Loza- Balsa no solo explica lo descrito en la primera parte de la fundamentación sino que refuerza la idea de que un símbolo tan importante y poderoso como la chakana solo puede estar ubicado, a nivel astronómico, en el cenit del cielo, lugar donde todas las culturas ponen a la divinidad y los más altos símbolos de la religiosidad.
Los Inkas consideraron a este signo celestial como un “puente” que permite atravesar el gran río celestial, el Hatun Mayu (la Vía Láctea, nuestra galaxia) después que el hombre trasciende en espíritu luego de la muerte. En otros casos se considera, de modo paralelo, como una “escalera” que permitiría el acceso al Hanan Pacha o la morada de los dioses. Algunos sacerdotes andinos guardan todavía estas ideas de modo muy impreciso o vago y generalmente explicado a través de mitos sincretizados o deliberadamente tergiversados a través del tiempo.
Volviendo al dibujo de JPYS queda por dilucidar la forma circular u ovoide que representaría al “Apu Kon Titi Illa Teqsi Wiraqocha Pachayachachiq” posible nombre completo de la divinidad quechua y que todavía hoy se discute. Es que su explicación es motivo de controversia por que no existe una cabal y completa información al respecto y los investigadores no encuentran una unidad de criterio ni el consenso que debería existir.
Mi propuesta personal es que se trata de una “puerta” de acceso al Hanan Pacha y la forma circular u ovoidal correspondería a la que tienen las cuevas o paqarinas de los Inkas, pues eran las primitivas y naturales puertas por donde salieron los míticos fundadores del inkario. La idea no contradice a nadie y solo busca una explicación lógica y coherente.
Finalmente afirmo que esta chakana era “ritual” porque allí estaba representado el dios invisible de los Inkas (Wiraqocha) y al que habrían dedicado especiales ceremonias de adoración. No en vano el templo más emblemático de Wiraqocha ( de los que todavía quedan vestigios) haya sido construido en Raqchi, lugar próximo al mítico Willkan Uta o Casa del Sol, en aymara antiguo, origen y punto de partida de la etnia que refundó el Qosqo y que coincidentemente queda al Este, lugar de salida de la Constelación de la Chakana (Orión).
¿Y la Cruz del Sur?, ¿También es una Chakana? Claro que sí, JPYS en su célebre dibujo nos muestra unos “cruceros” de estrellas y las denomina “chakana en general”. Una de ellas era la chakana de los agricultores, la chakana se señala el polo sur celeste y la que rige los períodos agro-climatológicos: Esa es la llamada Cruz del Sur y de la que trataremos en un artículo próximo.
miércoles, 17 de junio de 2009
CONSTELACIONES INKAS : Un listado
CONSTELACIONES INKAS: Un listado
Debido a múltiples consultas y peticiones recibidas en nuestro blog quiero, en esta oportunidad, alcanzarles una respuesta pronta y concisa a través de un listado de constelaciones que si bien no engloba la totalidad de lo que se ha compilado les dará una idea acerca de la numerosa evidencia que existe sobre este fascinante tema.
Las investigaciones realizadas hasta el momento no abarca todo el conocimiento que hubo sobre este importante ítem, existe una gran dificultad en la obtención de los datos así como la heterogeneidad en la información reunida; sin embargo, nos da una idea general muy aproximada:
Debido a múltiples consultas y peticiones recibidas en nuestro blog quiero, en esta oportunidad, alcanzarles una respuesta pronta y concisa a través de un listado de constelaciones que si bien no engloba la totalidad de lo que se ha compilado les dará una idea acerca de la numerosa evidencia que existe sobre este fascinante tema.
Las investigaciones realizadas hasta el momento no abarca todo el conocimiento que hubo sobre este importante ítem, existe una gran dificultad en la obtención de los datos así como la heterogeneidad en la información reunida; sin embargo, nos da una idea general muy aproximada:
El conocimiento de las Constelaciones Andinas sigue vivo en el mundo andino y aunque este conocimiento ha sufrido una suerte de “mutaciones” y cambios ocasionados por un fuerte sincretismo así como el olvido sistemático de los detalles que lo sustentan , pervive en forma de leyendas o mitos heredados de los antepasados.
La lista de constelaciones que hemos podido acopiar contiene, en algunos casos, una fuerte carga de chauvinismo regional que demuestran algunos pueblos andinos y que no permiten establecer un catálogo más coherente u ordenado. Cada pueblo o cada informante “interpreta” a su modo la ubicación, los nombres y la significación de algunos objetos celestes.
Es importante subrayar una vez más (para facilitar su comprensión) que dentro de la Astronomía Inka existían dos tipos de constelaciones: Las Constelaciones Estelares o Brillantes constituidas por estrellas individuales de magnitudes muy brillantes que por sí mismas constituían una “constelación” y de otras que agrupadas o unidas al modo occidental (de estrella a estrella) forman figuras en el cielo nocturno. El segundo tipo de constelaciones lo constituyen las condensaciones de polvo y gas interestelar que a manera de manchas oscuras ocupan espacios dentro de la Vía Láctea formando las llamadas Constelaciones Oscuras o Negras. Por esta causa, lo he repetido muchas veces, nuestra Cultura Inka fue la única en el planeta que tuvo dos tipos de constelaciones en el cielo.
A continuación me permito alcanzarles una relación ( no completa, porque mucha de esa información está todavía en fase de estudio, verificación y contrastación) de Constelaciones Inkas recuperadas hasta la fecha:
CONSTELACIONES ESTELARES O BRILLANTES :
La lista de constelaciones que hemos podido acopiar contiene, en algunos casos, una fuerte carga de chauvinismo regional que demuestran algunos pueblos andinos y que no permiten establecer un catálogo más coherente u ordenado. Cada pueblo o cada informante “interpreta” a su modo la ubicación, los nombres y la significación de algunos objetos celestes.
Es importante subrayar una vez más (para facilitar su comprensión) que dentro de la Astronomía Inka existían dos tipos de constelaciones: Las Constelaciones Estelares o Brillantes constituidas por estrellas individuales de magnitudes muy brillantes que por sí mismas constituían una “constelación” y de otras que agrupadas o unidas al modo occidental (de estrella a estrella) forman figuras en el cielo nocturno. El segundo tipo de constelaciones lo constituyen las condensaciones de polvo y gas interestelar que a manera de manchas oscuras ocupan espacios dentro de la Vía Láctea formando las llamadas Constelaciones Oscuras o Negras. Por esta causa, lo he repetido muchas veces, nuestra Cultura Inka fue la única en el planeta que tuvo dos tipos de constelaciones en el cielo.
A continuación me permito alcanzarles una relación ( no completa, porque mucha de esa información está todavía en fase de estudio, verificación y contrastación) de Constelaciones Inkas recuperadas hasta la fecha:
CONSTELACIONES ESTELARES O BRILLANTES :
2. Canopus = Qolla Wara (Estrella de los Qollas)
3. Achernar = k’ancha Wara (Estrella brillante) o Qatachillay (hay dos interpretaciones)
4. Antares = Choqechinchay (El felino dorado)
5. Aldebarán = Chuchu Qoyllur (Estrella que va adelante o al centro) o Chukchu Qoyllur (Estrella del Paludismo o terciana)
6. Cúmulo Abierto M7 = Saramama (Madre Maíz) o Saramanka (Olla de Maíz)
7. Cúmulo Abierto M45, Las Pléyades = Qollqa (Almacen, depósito) o Qoto (Manojo)
8. Cúmulo Abierto Las Hyades = Qollqa
9. Lira = La pequeña llama de plata o Urkuchillay
10. Escorpión = Choqechinchay o Amaru(Serpiente sagrada) (hay dos interpretaciones)
11. Orión = Hatun Chakana (La chakana grande) o Llaka Unancha – Llakachuqui (hay dos interpretaciones)
12. Cruz del Sur = Huch’uy Chakana (La pequeña chakana)
13. Pegaso = Thunawa (Batan para la molienda)
14. Cola del Escorpión = Qollqa
15. Centro de la Galaxia = Kukamama o Kukamanka (madre coca u olla de coca)
16. Cola de la Osa Mayor = Yakumama (Serpiente gigante de la selva)
Nota: La ubicación de las Constelaciones Inkas "dentro" de las Constelaciones Occidentales o Modernas no significa que contengan o incluyan las mismas estrellas. Solo constituyen zonas referenciales o grupos que parcialmente coinciden con las mismas.
Las traducciones son aproximadas porque el quechua tiene muchos sinónimos y se conoce poco acerca de ciertas palabras de connotación ritual, mágica o religiosa.
CONSTELACIONES OSCURAS O NEGRAS :
1. Yakana o Qatachillay = La Llama Sideral
2. Uña Llama o Huch’uy Llama = La cría de la llama
3. Atoq = el zorro
4. Michiq = El pastor
5. Kuntur = El condor
6. Lluthu = La perdiz (dicen algunas fuentes que hay dos)
7. Hanp’atu = El sapo
8. Mach’aqway = La culebra (no confundir con el Amaru)
9. Ukhumari = El oso (confusamente ubicada)
10. Taruka o Lluych’u = El venado (confusamente ubicada)
11. Puma (confusamente ubicada)
12. Urk’uchillay = La llama negra (macho)
Sobre cada una de estas Constelaciones hemos venido publicando periódicamente su ubicación en el cielo, una descripción completa así como su interpretación dentro de la Astronomía Inka. Esta labor continuará paso a paso, sin apuro pero también sin pausa.
Hay toda una tarea por cumplir y un compromiso para seguir divulgando todo lo que guarda aún la astronomía de nuestra cultura Inka. En eso estamos.
Foto: Las Constelaciones Oscuras, basado en estudios de G. Urton y dibujado por J. Arebalo. Se exhibe en el Planetarium Cusco.
viernes, 5 de junio de 2009
El INTI RAYMI : ¿ En qué fecha deberíamos celebrar ?
INTI RAYMI : ¿En qué fecha deberíamos celebrar?
Desde el año 1944 el Cusco ha vuelto a celebrar el Inti Raymi, aquella gran fiesta dedicada al dios Sol que nuestros antepasados los Inkas la realizaban con particular unción y una singular parafernalia. Lo hizo posible, desde su perspectiva, un grupo de visionarios cusqueños liderados por el insigne Humberto Vidal Unda.
Han transcurrido más de 60 años de continuas celebraciones, cada una de ellas con el concurso de una gran multitud de cusqueños y cusqueñistas que encuentran en ella una reminiscencia de la grandeza del Tawantinsuyu. Cada año alcanza mayor éxito y convoca no solo al público local sino a un creciente número de turistas extranjeros que muestran su asombro y admiración ante la grandiosidad de tal ceremonia.
En todo este tiempo, nadie, o casi nadie, tuvo la idea de cuestionar si la fecha de la celebración, 24 de junio, era la correcta. Y en realidad, ¿Es cierto que el Inti Raymi se celebraba en tal fecha?
Con el respeto que merecen quienes lo patrocinaron y quienes lo siguen planificando y ejecutando debo decirles : ¡ESTAMOS EN UN GRAN ERROR!
Explicaré: El error comienza con nuestro gran cronista Garcilaso de la Vega, quien en sus “Comentarios Reales de los Incas”, capítulo XX, libro VI , dice con respecto a la fecha del Inti Raymi: “…celebrábanla pasado el solsticio de junio” pero no hace una precisión sobre la fecha exacta. Para nuestro asombro comprobamos que todos los demás cronistas refieren que dicha celebración se hacía en el Solsticio de Invierno o en una fecha próxima al Solsticio, sin proporcionar una fecha precisa.
Para aclarar mejor las cosas: NADIE señala una fecha exacta porque NINGUNO de ellos pudo ver tal celebración “en vivo”, ni recibió una información más detallada y fiable porque sencillamente ya no se celebraba más el Inti Raymi.
En los últimos años previos a la invasión española, ya no se llegó a celebrar dicha fiesta en público porque no lo permitió la grave circunstancia de la guerra fratricida entre Waskar y Atao Wallpa y la ocupación militar del Qosqo por las huestes norteñas.
La información que recibieron todos los cronistas fue probablemente de personas poco vinculadas con este ceremonial y en otros casos de algunos nobles, tal vez de irrelevante importancia, sobrevivientes de la matanza de la mayor parte de la nobleza perteneciente a las panakas waskaristas infringida por los jefes guerreros quiteños durante la violenta ocupación. El Inti Raymi tenía algunos años de no haber sido celebrado y probablemente ya no existían sus actores principales que, por ser de la nobleza, habían sido asesinados.
Existen algunos datos imprecisos sobre ciertas celebraciones que se hacían subrepticiamente en la época del Solsticio de Invierno durante el reinado del inka títere Paullo Inka pero tampoco se tiene una fecha exacta de ese evento.
Con la información incompleta que nos legaron los cronistas no conocemos los pormenores de esta fiesta tan importante y ello nos permite cuestionar la fecha que nos alcanza Garcilaso. Analicemos más argumentos:
1. Para los hispanos fue uso y costumbre de la época acomodar y/o cambiar las celebraciones incaicas al modo que impuso el poder español y su intransigente doctrina religiosa con la finalidad de terminar con lo que ellos llamaron “idolatrías” y “gentilidad”. Por esta causa se instauró la celebración del día de San Juan, el 24 de junio y el Corpus Christi, unos días antes del Solsticio, para reemplazar la poderosa fiesta del Inti Raymi en vista de su difícil extirpación por estar profundamente marcada en el subconsciente colectivo andino.
2. Los acontecimientos que concordaban con Solsticios y Equinoccios también eran vistos como formas de idolatrar posicionamientos líticos y creencias paganas tenidos como contrarios a la doctrina religiosa. La astronomía era pues, en aquella época, vista como un peligro frente al dogma religioso y un latente argumento para cuestionar lo establecido por el clero. Recordemos que en la Europa de esos días recién se estaban conociendo las teorías de Copérnico y con ella el fin de la idea geocéntrica del mundo así como el fin de la equivocada interpretación que se hacía de la Biblia.
3. Todas las culturas del planeta han tenido especiales celebraciones al Sol en los Solsticios o en los Equinoccios, fiestas rituales de singular importancia. ¿Por qué tendría que haber sido la excepción nuestra cultura Inka fundamentada en una religiosidad solar?
4. Sabemos que los Inkas tuvieron un conocimiento avanzado en astronomía y una especial dedicación a estas investigaciones y por ello construyeron maravillosos observatorios como el caso de Muyuqmarka, en Saqsaywaman; y estructuras líticas tales como: saywas y sakanqas (destruidos tempranamente), intiwatanas, pacha unanchaq, etc. para determinar con gran precisión cada uno de los Solsticios y Equinoccios así como otros eventos astronómicos. También hubo personas especializadas para observar y registrar estos eventos. Hay muchísima evidencia demostrable de su avance en este campo.
5. Entonces, si todo este acumulado de información y experiencia era conocido, ¿Cómo no saber cuándo homenajear al Sol?, ¿Cómo no conocer con exactitud un Solsticio o un Equinoccio? Imposible dudar de ello.
CONCLUYENDO : Creo firmemente que el INTI RAYMI se celebraba en el Solsticio de Invierno (21 de junio) como fecha de inicio del evento y luego las celebraciones populares que probablemente duraban algunos días más. Esa fecha debe ser RESTITUIDA.
De otro modo estaríamos incurriendo en el error de creer que nuestros Inkas no llegaron a desarrollar conocimientos avanzados de astronomía y dudar de su nivel alcanzado frente a otras culturas. Además, solo una cultura que logra un elevado conocimiento en astronomía puede desarrollar un calendario agrícola preciso y fiable para tener el éxito que tuvieron los Inkas.
Invoco a todos los intelectuales, científicos, estudiosos y a quienes tienen que ver con el gobierno y manejo de la ciudad a pensar seriamente en este aspecto. Basta de celebrar el “San Juan Raymi” (24 de junio), como decía el investigador Oscar Corvison que fue uno de los pioneros que buscaban el cambio y empezar a pensar en la RESTITUCION de la verdadera fecha del Inti Raymi: El Solsticio de Invierno, el 21 de Junio de cada año.
No pretendemos forzar determinaciones apresuradas, proponemos debates especializados para normar la RESTITUCION de la fecha del INTI RAYMI a fin de no afectar la marcha del turismo planificado y una confrontación con una equivocada “tradición” local que se ha hecho ya costumbre.. En un plazo prudencial de dos o tres años se podría poner en ejecución esta rectificación y demostrar ante el mundo nuestra capacidad de enmendar antiguos errores derivados de un rebosante entusiasmo ocurrido en la década de los 40s en lugar de haber hecho una gestión con mayor rigor científico e histórico.
Desde el año 1944 el Cusco ha vuelto a celebrar el Inti Raymi, aquella gran fiesta dedicada al dios Sol que nuestros antepasados los Inkas la realizaban con particular unción y una singular parafernalia. Lo hizo posible, desde su perspectiva, un grupo de visionarios cusqueños liderados por el insigne Humberto Vidal Unda.
Han transcurrido más de 60 años de continuas celebraciones, cada una de ellas con el concurso de una gran multitud de cusqueños y cusqueñistas que encuentran en ella una reminiscencia de la grandeza del Tawantinsuyu. Cada año alcanza mayor éxito y convoca no solo al público local sino a un creciente número de turistas extranjeros que muestran su asombro y admiración ante la grandiosidad de tal ceremonia.
En todo este tiempo, nadie, o casi nadie, tuvo la idea de cuestionar si la fecha de la celebración, 24 de junio, era la correcta. Y en realidad, ¿Es cierto que el Inti Raymi se celebraba en tal fecha?
Con el respeto que merecen quienes lo patrocinaron y quienes lo siguen planificando y ejecutando debo decirles : ¡ESTAMOS EN UN GRAN ERROR!
Explicaré: El error comienza con nuestro gran cronista Garcilaso de la Vega, quien en sus “Comentarios Reales de los Incas”, capítulo XX, libro VI , dice con respecto a la fecha del Inti Raymi: “…celebrábanla pasado el solsticio de junio” pero no hace una precisión sobre la fecha exacta. Para nuestro asombro comprobamos que todos los demás cronistas refieren que dicha celebración se hacía en el Solsticio de Invierno o en una fecha próxima al Solsticio, sin proporcionar una fecha precisa.
Para aclarar mejor las cosas: NADIE señala una fecha exacta porque NINGUNO de ellos pudo ver tal celebración “en vivo”, ni recibió una información más detallada y fiable porque sencillamente ya no se celebraba más el Inti Raymi.
En los últimos años previos a la invasión española, ya no se llegó a celebrar dicha fiesta en público porque no lo permitió la grave circunstancia de la guerra fratricida entre Waskar y Atao Wallpa y la ocupación militar del Qosqo por las huestes norteñas.
La información que recibieron todos los cronistas fue probablemente de personas poco vinculadas con este ceremonial y en otros casos de algunos nobles, tal vez de irrelevante importancia, sobrevivientes de la matanza de la mayor parte de la nobleza perteneciente a las panakas waskaristas infringida por los jefes guerreros quiteños durante la violenta ocupación. El Inti Raymi tenía algunos años de no haber sido celebrado y probablemente ya no existían sus actores principales que, por ser de la nobleza, habían sido asesinados.
Existen algunos datos imprecisos sobre ciertas celebraciones que se hacían subrepticiamente en la época del Solsticio de Invierno durante el reinado del inka títere Paullo Inka pero tampoco se tiene una fecha exacta de ese evento.
Con la información incompleta que nos legaron los cronistas no conocemos los pormenores de esta fiesta tan importante y ello nos permite cuestionar la fecha que nos alcanza Garcilaso. Analicemos más argumentos:
1. Para los hispanos fue uso y costumbre de la época acomodar y/o cambiar las celebraciones incaicas al modo que impuso el poder español y su intransigente doctrina religiosa con la finalidad de terminar con lo que ellos llamaron “idolatrías” y “gentilidad”. Por esta causa se instauró la celebración del día de San Juan, el 24 de junio y el Corpus Christi, unos días antes del Solsticio, para reemplazar la poderosa fiesta del Inti Raymi en vista de su difícil extirpación por estar profundamente marcada en el subconsciente colectivo andino.
2. Los acontecimientos que concordaban con Solsticios y Equinoccios también eran vistos como formas de idolatrar posicionamientos líticos y creencias paganas tenidos como contrarios a la doctrina religiosa. La astronomía era pues, en aquella época, vista como un peligro frente al dogma religioso y un latente argumento para cuestionar lo establecido por el clero. Recordemos que en la Europa de esos días recién se estaban conociendo las teorías de Copérnico y con ella el fin de la idea geocéntrica del mundo así como el fin de la equivocada interpretación que se hacía de la Biblia.
3. Todas las culturas del planeta han tenido especiales celebraciones al Sol en los Solsticios o en los Equinoccios, fiestas rituales de singular importancia. ¿Por qué tendría que haber sido la excepción nuestra cultura Inka fundamentada en una religiosidad solar?
4. Sabemos que los Inkas tuvieron un conocimiento avanzado en astronomía y una especial dedicación a estas investigaciones y por ello construyeron maravillosos observatorios como el caso de Muyuqmarka, en Saqsaywaman; y estructuras líticas tales como: saywas y sakanqas (destruidos tempranamente), intiwatanas, pacha unanchaq, etc. para determinar con gran precisión cada uno de los Solsticios y Equinoccios así como otros eventos astronómicos. También hubo personas especializadas para observar y registrar estos eventos. Hay muchísima evidencia demostrable de su avance en este campo.
5. Entonces, si todo este acumulado de información y experiencia era conocido, ¿Cómo no saber cuándo homenajear al Sol?, ¿Cómo no conocer con exactitud un Solsticio o un Equinoccio? Imposible dudar de ello.
CONCLUYENDO : Creo firmemente que el INTI RAYMI se celebraba en el Solsticio de Invierno (21 de junio) como fecha de inicio del evento y luego las celebraciones populares que probablemente duraban algunos días más. Esa fecha debe ser RESTITUIDA.
De otro modo estaríamos incurriendo en el error de creer que nuestros Inkas no llegaron a desarrollar conocimientos avanzados de astronomía y dudar de su nivel alcanzado frente a otras culturas. Además, solo una cultura que logra un elevado conocimiento en astronomía puede desarrollar un calendario agrícola preciso y fiable para tener el éxito que tuvieron los Inkas.
Invoco a todos los intelectuales, científicos, estudiosos y a quienes tienen que ver con el gobierno y manejo de la ciudad a pensar seriamente en este aspecto. Basta de celebrar el “San Juan Raymi” (24 de junio), como decía el investigador Oscar Corvison que fue uno de los pioneros que buscaban el cambio y empezar a pensar en la RESTITUCION de la verdadera fecha del Inti Raymi: El Solsticio de Invierno, el 21 de Junio de cada año.
No pretendemos forzar determinaciones apresuradas, proponemos debates especializados para normar la RESTITUCION de la fecha del INTI RAYMI a fin de no afectar la marcha del turismo planificado y una confrontación con una equivocada “tradición” local que se ha hecho ya costumbre.. En un plazo prudencial de dos o tres años se podría poner en ejecución esta rectificación y demostrar ante el mundo nuestra capacidad de enmendar antiguos errores derivados de un rebosante entusiasmo ocurrido en la década de los 40s en lugar de haber hecho una gestión con mayor rigor científico e histórico.
miércoles, 13 de mayo de 2009
Al "Hermano ANDRES" : IN MEMORIAM
al Hermano ANDRES : In Memoriam
UN HOMENAJE POSTUMO A UN PERSONAJE ESPECIAL
Hoy haré un alto en mi agenda sin apuros para testimoniar mi homenaje póstumo a un hombre santo, religioso por vocación y gran conocedor de la Astronomía al que tuve la suerte y privilegio de conocerlo y haber sido su amigo hace ya muchos años en la bella tierra de Urubamba, en el Valle Sagrado de los Inkas.
Mariano Humberto ANDRES CELADA era su nombre completo, pertenecía a la Congregación de Hermanos de las Escuelas Cristianas de La Salle y había venido a Urubamba para trabajar por algunos años en el ISTEP (Instituto Superior Tecnológico-Pedagógico), regentada por dicha Congregación.
Era la personificación de la santidad. Los niños lo querían mucho y le llamaban simplemente como el “Hermanito Andrés”. Se dedicaba a la enseñanza del Curso de Religión en la sección primaria de la Escuela de Aplicación así como otras materias en el Nivel Superior. Atendía el tópico de primeros auxilios y cumplía muchas otras obligaciones en la residencia de los religiosos.
Yo llevaba apenas unos días trabajando como profesor cuando un día un niño se puso mal con un cólico estomacal por lo que tuve que llevarlo al tópico. Allí lo vi por primera vez : bajito, muy delgado, con su impecable sotana, cabello cano y detrás de sus lentes la dulce mirada de unos ojos claros muy vivaces. Me recibió con una amable sonrisa y con voz muy bajita (hablaba casi susurrando) me dijo : “Usted debe ser el nuevo profesor… bienvenido… me han dicho que le apasiona la Astronomía igual que a mí, espero aprender mucho de usted”.
No recuerdo lo que le respondí pero algo sorprendente me dejó paralizado : En la pared del tópico estaba pegado un enorme mapa del cielo que mostraba las 88 Constelaciones de ambos hemisferios y muchísimas estrellas. Mi pregunta fue inmediata: ¿De dónde lo obtuvo? Y muy tranquilamente respondió : Yo lo hice!
Ahí mismo me di cuenta que el alumno iba a ser yo pues me encontraba no solo ante un gran aficionado sino ante una enciclopedia galáctica viviente.
Los siguientes 7 u 8 años que estuvo en Urubamba se convirtió en mi profesor particular de Astronomía y mi mejor amigo. No sé cuánto aprendí de él, no sé cuánto aprendimos juntos, pero fueron los años más interesantes en mis aventuras cósmicas.
Los Hermanos de La Salle (excelentes personas y hombres muy cultos además) recibían mensualmente publicaciones de ciencia y cultura de muchos lugares del mundo y en muchos idiomas, el “hermanito Andrés” se encargaba de prestármelos para “estar al día”. A veces cuando el artículo estaba en otro idioma leía y me traducía en directo con tal facilidad que parecía que estuviera en castellano. Olvidaba, este religioso era también políglota.
Redibujamos el mapa del cielo haciendo actualizaciones, hicimos muchas observaciones con el telescopio, dibujamos manchas solares, cráteres lunares, conversábamos ampliamente sobre temas de cosmología, cosmogonía, astronomía descriptiva, etc. y yo sentía que cada vez que sabíamos más comprendíamos menos a este gran Universo. Ese fue uno de los productos de su amistad : Maravillarme del conocimiento humano y quedar empequeñecido ante la vastedad y complejidad del Universo, sus leyes y sus componentes. “Nada somos frente a la obra de Dios” decía siempre y pienso que no estaba equivocado.
Fue triste su despedida porque no quería irse de Urubamba. La superioridad lo ordenaba y él solo debía acatar esas decisiones. Antes de irse me dijo : “Profesor, en Lima no hay cielo para observar, todo es gris, no podré contemplar las estrellas y tendré que olvidarme de ellas” Diciendo esto me regalo su Atlas más preciado : El “Atlas of the Heavens” SKALNATE PLESO 1950.0 de A. Becvar ( Un Atlas del cielo en 16 láminas y que muestras estrellas hasta la magnitud 7.5) recomendándome seguir observando las maravillas del cielo.
El 13 de Mayo de 1992 se fue al cielo. Hombres santos como él tienen ese gran destino.
Me enteré de su muerte algunos años después gracias a otro religioso amigo. Dicen que no respondía a mis cartas porque una dolorosa y prolongada enfermedad se lo impedía.
Hoy quise hacerle este homenaje porque siempre vivirá en mí el recuerdo de este maravilloso confidente galáctico. Solo que queda decirle a Dios: “Gracias Señor por haberme obsequiado la amistad de un Ser tan sabio, espiritual y sencillo".
Y como una promesa con él, nunca he dejado de observar y lo seguiré haciendo hasta cuando Dios lo disponga.
UN HOMENAJE POSTUMO A UN PERSONAJE ESPECIAL
Hoy haré un alto en mi agenda sin apuros para testimoniar mi homenaje póstumo a un hombre santo, religioso por vocación y gran conocedor de la Astronomía al que tuve la suerte y privilegio de conocerlo y haber sido su amigo hace ya muchos años en la bella tierra de Urubamba, en el Valle Sagrado de los Inkas.
Mariano Humberto ANDRES CELADA era su nombre completo, pertenecía a la Congregación de Hermanos de las Escuelas Cristianas de La Salle y había venido a Urubamba para trabajar por algunos años en el ISTEP (Instituto Superior Tecnológico-Pedagógico), regentada por dicha Congregación.
Era la personificación de la santidad. Los niños lo querían mucho y le llamaban simplemente como el “Hermanito Andrés”. Se dedicaba a la enseñanza del Curso de Religión en la sección primaria de la Escuela de Aplicación así como otras materias en el Nivel Superior. Atendía el tópico de primeros auxilios y cumplía muchas otras obligaciones en la residencia de los religiosos.
Yo llevaba apenas unos días trabajando como profesor cuando un día un niño se puso mal con un cólico estomacal por lo que tuve que llevarlo al tópico. Allí lo vi por primera vez : bajito, muy delgado, con su impecable sotana, cabello cano y detrás de sus lentes la dulce mirada de unos ojos claros muy vivaces. Me recibió con una amable sonrisa y con voz muy bajita (hablaba casi susurrando) me dijo : “Usted debe ser el nuevo profesor… bienvenido… me han dicho que le apasiona la Astronomía igual que a mí, espero aprender mucho de usted”.
No recuerdo lo que le respondí pero algo sorprendente me dejó paralizado : En la pared del tópico estaba pegado un enorme mapa del cielo que mostraba las 88 Constelaciones de ambos hemisferios y muchísimas estrellas. Mi pregunta fue inmediata: ¿De dónde lo obtuvo? Y muy tranquilamente respondió : Yo lo hice!
Ahí mismo me di cuenta que el alumno iba a ser yo pues me encontraba no solo ante un gran aficionado sino ante una enciclopedia galáctica viviente.
Los siguientes 7 u 8 años que estuvo en Urubamba se convirtió en mi profesor particular de Astronomía y mi mejor amigo. No sé cuánto aprendí de él, no sé cuánto aprendimos juntos, pero fueron los años más interesantes en mis aventuras cósmicas.
Los Hermanos de La Salle (excelentes personas y hombres muy cultos además) recibían mensualmente publicaciones de ciencia y cultura de muchos lugares del mundo y en muchos idiomas, el “hermanito Andrés” se encargaba de prestármelos para “estar al día”. A veces cuando el artículo estaba en otro idioma leía y me traducía en directo con tal facilidad que parecía que estuviera en castellano. Olvidaba, este religioso era también políglota.
Redibujamos el mapa del cielo haciendo actualizaciones, hicimos muchas observaciones con el telescopio, dibujamos manchas solares, cráteres lunares, conversábamos ampliamente sobre temas de cosmología, cosmogonía, astronomía descriptiva, etc. y yo sentía que cada vez que sabíamos más comprendíamos menos a este gran Universo. Ese fue uno de los productos de su amistad : Maravillarme del conocimiento humano y quedar empequeñecido ante la vastedad y complejidad del Universo, sus leyes y sus componentes. “Nada somos frente a la obra de Dios” decía siempre y pienso que no estaba equivocado.
Fue triste su despedida porque no quería irse de Urubamba. La superioridad lo ordenaba y él solo debía acatar esas decisiones. Antes de irse me dijo : “Profesor, en Lima no hay cielo para observar, todo es gris, no podré contemplar las estrellas y tendré que olvidarme de ellas” Diciendo esto me regalo su Atlas más preciado : El “Atlas of the Heavens” SKALNATE PLESO 1950.0 de A. Becvar ( Un Atlas del cielo en 16 láminas y que muestras estrellas hasta la magnitud 7.5) recomendándome seguir observando las maravillas del cielo.
El 13 de Mayo de 1992 se fue al cielo. Hombres santos como él tienen ese gran destino.
Me enteré de su muerte algunos años después gracias a otro religioso amigo. Dicen que no respondía a mis cartas porque una dolorosa y prolongada enfermedad se lo impedía.
Hoy quise hacerle este homenaje porque siempre vivirá en mí el recuerdo de este maravilloso confidente galáctico. Solo que queda decirle a Dios: “Gracias Señor por haberme obsequiado la amistad de un Ser tan sabio, espiritual y sencillo".
Y como una promesa con él, nunca he dejado de observar y lo seguiré haciendo hasta cuando Dios lo disponga.
martes, 7 de abril de 2009
LLUTHU : Una perdiz en el Saco de Carbón
LLUTHU: Una perdiz en el Saco de Carbón
Dentro de la clasificación de las llamadas “Constelaciones Oscuras” de los Inkas destaca en particular una que por sus especiales características es la más oscura y la que mejor representa al ave que lo simboliza: Es el Lluthu o perdiz andina; también se le llama en otras regiones Chaqwa, P’isaqa, Yuktuq, etc.
Defectuosamente escrita y peor pronunciada por quienes no conocen el idioma qheswa su nombre ha devenido en “Yutu” forma en la que aparece escrita hasta en publicaciones serias.
Dentro de la clasificación de las llamadas “Constelaciones Oscuras” de los Inkas destaca en particular una que por sus especiales características es la más oscura y la que mejor representa al ave que lo simboliza: Es el Lluthu o perdiz andina; también se le llama en otras regiones Chaqwa, P’isaqa, Yuktuq, etc.
Defectuosamente escrita y peor pronunciada por quienes no conocen el idioma qheswa su nombre ha devenido en “Yutu” forma en la que aparece escrita hasta en publicaciones serias.
Lluthu está ubicado dentro de la Vía Láctea en la zona que ocupa la constelación occidental de la Cruz del Sur, más exactamente a la izquierda de Alfa Crucis y viene a constituir lo que la astronomía moderna conoce como la Nebulosa Oscura Saco de Carbón (Coal Sack en inglés y en los atlas estelares).
Este espacio oscuro aparentemente es una zona vacía dentro de nuestra galaxia pero eso es solo una ilusión óptica. En realidad el Saco de Carbón es un conglomerado gigantesco de polvo y gas interestelar de unos 25-30 años luz de diámetro, que por su densidad no nos permite ver a las estrellas más lejanas que se encuentran detrás de ella (Distancia: 600 años luz).
Cuando los primeros marinos de los siglos XVI y XVII “descubrieron” para Europa los cielos del hemisferio sur y los cartografiaron, se dieron cuenta del carácter único de aquellas manchas oscuras dentro de la zona brillante de la Vía Láctea.
La forma del Saco de Carbón visto en una noche despejada, sin Luna y lejos de las luces de la ciudad es impresionante: parece una mancha redonda con una pequeña prolongación hacia el sur que fácilmente nos hace descubrir a la pequeña ave andina que mira hacia el Polo Celestial Austral.
La forma del Saco de Carbón visto en una noche despejada, sin Luna y lejos de las luces de la ciudad es impresionante: parece una mancha redonda con una pequeña prolongación hacia el sur que fácilmente nos hace descubrir a la pequeña ave andina que mira hacia el Polo Celestial Austral.
La perdiz andina (Nothoprocta Pentlandii), Andean Tinamou en inglés, está hoy en día en peligro de extinción por causa del abuso de pesticidas e insecticidas en los campos de cultivo andinos (lugar de su hábitat) envenenando los alimentos que consume así como la acción depredadora de los cazadores. Existen más de 10 variedades solo en América del Sur; es pequeña y alcanza unos 20-25 cm de altura, se asemeja a un pollo pero su plumaje es de color pardo con tonos marrones y grises. Su carne es exquisita y su caldo es un excelente medicamento para niños anémicos. Por el volumen de su cuerpo y sus alas relativamente cortas no puede hacer vuelos largos lo que lo vuelve vulnerable a sus depredadores.
Como mecanismo de defensa ha desarrollado la mimetización que lo hace prácticamente invisible al ojo humano. Aún a pocos metros se mimetiza de tal modo que parece ser parte del suelo y solo personas muy conocedoras pueden identificar al lluthu para capturarlo.
Esta constelación oscura aparece en el cielo de la madrugada en el mes de Octubre y se queda hasta Julio; es decir, hasta el término de la cosecha de los tubérculos pues su relación con el cultivo de la papa, olluco, oca, añu, mashwa, etc. es evidente.
Esta constelación oscura aparece en el cielo de la madrugada en el mes de Octubre y se queda hasta Julio; es decir, hasta el término de la cosecha de los tubérculos pues su relación con el cultivo de la papa, olluco, oca, añu, mashwa, etc. es evidente.
Ha sido relacionado con el fin de la temporada seca y el inicio de las primeras lluvias dentro del mundo agrícola pero al parecer tiene un significado mucho más profundo de la que ha quedado una información pobre e incompleta.
Se sabe que el lluthu y otras aves silvestres eran propiedad de la sallqa (naturaleza) y por lo tanto propiedad de las deidades y del Inka, por eso eran usadas en sacrificios antes de iniciar una guerra a fin de contrarrestar el poder de las divinidades del enemigo. También se dice que eran aves muy apreciadas para hacer sacrificios en las cimas de las montañas durante la Luna Nueva y que sus huevos, por tener tanta variedad de colores, eran asociados con el arco iris (T. Zuidema, citado por J.Reinhard) . En el mundo místico andino también se le vincula con la fertilidad.
Su elevación a la categoría de deidad astral junto con otros animales importantes de la fauna inkaica y su cercanía con la Cruz del Sur ( de hecho, está junto a ella) lo convierte en un ave con implicancias mucho más interesantes y enigmáticas de las que contamos con muy poca información pero que motiva una investigación más profunda.
Se sabe que el lluthu y otras aves silvestres eran propiedad de la sallqa (naturaleza) y por lo tanto propiedad de las deidades y del Inka, por eso eran usadas en sacrificios antes de iniciar una guerra a fin de contrarrestar el poder de las divinidades del enemigo. También se dice que eran aves muy apreciadas para hacer sacrificios en las cimas de las montañas durante la Luna Nueva y que sus huevos, por tener tanta variedad de colores, eran asociados con el arco iris (T. Zuidema, citado por J.Reinhard) . En el mundo místico andino también se le vincula con la fertilidad.
Su elevación a la categoría de deidad astral junto con otros animales importantes de la fauna inkaica y su cercanía con la Cruz del Sur ( de hecho, está junto a ella) lo convierte en un ave con implicancias mucho más interesantes y enigmáticas de las que contamos con muy poca información pero que motiva una investigación más profunda.
Concluyendo con nuestro artículo deseo aclarar que hay comunidades donde manifiestan que en el cielo hay más de una perdiz; unos señalan que hay un lluthu en la zona de la Constelación de Escudo (Scutum), cerca del cúmulo M11 y otros que dicen que hay otra ave similar en la zona del Cisne (Cygnus), en el cielo del norte.
Total, hay tema para rato y material para seguir indagando.
lunes, 30 de marzo de 2009
WILLKAWARA : La Estrella Sagrada
WILLKAWARA: La Estrella Sagrada o
SIRIO en el mundo andino
SIRIO (Sirius) es la estrella más brillante del cielo, tiene una magnitud visual de -1.5, su nombre técnico es Alfa Canis Majoris o estrella alfa de la constelación del Can Mayor (el perro mayor); está ubicado en el hemisferio celestial del sur, cerca de la eclíptica, en la zona ecuatorial del cielo y su distancia desde la Tierra es de unos 9 años luz lo que lo ubica como una de las estrellas más cercanas.
En nuestra región sur andina, especialmente en el Qosqo, pasa casi exactamente por el cenit, al caer la noche , en los días cercanos al Equinoccio de Otoño (21 de marzo) constituyéndose en una atracción celestial única.
La historia de esta singular estrella se remonta a las culturas más antiguas del mundo. Los babilonios la conocían y la usaban como un marcador para su calendario; los egipcios la estudiaron y respetaron tanto al extremo de deificar sus apariciones relacionándolo con las crecidas del río Nilo y con ellas la esperanza renovada de una agricultura fructífera que colmara sus expectativas. La Gran Pirámide de Keops o Kufu tiene un conducto que atravesando la roca comunicaba, en su época, la Cámara Real o Tumba del Faraón con la estrella Sirius.
En época de los Inkas también Sirio jugaba un rol importante dentro de su cosmología y aunque los cronistas (europeos y locales) no escribieron nada preciso al respecto, sabemos por fuentes etnográficas que en algunos pueblos quedó grabado el mito de la “Estrella Sagrada” o Willkawara (de Willka = Sagrado y Wara = Estrella), del Diccionario de Bertonio.
Al parecer, esta palabra de origen aymara, igual que muchas otras, pasaron a ser parte del vocabulario qheswa (quechua); Así; “willka”, que en el aymara antiguo significaba “dios Sol” transformó su significado en “sagrado” y “wara wara” que significa “estrella” fue desapareciendo para convertirse en “qoyllur”. Los significados fueron cambiando con el tiempo e integrados al idioma de los Inkas bajo nuevas formas de dicción y significación.
Agricultores de diferentes comunidades campesinas conocen en forma de relatos míticos muchas costumbres ancestrales que en la actualidad han perdido su vigencia debido a la poderosa influencia del pensamiento racional del mundo moderno y el “cientificismo occidental”.
De ésos relatos hay uno que se refiere a la estrella Sirio y cuyo resúmen es el siguiente:
Se dice que Willkawara es una estrella que aparece al anochecer con las lluvias de diciembre y acompaña protegiendo las siembras del agricultor andino durante todo el período de maduración de las papas hasta su cosecha y almacenamiento. Para cuando esta estrella desaparece del cielo nocturno la papa ya debe estar entrojada, es decir, almacenada en los depósitos (qollqas) de un modo muy particular y técnico porque de otro modo la papa se pudre.
Pero el volumen mayor de la cosecha no se almacena ( o comercializa como en la actualidad) sino que se somete a un proceso de deshidratación en forma de ch’uñu o moraya para que dure mucho tiempo. Todo esto bajo la luz auspiciosa de Willkawara , que luego de cumplir su misión protectora se pierde en el horizonte occidental para reaparecer nuevamente en las madrugadas, un mes y medio después, trayendo el frío invernal que ayudará a conservar los alimentos almacenados.
Asi, Willkawara = Sirio cumplía con su rol de ayudar al hombre andino.
Un dato curioso y comprobable es la presencia actual de Willkawara en el cielo cusqueño: Antes de llegar al cenit, hacia fines de febrero, es señal para escarbar y cosechar las primeras papas que pertenecen a la siembra temprana o “maway” y luego que Willkawara pasa a ubicarse en el cielo del oeste, después de haber pasado el cenit, en el mes de marzo (unas semanas después de equinoccio), se espera la cosecha grande.
Una historia ( tal vez leyenda) muy interesante se pudo recopilar en Quispicanchis y según la cual se dice que el Inka Wiraqocha le obsequió a su hijo predilecto Urco (Urk’u) la estrella más brillante del cielo que pasó a llamarse igual que el heredero.
En ésa época aconteció la invasión de los Chancas y el Inka temeroso de ser capturado abandonó la ciudad huyendo hacia el oriente en compañía de su hijo Urco. La responsabilidad de defender al Qosqo la asumió su hijo menor Kusi Yupanqui quien con mucho esfuerzo derrotó e hizo huir al enemigo para luego constituirse en el nuevo Inka con el nombre de Pachakuteq.
Su padre no quiso reconocerlo como tal e insistía en imponer por la fuerza a su hijo Urco como Inka, pero Pachakuteq los derrotó y los sacó de la escena política. Hay quienes dicen también, en esa región, que el nombre del pueblo de Urcos proviene de ese acontecimiento.
En otras regiones del país, específicamente en el centro, Sirio tiene otros nombres. Según el estudioso A. Alberdi (“Tiksimuyu: El Universo”) esta estrella era conocida como Paya (vieja) o Paya Chaska confundiéndola con Venus y en otros lugares como Ch’isin Paya o la vieja de la noche. Alberdi explica ampliamente cada una de estas interesantes versiones.
Finalmente, comentaré algo que me parece necesario e importante: Escuché en un forum sobre la cosmogonía andina la intervención de un asistente que aseguraba que los inkas conocían a la estrella Sirio como una estrella doble y que su estrella compañera era visible a ojo desnudo (simple vista) tal como había sido observada en la antigüedad.
Creo que es un deber aclarar que, efectivamente, Sirio tiene una estrella compañera que se llama Sirius B; es una estrella de las llamadas “enanas blancas” pero su magnitud visual apenas alcanza a la magnitud +8.5 lo que hace imposible su visión a simple vista y más aún, está tan cerca de Sirio, pues su separación angular llega como máximo a unos 11 segundos de arco, que solo es posible verlo usando grandes telescopios que tengan una buena calidad óptica. Esta estrella compañera fue descubierta recién en 1862 gracias a los avances de la óptica moderna, las matemáticas y el esfuerzo del francés Le Verrier.
En la sierra peruana, por su altura, sus cielos diáfanos y en lugares oscuros, un ojo entrenado puede distinguir estrellas hasta la magnitud 6 y excepcionalmente hasta la magnitud 6.5 ; Entonces, reitero, es imposible ver a la estrella compañera de Willkawara.
SIRIO en el mundo andino
SIRIO (Sirius) es la estrella más brillante del cielo, tiene una magnitud visual de -1.5, su nombre técnico es Alfa Canis Majoris o estrella alfa de la constelación del Can Mayor (el perro mayor); está ubicado en el hemisferio celestial del sur, cerca de la eclíptica, en la zona ecuatorial del cielo y su distancia desde la Tierra es de unos 9 años luz lo que lo ubica como una de las estrellas más cercanas.
En nuestra región sur andina, especialmente en el Qosqo, pasa casi exactamente por el cenit, al caer la noche , en los días cercanos al Equinoccio de Otoño (21 de marzo) constituyéndose en una atracción celestial única.
La historia de esta singular estrella se remonta a las culturas más antiguas del mundo. Los babilonios la conocían y la usaban como un marcador para su calendario; los egipcios la estudiaron y respetaron tanto al extremo de deificar sus apariciones relacionándolo con las crecidas del río Nilo y con ellas la esperanza renovada de una agricultura fructífera que colmara sus expectativas. La Gran Pirámide de Keops o Kufu tiene un conducto que atravesando la roca comunicaba, en su época, la Cámara Real o Tumba del Faraón con la estrella Sirius.
En época de los Inkas también Sirio jugaba un rol importante dentro de su cosmología y aunque los cronistas (europeos y locales) no escribieron nada preciso al respecto, sabemos por fuentes etnográficas que en algunos pueblos quedó grabado el mito de la “Estrella Sagrada” o Willkawara (de Willka = Sagrado y Wara = Estrella), del Diccionario de Bertonio.
Al parecer, esta palabra de origen aymara, igual que muchas otras, pasaron a ser parte del vocabulario qheswa (quechua); Así; “willka”, que en el aymara antiguo significaba “dios Sol” transformó su significado en “sagrado” y “wara wara” que significa “estrella” fue desapareciendo para convertirse en “qoyllur”. Los significados fueron cambiando con el tiempo e integrados al idioma de los Inkas bajo nuevas formas de dicción y significación.
Agricultores de diferentes comunidades campesinas conocen en forma de relatos míticos muchas costumbres ancestrales que en la actualidad han perdido su vigencia debido a la poderosa influencia del pensamiento racional del mundo moderno y el “cientificismo occidental”.
De ésos relatos hay uno que se refiere a la estrella Sirio y cuyo resúmen es el siguiente:
Se dice que Willkawara es una estrella que aparece al anochecer con las lluvias de diciembre y acompaña protegiendo las siembras del agricultor andino durante todo el período de maduración de las papas hasta su cosecha y almacenamiento. Para cuando esta estrella desaparece del cielo nocturno la papa ya debe estar entrojada, es decir, almacenada en los depósitos (qollqas) de un modo muy particular y técnico porque de otro modo la papa se pudre.
Pero el volumen mayor de la cosecha no se almacena ( o comercializa como en la actualidad) sino que se somete a un proceso de deshidratación en forma de ch’uñu o moraya para que dure mucho tiempo. Todo esto bajo la luz auspiciosa de Willkawara , que luego de cumplir su misión protectora se pierde en el horizonte occidental para reaparecer nuevamente en las madrugadas, un mes y medio después, trayendo el frío invernal que ayudará a conservar los alimentos almacenados.
Asi, Willkawara = Sirio cumplía con su rol de ayudar al hombre andino.
Un dato curioso y comprobable es la presencia actual de Willkawara en el cielo cusqueño: Antes de llegar al cenit, hacia fines de febrero, es señal para escarbar y cosechar las primeras papas que pertenecen a la siembra temprana o “maway” y luego que Willkawara pasa a ubicarse en el cielo del oeste, después de haber pasado el cenit, en el mes de marzo (unas semanas después de equinoccio), se espera la cosecha grande.
Una historia ( tal vez leyenda) muy interesante se pudo recopilar en Quispicanchis y según la cual se dice que el Inka Wiraqocha le obsequió a su hijo predilecto Urco (Urk’u) la estrella más brillante del cielo que pasó a llamarse igual que el heredero.
En ésa época aconteció la invasión de los Chancas y el Inka temeroso de ser capturado abandonó la ciudad huyendo hacia el oriente en compañía de su hijo Urco. La responsabilidad de defender al Qosqo la asumió su hijo menor Kusi Yupanqui quien con mucho esfuerzo derrotó e hizo huir al enemigo para luego constituirse en el nuevo Inka con el nombre de Pachakuteq.
Su padre no quiso reconocerlo como tal e insistía en imponer por la fuerza a su hijo Urco como Inka, pero Pachakuteq los derrotó y los sacó de la escena política. Hay quienes dicen también, en esa región, que el nombre del pueblo de Urcos proviene de ese acontecimiento.
En otras regiones del país, específicamente en el centro, Sirio tiene otros nombres. Según el estudioso A. Alberdi (“Tiksimuyu: El Universo”) esta estrella era conocida como Paya (vieja) o Paya Chaska confundiéndola con Venus y en otros lugares como Ch’isin Paya o la vieja de la noche. Alberdi explica ampliamente cada una de estas interesantes versiones.
Finalmente, comentaré algo que me parece necesario e importante: Escuché en un forum sobre la cosmogonía andina la intervención de un asistente que aseguraba que los inkas conocían a la estrella Sirio como una estrella doble y que su estrella compañera era visible a ojo desnudo (simple vista) tal como había sido observada en la antigüedad.
Creo que es un deber aclarar que, efectivamente, Sirio tiene una estrella compañera que se llama Sirius B; es una estrella de las llamadas “enanas blancas” pero su magnitud visual apenas alcanza a la magnitud +8.5 lo que hace imposible su visión a simple vista y más aún, está tan cerca de Sirio, pues su separación angular llega como máximo a unos 11 segundos de arco, que solo es posible verlo usando grandes telescopios que tengan una buena calidad óptica. Esta estrella compañera fue descubierta recién en 1862 gracias a los avances de la óptica moderna, las matemáticas y el esfuerzo del francés Le Verrier.
En la sierra peruana, por su altura, sus cielos diáfanos y en lugares oscuros, un ojo entrenado puede distinguir estrellas hasta la magnitud 6 y excepcionalmente hasta la magnitud 6.5 ; Entonces, reitero, es imposible ver a la estrella compañera de Willkawara.
domingo, 29 de marzo de 2009
El "TORREON" de MACHUPICCHU y la ASTRONOMIA
EL TORREON DE MACHUPICCHU
Fue el "Templo del Sol"? , Un observatorio astronómico? , Un mausoleo real? ,
Qué fue?
Machupicchu tiene dentro de su entorno arquitectónico y natural tantas maravillas armoniosamente integradas que es difícil decir cuál de ellas es superior en calidad o belleza. No es mi intención privilegiar algunas de sus atracciones sino solamente tratar de aproximarme a uno de los que representa un verdadero enigma por su complejidad y misterio: El llamado “Torreón Circular”, “Templo del Sol” o “Mausoleo real”.
Machupicchu tiene dentro de su entorno arquitectónico y natural tantas maravillas armoniosamente integradas que es difícil decir cuál de ellas es superior en calidad o belleza. No es mi intención privilegiar algunas de sus atracciones sino solamente tratar de aproximarme a uno de los que representa un verdadero enigma por su complejidad y misterio: El llamado “Torreón Circular”, “Templo del Sol” o “Mausoleo real”.
Nadie sabe a ciencia cierta lo que fue debido a que posee elementos que se prestan a múltiples formas de percepción e interpretación así como plantear diversas hipótesis. Sin embargo, intentaremos aproximarnos, desde nuestra perspectiva y con riesgo a equivocarnos, a explicar lo que creemos que pudo haber sido.
Esta edificación es una de las más bellamente construidas y su diseño arquitectónico armoniosamente acoplado a la roca que le sirve de base lo convierte en algo único e irrepetible. La talladura de sus piedras son de muy fino acabado y todo hace suponer que fue un lugar sagrado o de primerísimo orden. Su forma semicircular solo se repite en el Qorikancha y el desaparecido Sunturwasi, en el Cusco.
Sus tres ventanas estratégicamente ubicadas nos plantean un reto al conocimiento y a la imaginación. Por los estudios de científicos extranjeros y nacionales así como las comprobaciones empíricas sabemos que la ventana que da hacia el NE , a unos 65 grados de azimut ( línea amarilla 1), concuerda perfectamente con la salida del Sol durante el Solsticio de Invierno, el 21 de Junio. Ese día, el primer rayo de Sol que llega al lugar penetra por la ventana y proyecta su haz de luz en el piso, sobre una roca tallada, señalando exactamente el Solsticio (ver foto inferior).
También por esa misma ventana, en horas de la madrugada, se puede ver a las Pléyades ( la Qollqa Celestial) así como a las Híades con su brillante estrella roja Aldebarán, anticipando la presencia del Sol. Una visión astronómica única y simbólicamente poderosa porque vincula la actividad religiosa con el pronóstico del clima y la fertilidad de los suelos.
Esos mismos días, al anochecer, observando por la ventana del SE, a unos 132 grados de azimut (línea azul 2), se puede ver la porción que corresponde a la cola de la constelación occidental del Escorpión, que por coincidencia tiene una forma que se aproxima al diseño del torreón. Algunos estudiosos afirman que esta formación estelar es la otra qollqa del cielo; otros, que es la cola del Amaru, la serpiente celestial; y otros que creen ver una parte del cuerpo del Choqechinchay, el felino dorado. Como podemos apreciar el vínculo con las constelaciones de la astronomía Inka es innegable.
Y para que no queden dudas de esta relación cósmica tenemos la tercera ventana, que es mucho mayor que las dos anteriores. Está orientada hacia el NNO, a unos 340 grados de azimut (a solo 20 grados del Norte, línea naranja 3), se le conoce como “La Ventana de las Sierpes” y durante los días del Solsticio, en la madrugada, se puede ver la puesta de las estrellas de la cola de la Osa Mayor en el horizonte. Cinco estrellas brillantes ( de las siete que conforman toda la cola) alineadas a manera de una línea curvada que semeja a una serpiente …coincidencia?
Por si fuera poco, algo más temprano, entre las 2 y 3 de la madrugada, se puede ver por la misma ventana la puesta de la estrella Deneb (alfa del Cisne) y cerca de ella la desaparición de una Constelación Oscura que representa a la otra llama celestial, el “masintin” de la llama del sur :Yakana o Qatachillay… más coincidencias?
Todas estas comprobaciones las realicé usando dos “softwares” astronómicos: The Sky, versión 5.0 y Guide, versión 8.0 que simulan las posiciones estelares en cualquier época que va desde el año 4000 a.C. hasta otros tantos en el futuro. Con los datos precisos de las coordenadas geográficas del lugar y la programación de la fecha deseada (elegí el año 1500 d.C. porque se supone que en esos años Machupicchu estaba en su máximo auge). Así logré comprobar lo que otros estudiosos nos habían informado antes.
Con relación a la roca que sirve de altar o piso (hoy en día muy erosionado) sobre el que se proyecta la sombra del Sol en el Solsticio de Invierno hay muchas versiones y la mayoría apunta a que es un símbolo de los tres mundos o niveles del pensamiento religioso inkaico: Hanan Pacha , Kay Pacha y Ukhu Pacha; sin embargo, en una conversación personal con el distinguido arqueólogo cusqueño Alfredo Mormontoy, quien por muchos años hizo trabajos de investigación en Machupicchu, obtuve la versión de que ésa piedra sería la representación de un puma sagrado.
Por otra parte hay estudios que relacionan este monumento lítico con el conjunto que lo rodea constituyendo una convergencia de varios motivos: mausoleo, como lo sugirió indirectamente Bingham, templo solar y un extraño observatorio astronómico. Es decir, varios niveles de concepciones y funciones que apuntan a ser un conjunto único y misterioso.
Sin pretender formular una hipótesis y simplemente guiado por la admiración y respeto por nuestra cultura ancestral pienso que este conjunto arquitectónico es parecido al “Templo del Cielo y de la Tierra” que tenían los antiguos chinos en la ciudad de Beijing porque servía para unir a los diferentes planos de su pensamiento cosmogónico: En la base (gruta llena de simbolismos) estaría la expresión del Ukhu Pacha; encima, el altar (con el puma sagrado tallado) que representaría el Kay Pacha y las ventanas que servirían como hilo conductor al Hanan Pacha graficados en forma de Constelaciones del cielo. NADA MAS ESPECTACULAR E INCREIBLE!!!
viernes, 16 de enero de 2009
Los SEQES y la ASTRONOMIA INKA
LOS SEQES Y LA ASTRONOMIA INKA
La división política del Imperio Inka (¿Fue un Estado, una Nación o un Reino?) en cuatro (tawa) grandes territorios o regiones (suyu), de allí su nombre: Tawantinsuyu, obedecía a una concepción muy original, una cosmovisión basada en una dualidad que se complementaba. De allí que todo lo existente tenía su mitad o contraparte y cuando se usaba la cuatripartición ( consecuencia de la división de la dualidad) también se unían las partes de dos en dos.
El Qosqo, como su centro u ombligo, representaba el corazón y el cerebro de las cuatro regiones unidas en este punto geográfico de carácter paradigmático. Aquí estaba el punto de partida y convergencia de cada una de ésas inmensas regiones.
Por las crónicas sabemos que del templo principal, el Qorikancha, salían en dirección de los cuatro suyus unas invisibles líneas conectoras a los numerosos adoratorios (wakas) que la ciudad-templo del Qosqo tenía y con ellos el vínculo con los seres tutelares o deidades de la religión andina. Cada adoratorio, lugar sagrado o templo menor estaba unido umbilicalmente con el Qorikancha porque constituía todo un sistema unitario y complejo de creencias religiosas.
Tales líneas conectoras eran llamados SEQES y fue el cronista Bernabé Cobo quien mejor lo explicó en el texto siguiente:
“Del templo del Sol salían como de centro ciertas líneas que los indios llaman ceques; y hacíanse cuatro partes conforme a los cuatro caminos reales que salían del Cuzco y en cada uno de aquellos ceques estaban por su orden las guacas y adoratorios que habían en el Cuzco y su comarca, como estaciones de lugares píos, cuya veneración era general a todos y cada ceque estaba a cargo de las parcialidades y familias de la dicha ciudad del Cuzco; de las cuales salían los ministros y sirvientes que cuidaban las guacas de su ceque y atendían a ofrecer a sus tiempos los sacrificios estatuidos” (1)
Hasta principios del siglo XX no se conocía nada de esto porque desde la época colonial (unos 300 años antes) habían sido borrados los vestigios de tales wakas y olvidados sus propósitos y rituales. Solo con el redescubrimiento de las crónicas y su estudio moderno supimos la existencia de estos lugares y acontecimientos. Y no fue porque los cronistas quisieran tratar de ellas como algo importante o edificante, ni maravilloso o sorprendente si no porque había que documentar su destrucción a manera de “pruebas de un delito” y solo porque era necesario “verificar su eliminación” y evitar que los indios continuaran haciendo ceremonias de “adoración al demonio” en tales lugares. Estos registros destinados a ser simples actas de trabajo de la “desaparición” del sistema de pensamiento religioso y sus actos rituales nos sirve hoy para reconstruir con mucho sacrificio esa ideología y religión perdida de nuestros antepasados.
En el rescate de este conocimiento ancestral es necesario ponderar el trabajo pionero realizado por el gran estudioso cusqueño, el Dr. Manuel Chavez Ballón y el aporte de otros investigadores extranjeros como John Rowe, Tom Zuidema, P. Kirchhoff, Wachtel, Urton, Bauer y otros; todos ellos desde mediados del siglo XX. Sin sus investigaciones y aportes no hubiera sido posible tener los elementos de juicio para tratar este tema.
Para aclarar algo más debo señalar que de los estudios de la mayoría de investigadores se concluye que los seqes fueron 41 y las wakas que se ubicaban a lo largo de esas líneas invisibles de conexión llegaron a ser 328, distribuidos del siguiente modo:
Chinchaysuyu (Ch.) : 9 seqes con 85 wakas
Antisuyu (An.) : 9 seqes con 78 wakas
Qollasuyu (Qo.) : 9 seqes con 85 wakas
Kuntisuyu (Ku.) :14 seqes con 80 wakas
Sin embargo, es necesario anotar que nuestro propósito no es el de tratar todo el sistema de seqes sino solamente, por la especialización de nuestro blog, de aquellos que guardaban alguna relación con la astronomía, incluidos los fenómenos atmosféricos a los que se creía parte de los fenómenos celestiales.
Como vimos en artículos anteriores los Inkas tenían una gran cantidad de deidades celestiales que formaban parte de su cosmovisión. Las constelaciones estelares formadas por estrellas brillantes y las constelaciones oscuras eran parte de ese mundo, por lo tanto habían wakas o adoratorios destinados a cumplir el ritual correspondiente para esas deidades.
Además de haber existido wakas en los lugares donde habían suqanqas o pilares destinados a señalar los movimientos del dios Sol en determinadas épocas del año, también hubo otros que señalaban salidas y ocasos de estrellas conocidas; y otras para aplacar la ira de sus dioses o deidades que intervenían en la naturaleza personificando fenómenos atmosféricos como el rayo, el arco iris, el granizo, etc.
Con respecto a los objetos celestiales que nos interesan, algunos investigadores como Zuidema, Sherbondy y Van der Guchte proponen que algunos seqes se proyectan hacia wakas que determinarían posiciones de salida o puesta de estrellas principales. Asi tenemos que probablemente algunos seqes del Chinchaysuyu tenían ese propósito: El sexto seqe apuntaría la puesta de la estrella Vega, el ojo de la pequeña llama brillante de colores ( o llamita de plata) en la constelación de la Lira (Ver el artículo correspondiente); el octavo seqe se alineaba con la puesta de la Qollqa (Pléyades), una de las constelaciones más importantes de la cosmología Inka; y el noveno seqe con la estrella Betelgeuse, la estrella roja que formaba parte de la gran Chakana Inka (Orión, en la astronomía occidental).
También en el Antisuyu estaban ubicadas algunas wakas relacionadas con objetos celestes; Asi, el quinto seqe señalaría la salida de la Qollqa (Pléyades) cuya observación servía para diagnosticar la cantidad y características del periodo de lluvias próximo y según ello tomar las decisiones previas a la siembra. El sexto seqe señalaba la salida de Betelgeuse (Orion), una estrella de la Chalana, presumiblemente por razones rituales.
En el Kuntisuyu era importante el primer seqe porque señalaba la salida de Beta Centauro, uno de los ojos de la llama sideral (Yakana-Qatachillay) que manejaba el ciclo de las aguas y las estaciones del año Inka.
Brian S. Bauer en su libro “Astronomía e Imperio en los Andes” refuta lo expuesto líneas arriba y dice que no existen tales alineaciones. Creemos, sin embargo, que hay muchos detalles y observaciones que deben ser hechos con mayor exactitud y determinar también los lugares precisos de las wakas en cuestión. Es probable que encontremos todavía alguna grata sorpresa: Tenemos más de un dato que confirma la hipótesis de que algunos seqes cumplían ese rol y en esa búsqueda estamos.
A continuación transcribiremos la relación de algunos de los seqes que Bernabé Cobo registró con motivo de cumplir la orden de “extirpar idolatrías” y que se relacionan con objetos de la astronomía.
Ch. 6:9 La novena waka del sexto seqe era un cerro llamado Quincalla, que está en el camino de Yucay donde estaban dos mojones o pilares que tenían por señal que llegando el Sol era el principio del verano (Invierno, en los Andes).
Ch. 8:7 La sétima waka del octavo seqe se decía Sucanca, era un cerro por donde viene la acequia de Chinchero, en que habían dos mojones por señal que cuando llegaba allí el Sol, había que comenzar a sembrar el maíz, el sacrificio que allí se hacía se dirigía al Sol, pidiéndole que llegara allí a tiempo que fuese buena sazón para sembrar y sacrificábanle carneros, ropa y corderillos pequeños de oro y plata.
An. 3:4 La cuarta waka del tercer seqe se decía Chuquimarca, era un templo del Sol en el cerro Mantocalla; en el cual se decía que bajaba a dormir el Sol muchas veces por lo cual allende de lo demás le ofrecían niños.
Ku. 13:3 La tercera waka del decimotercero seqe del Kuntisuyu era Chinchincalla, era un cerro grande donde estaban dos mojones a las cuales llegaba el Sol, era tiempo de sembrar.
En cuanto al clima y otros fenómenos atmosféricos habían otras wakas:
Ch. 2:3 La tercera waka del segundo seqe era un ídolo de oro macizo llamado “inti illapa” que quiere decir trueno del Sol, el cual estaba puesto en unas ricas andas de oro…
Ch. 4:8 La octava y última waka de este seqe era un cerro alto llamado Chuquipalta, que está junto a la fortaleza en el cual estaban puestos tres piedras en representación del Pachayachachic, Inti Illapa y Punchau… era tenido por adoratorio muy solemne.
Ch. 5:2 La segunda waka era un templo llamado Pucamarca… en el cual estaba un ídolo del trueno dicho Chucuylla.
An. 6:3 La tercera se llamaba Chuquicancha, es un cerro muy conocido, el cual tuvieron que era Casa del Sol. Hacían en él muy solemne sacrificio para alegrar al Sol.
An. 8:10 La décima se decía, era una piedrezuela que estaba en un cerro encima de Larapa, a la cual tenían por abogada contra el granizo: ofrecíanle demás de la ordinaria pedazuelos de oro pequeños y redondos.
Como ya hemos comentado, hoy en día, no queda una sola waka en pie pero de algunos de ellos gracias a sus nombres quechuas y algunos vestigios arquitectónicos se puede saber algunos datos como su ubicación geográfica y con ello su relación con los objetos celestiales que nos ocupan. Será cuestión de seguir buscando y analizando la información.
(1) Brian S. Bauer : "El Espacio Sagrado de los Inkas, El Sistema de Ceqes del Cuzco"
Cusco, Perú, Marzo,2000.
La división política del Imperio Inka (¿Fue un Estado, una Nación o un Reino?) en cuatro (tawa) grandes territorios o regiones (suyu), de allí su nombre: Tawantinsuyu, obedecía a una concepción muy original, una cosmovisión basada en una dualidad que se complementaba. De allí que todo lo existente tenía su mitad o contraparte y cuando se usaba la cuatripartición ( consecuencia de la división de la dualidad) también se unían las partes de dos en dos.
El Qosqo, como su centro u ombligo, representaba el corazón y el cerebro de las cuatro regiones unidas en este punto geográfico de carácter paradigmático. Aquí estaba el punto de partida y convergencia de cada una de ésas inmensas regiones.
Por las crónicas sabemos que del templo principal, el Qorikancha, salían en dirección de los cuatro suyus unas invisibles líneas conectoras a los numerosos adoratorios (wakas) que la ciudad-templo del Qosqo tenía y con ellos el vínculo con los seres tutelares o deidades de la religión andina. Cada adoratorio, lugar sagrado o templo menor estaba unido umbilicalmente con el Qorikancha porque constituía todo un sistema unitario y complejo de creencias religiosas.
Tales líneas conectoras eran llamados SEQES y fue el cronista Bernabé Cobo quien mejor lo explicó en el texto siguiente:
“Del templo del Sol salían como de centro ciertas líneas que los indios llaman ceques; y hacíanse cuatro partes conforme a los cuatro caminos reales que salían del Cuzco y en cada uno de aquellos ceques estaban por su orden las guacas y adoratorios que habían en el Cuzco y su comarca, como estaciones de lugares píos, cuya veneración era general a todos y cada ceque estaba a cargo de las parcialidades y familias de la dicha ciudad del Cuzco; de las cuales salían los ministros y sirvientes que cuidaban las guacas de su ceque y atendían a ofrecer a sus tiempos los sacrificios estatuidos” (1)
Hasta principios del siglo XX no se conocía nada de esto porque desde la época colonial (unos 300 años antes) habían sido borrados los vestigios de tales wakas y olvidados sus propósitos y rituales. Solo con el redescubrimiento de las crónicas y su estudio moderno supimos la existencia de estos lugares y acontecimientos. Y no fue porque los cronistas quisieran tratar de ellas como algo importante o edificante, ni maravilloso o sorprendente si no porque había que documentar su destrucción a manera de “pruebas de un delito” y solo porque era necesario “verificar su eliminación” y evitar que los indios continuaran haciendo ceremonias de “adoración al demonio” en tales lugares. Estos registros destinados a ser simples actas de trabajo de la “desaparición” del sistema de pensamiento religioso y sus actos rituales nos sirve hoy para reconstruir con mucho sacrificio esa ideología y religión perdida de nuestros antepasados.
En el rescate de este conocimiento ancestral es necesario ponderar el trabajo pionero realizado por el gran estudioso cusqueño, el Dr. Manuel Chavez Ballón y el aporte de otros investigadores extranjeros como John Rowe, Tom Zuidema, P. Kirchhoff, Wachtel, Urton, Bauer y otros; todos ellos desde mediados del siglo XX. Sin sus investigaciones y aportes no hubiera sido posible tener los elementos de juicio para tratar este tema.
Para aclarar algo más debo señalar que de los estudios de la mayoría de investigadores se concluye que los seqes fueron 41 y las wakas que se ubicaban a lo largo de esas líneas invisibles de conexión llegaron a ser 328, distribuidos del siguiente modo:
Chinchaysuyu (Ch.) : 9 seqes con 85 wakas
Antisuyu (An.) : 9 seqes con 78 wakas
Qollasuyu (Qo.) : 9 seqes con 85 wakas
Kuntisuyu (Ku.) :14 seqes con 80 wakas
Sin embargo, es necesario anotar que nuestro propósito no es el de tratar todo el sistema de seqes sino solamente, por la especialización de nuestro blog, de aquellos que guardaban alguna relación con la astronomía, incluidos los fenómenos atmosféricos a los que se creía parte de los fenómenos celestiales.
Como vimos en artículos anteriores los Inkas tenían una gran cantidad de deidades celestiales que formaban parte de su cosmovisión. Las constelaciones estelares formadas por estrellas brillantes y las constelaciones oscuras eran parte de ese mundo, por lo tanto habían wakas o adoratorios destinados a cumplir el ritual correspondiente para esas deidades.
Además de haber existido wakas en los lugares donde habían suqanqas o pilares destinados a señalar los movimientos del dios Sol en determinadas épocas del año, también hubo otros que señalaban salidas y ocasos de estrellas conocidas; y otras para aplacar la ira de sus dioses o deidades que intervenían en la naturaleza personificando fenómenos atmosféricos como el rayo, el arco iris, el granizo, etc.
Con respecto a los objetos celestiales que nos interesan, algunos investigadores como Zuidema, Sherbondy y Van der Guchte proponen que algunos seqes se proyectan hacia wakas que determinarían posiciones de salida o puesta de estrellas principales. Asi tenemos que probablemente algunos seqes del Chinchaysuyu tenían ese propósito: El sexto seqe apuntaría la puesta de la estrella Vega, el ojo de la pequeña llama brillante de colores ( o llamita de plata) en la constelación de la Lira (Ver el artículo correspondiente); el octavo seqe se alineaba con la puesta de la Qollqa (Pléyades), una de las constelaciones más importantes de la cosmología Inka; y el noveno seqe con la estrella Betelgeuse, la estrella roja que formaba parte de la gran Chakana Inka (Orión, en la astronomía occidental).
También en el Antisuyu estaban ubicadas algunas wakas relacionadas con objetos celestes; Asi, el quinto seqe señalaría la salida de la Qollqa (Pléyades) cuya observación servía para diagnosticar la cantidad y características del periodo de lluvias próximo y según ello tomar las decisiones previas a la siembra. El sexto seqe señalaba la salida de Betelgeuse (Orion), una estrella de la Chalana, presumiblemente por razones rituales.
En el Kuntisuyu era importante el primer seqe porque señalaba la salida de Beta Centauro, uno de los ojos de la llama sideral (Yakana-Qatachillay) que manejaba el ciclo de las aguas y las estaciones del año Inka.
Brian S. Bauer en su libro “Astronomía e Imperio en los Andes” refuta lo expuesto líneas arriba y dice que no existen tales alineaciones. Creemos, sin embargo, que hay muchos detalles y observaciones que deben ser hechos con mayor exactitud y determinar también los lugares precisos de las wakas en cuestión. Es probable que encontremos todavía alguna grata sorpresa: Tenemos más de un dato que confirma la hipótesis de que algunos seqes cumplían ese rol y en esa búsqueda estamos.
A continuación transcribiremos la relación de algunos de los seqes que Bernabé Cobo registró con motivo de cumplir la orden de “extirpar idolatrías” y que se relacionan con objetos de la astronomía.
Ch. 6:9 La novena waka del sexto seqe era un cerro llamado Quincalla, que está en el camino de Yucay donde estaban dos mojones o pilares que tenían por señal que llegando el Sol era el principio del verano (Invierno, en los Andes).
Ch. 8:7 La sétima waka del octavo seqe se decía Sucanca, era un cerro por donde viene la acequia de Chinchero, en que habían dos mojones por señal que cuando llegaba allí el Sol, había que comenzar a sembrar el maíz, el sacrificio que allí se hacía se dirigía al Sol, pidiéndole que llegara allí a tiempo que fuese buena sazón para sembrar y sacrificábanle carneros, ropa y corderillos pequeños de oro y plata.
An. 3:4 La cuarta waka del tercer seqe se decía Chuquimarca, era un templo del Sol en el cerro Mantocalla; en el cual se decía que bajaba a dormir el Sol muchas veces por lo cual allende de lo demás le ofrecían niños.
Ku. 13:3 La tercera waka del decimotercero seqe del Kuntisuyu era Chinchincalla, era un cerro grande donde estaban dos mojones a las cuales llegaba el Sol, era tiempo de sembrar.
En cuanto al clima y otros fenómenos atmosféricos habían otras wakas:
Ch. 2:3 La tercera waka del segundo seqe era un ídolo de oro macizo llamado “inti illapa” que quiere decir trueno del Sol, el cual estaba puesto en unas ricas andas de oro…
Ch. 4:8 La octava y última waka de este seqe era un cerro alto llamado Chuquipalta, que está junto a la fortaleza en el cual estaban puestos tres piedras en representación del Pachayachachic, Inti Illapa y Punchau… era tenido por adoratorio muy solemne.
Ch. 5:2 La segunda waka era un templo llamado Pucamarca… en el cual estaba un ídolo del trueno dicho Chucuylla.
An. 6:3 La tercera se llamaba Chuquicancha, es un cerro muy conocido, el cual tuvieron que era Casa del Sol. Hacían en él muy solemne sacrificio para alegrar al Sol.
An. 8:10 La décima se decía, era una piedrezuela que estaba en un cerro encima de Larapa, a la cual tenían por abogada contra el granizo: ofrecíanle demás de la ordinaria pedazuelos de oro pequeños y redondos.
Como ya hemos comentado, hoy en día, no queda una sola waka en pie pero de algunos de ellos gracias a sus nombres quechuas y algunos vestigios arquitectónicos se puede saber algunos datos como su ubicación geográfica y con ello su relación con los objetos celestiales que nos ocupan. Será cuestión de seguir buscando y analizando la información.
(1) Brian S. Bauer : "El Espacio Sagrado de los Inkas, El Sistema de Ceqes del Cuzco"
Cusco, Perú, Marzo,2000.
domingo, 4 de enero de 2009
La CONSTELACION OSCURA del SAPO
LA CONSTELACION OSCURA DEL SAPO ( Un Hanp'atu en el Hatun Mayu)
Como ya vimos en varios artículos anteriores ( Ver Entradas Antiguas, al pie de la página) los Inkas tuvieron dentro de su astronomía dos tipos de Constelaciones: Las Estelares, formadas por estrellas brillantes y las Oscuras, observando e interpretando las manchas oscuras que a lo largo de nuestra galaxia a Vía Láctea se pueden apreciar. No está demás precisar que las tales “manchas” no son más que grandes aglomeraciones de polvo y gas interestelar que forman parte de la galaxia e impiden el paso de la luz de las estrellas que están ubicadas detrás de tales nubes de polvo. Se les llama nebulosas oscuras y aparentemente parecen espacios vacíos o huecos dentro de la galaxia.
Dentro del mundo de seres deificados que tenían nuestros antepasados en el cielo sobresale, sin duda alguna, la gran Llama Sideral y acompañándola hacia el Sur de la galaxia varios otros animales como el Lluthu (perdiz), el Hanp’atu (sapo) y el Mach’aqway (culebra – serpiente). Precisamente en este artículo trataremos acerca de la ubicación y rol del SAPO o HANP'ATU dentro del pensamiento cosmológico de nuestros antepasados.
El Hanp’atu o sapo se halla ubicado dentro del Hatun Mayu ( el Gran Rio) celestial que es nuestra galaxia, La Vía Láctea, entre la perdiz y la culebra. Como ya se comentó antes, la perdiz (Lluthu) viene a ser la nebulosa oscura que se ubica a la izquierda de la estrella Alfa Crucis y que se conoce astronómicamente como el Saco de Carbón ( Coal Sack, en los mapas) y la culebra o serpiente, algo más difícil de ubicarla, en la Constelación de Carina, a la derecha de la nebulosa Eta Carinae y que se prolonga hasta las constelaciones de Vela y Puppis.
Astronómicamente el sapo celestial se ubica en la confluencia de tres constelaciones occidentales: Centauro, Mosca y Carina, entre tres estrellas que forman un triánguilo acutángulo; estas son : Lambda Muscae, Lambda Centauro y Theta Carinae.
La cabeza del sapo se encuentra a la derecha (Oeste) de Lambda Centauro y el cuerpo rebasa hacia el sur a las otras dos estrellas del triángulo. Para verlo nítidamente es necesario observarlo en una noche sin Luna, lejos de las luces de la ciudad, entre los meses de noviembre y diciembre en hors de la madrugada o entre los meses de abril, mayo y junio en las primeras horas de la noche. Alcanza su culminación ( su punto más elevado en el cielo) a mediados del mes de mayo a las 7 p.m. aproximadamente.
El sapo del Hatun Mayu aparece en el cielo del amanecer hacia fines del mes de octubre cuando las lluvias tempranas descargan sus primeras aguas y ellos con su croar anuncian la inminencia de más lluvia. El sapo simboliza el agua y los manantiales, según la tradición de los pueblos andinos. Se dice que es un animal muy querido por la Pacha Mama porque ésta lo acoge en sus entrañas durante el tiempo de secano cuando el sapo hiberna, y cuando en los campos cultivados empiezan a brotar las primeras plantas sale para cooperar con el labrador. Este pequeño jardinero que fue en otro tiempo, junto con la perdiz y la culebra, uno de los combatientes más eficaces de las plagas conformadas por insectos nocivos y otros bichos que destruían los sembradíos, eran pues, los insecticidas naturales del agricultor andino. Lastimosamente hoy en día a causa del uso indiscriminado de herbicidas, insecticidas y pesticidas químicos se ha destruido su habitat y su ecosistema y con él la muerte de estos grandes colaboradores. Los pocos ejemplares que todavía quedan en los campos están en peligro de extinción y con él los recuerdos de un pequeño animal que tanta importancia tuvo en el pasado al punto de tener un símil deificado en el cielo.
El sapo del Hatun Mayu aparece en el cielo del amanecer hacia fines del mes de octubre cuando las lluvias tempranas descargan sus primeras aguas y ellos con su croar anuncian la inminencia de más lluvia. El sapo simboliza el agua y los manantiales, según la tradición de los pueblos andinos. Se dice que es un animal muy querido por la Pacha Mama porque ésta lo acoge en sus entrañas durante el tiempo de secano cuando el sapo hiberna, y cuando en los campos cultivados empiezan a brotar las primeras plantas sale para cooperar con el labrador. Este pequeño jardinero que fue en otro tiempo, junto con la perdiz y la culebra, uno de los combatientes más eficaces de las plagas conformadas por insectos nocivos y otros bichos que destruían los sembradíos, eran pues, los insecticidas naturales del agricultor andino. Lastimosamente hoy en día a causa del uso indiscriminado de herbicidas, insecticidas y pesticidas químicos se ha destruido su habitat y su ecosistema y con él la muerte de estos grandes colaboradores. Los pocos ejemplares que todavía quedan en los campos están en peligro de extinción y con él los recuerdos de un pequeño animal que tanta importancia tuvo en el pasado al punto de tener un símil deificado en el cielo.
La mala reputación del sapo fue decretado por la religión del invasor. En efecto, para los sacerdotes católicos de la colonia el sapo era un animal maléfico porque representaba a los hechiceros y brujos y por lo tanto, al igual que a la serpiente, se le condenó a ser proscrito por el dogmatismo religioso. Es verdad que el sapo también juega un papel importante como agente y elemento de consulta para el paqo, el adivino, el sanador, el hechicero y todos cuantos manejan elementos del mundo magico-religioso andino. Se le acusa de propiciar amores ilícitos, de hacer posible los amores “imposibilitados” por razones económicas o sociales, se dice que persigue a las mujeres solas para encantarlas, etc. toda una cantidad de supersticiones y fantasía perversa que aún perviven en las comunidades andinas.
Pero por sobre todo lo que se diga el sapo es un animalito humilde, indefenso, pacífico y no es portador de enfermedades, solo su “fealdad” lo hace algo repulsivo; sin embargo, en la balanza de la justicia y de la razon ha sido, es y será un buen amigo del agricultor y su figura en el Hatun Mayu seguirá incólume por los siglos.
sábado, 3 de enero de 2009
OLLANTAYTANPU y sus Observatorios Astronómicos
OLLANTAYTANPU y sus Observatorios Astronómicos
El antiguo TANPU de los Inkas ubicado en el extremo del tercio nor-occidental del Valle Sagrado, a unos 70 Km al N-O del Qosqo, fue llamado posteriormente como Ollantaytanpu (Ollantaytambo, en la forma moderna) o el Tanpu de Ollantay, el epónimo guerrero que dio origen a una de las leyendas más conocidas y populares de la región, es un pueblo maravilloso por sus múltiples atractivos: Como todas las urbes incaicas fue construido en un lugar militarmente estratégico, enmarcado en un soberbio paisaje enclavado entre altas montañas y con una arquitectura que asombra a quien lo visita.
Dentro de sus monumentales edificaciones se encuentra, al igual que en otras urbes incaicas, complejos arquitectónicos dedicados a la observación astronómica. La necesidad de un calendario y el cumplimiento de sagrados rituales exigían tales construcciones o lugares naturales aprovechados con esa finalidad.
Así, de cuerdo al estudio realizado por los Hnos. Fernando y Edgar Elorrieta y otros investigadores podemos señalar varios lugares en los que se hacían determinadas observaciones astronómicas en diferentes épocas del año como se verá a continuación:
1. La Pirámide Virtual de Paqaritanpu.
Ubicado al pie del complejo religioso, en la parte baja del pueblo, se puede distinguir un ordenamiento de chacras inusual que rompe con la disposición de las demás. Vista esta extensa área desde las alturas del cerro Yanaqaqa (Peñón Negro), al S-O, se distingue una ilusión óptica increíble: El conjunto de chacras ordenados como franjas, en niveles ascendentes y formando caras geométricas triangulares de casi 500 metros de base forman una enorme pirámide trunca que virtualmente se alza por encima de los demás terrenos de cultivo. Vista espectacular que además muestra en su cara Sur dos formas rectangulares de terrenos a manera de andenes que forman una enigmática imagen de callejones.
Esta pirámide virtual sirve en los Solsticios como una superficie sobre la cual los rayos del Sol proyectan sus luces durante el orto. Cada cara es iluminada en cada Solsticio: Asi, la cara Oeste es iluminada directamente en el orto del Solsticio de Verano (22 de Diciembre) y la cara Sur en el orto del Solsticio de Invierno (21 de Junio).
Esta pirámide virtual sirve en los Solsticios como una superficie sobre la cual los rayos del Sol proyectan sus luces durante el orto. Cada cara es iluminada en cada Solsticio: Asi, la cara Oeste es iluminada directamente en el orto del Solsticio de Verano (22 de Diciembre) y la cara Sur en el orto del Solsticio de Invierno (21 de Junio).
Además de eso, y para hacerlo más interesante, la arista que une a las caras Oeste y Sur se alinean con la salida del Sol durante los Equinoccios (21 de marzo y 23 de Setiembre). Todo exactamente calculado!!!
2. Llamaq Uman (La Cabeza de la Llama)
Es el complejo religioso, en la parte alta de la llamada “fortaleza”, en el sector donde está el templo mayor con aquellos gigantescos lienzos pétreos que tanta admiración causan,donde hay piedras finamente pulidas, de dimensiones colosales que fueron ex profesamente ubicadas siguiendo orientaciones cósmicas.
Una de esas piedras tiene una ménsula alargada que a manera de una pequeña y delgada cornisa es iluminada por el sol del medio día justamente en el Solsticio de Verano (22 de Diciembre). Después de iluminarse completamente se va oscureciendo poco a poco en ambos sentidos hasta converger en un solo punto y desaparecer (1).
Algo de verdad sorprendente!!!
Todo este complejo religioso estaba dedicado a la celebración del Qhapaq Raymi, en el Solsticio de Verano, por lo menos así se deduce de todo su alineamiento astronómico.
Todo este complejo religioso estaba dedicado a la celebración del Qhapaq Raymi, en el Solsticio de Verano, por lo menos así se deduce de todo su alineamiento astronómico.
3. Inti Qhawarina (Donde se Observa al Sol)
Este lugar hoy llamado “Intimisana” muestra características diferentes al de los Intiwatanas o Pacha Unanchaq, pues no se trata de un gnomon vertical que proyecta sombras a los costados. Aquí hay varios gnomones que fueron esculpidos en una masa pétrea a manera de ménsulas cilíndricas que se ubican en forma horizontal y proyectan sombras rectangulares alargadas sobre una base escalonada que también forma parte del mismo bloque pétreo .
Aun cuando desconocemos el propósito de todo el complejo es importante señalar que justamente en el Solsticio de Verano las sombras que proyectan los gnomones horizontales al medio día calzan exactamente en unas muescas del piso (Ver fotos 1, 2 y 3) con lo que se ha comprobado que tenían como fin el reforzamiento de las observaciones astronómicas en esa importante fecha del ritual Inka.
También se ha comprobado que las sombras el día del Sol Cenit (11 de Febrero y 30 de Octubre) concuerdan con uno de los escalones el piso rocoso con lo que el lugar se convierte en un atractivo científico de primer orden y que debe ser más estudiado.
4. Kuntur Waka (El Adoratorio del Condor)
Dentro del área de Ollantaytanpu hay una waka dedicada al condor andino. Es un roquedo que tiene la forma de esta gigantesca ave y tiene un altar y otras formas esculpidas en la roca. Aun cuando está muy erosionado y casi destruido se puede apreciar un gnomon lítico encima de una gran cornisa de piedra y justamente durante el Solsticio de Verano la cabeza del Condor proyecta una sombra sobre el altar y la sombra del pico del ave concuerda con el gnomon. Dudamos que sea una coincidencia y mas bien pensamos que se trata también de un homenaje, en la misma fecha del solsticio, a la figura del majestuoso Kuntur.
Concluyendo : No es posible explicar a cabalidad y con palabras que nunca serán suficientes, cada uno de los lugares descritos líneas arriba. Para admirar, experimentar emociones más profundas y comprender algo más de tanta maravilla es necesario verlo físicamente, vivir la experiencia de pisar cada lugar, sentir la fascinación de su atmósfera mística, observarlo cuidadosamente y abrir todos los sentidos para “respirar” este ambiente sin igual. Todo eso y mucho más se experimenta en OLLANTAYTANPU.
Concluyendo : No es posible explicar a cabalidad y con palabras que nunca serán suficientes, cada uno de los lugares descritos líneas arriba. Para admirar, experimentar emociones más profundas y comprender algo más de tanta maravilla es necesario verlo físicamente, vivir la experiencia de pisar cada lugar, sentir la fascinación de su atmósfera mística, observarlo cuidadosamente y abrir todos los sentidos para “respirar” este ambiente sin igual. Todo eso y mucho más se experimenta en OLLANTAYTANPU.
(1) "La Gran Piramide de Pacaritanpu" Fernando E. Elorrieta Salazar, Edgar Elorrieta Salazar; Cusco, Peru, 1992
Bibliografía : Obra citada arriba y "CUSCO AND THE SACRED VALLEY OF THE INCAS" Fernando y Edgar Elorrieta Salazar; Cusco, Peru, 2003
Fotos : Tomados de los libros citados.
Fotos : Tomados de los libros citados.
viernes, 2 de enero de 2009
ASTRONOMIA INKA : Naturaleza y Carácter
ASTRONOMIA INKA : Naturaleza y Carácter
Iniciando el nuevo año quiero aprovechar la oportunidad para dar una respuesta breve pero concisa a las preguntas que me han hecho llegar gentiles amigos solicitando precisiones acerca de la naturaleza y carácter de la Astronomía Inka.
Sin ánimo en entrar en disquisiciones profundas ni tener el privilegio de conocer la totalidad de ese conocimiento ancestral, basado en un esquema simple que facilite su comprensión debo manifestar que de acuerdo la bibliografía disponible y el aporte de mis modestas investigaciones puedo decir que la Astronomía Inka tuvo las siguientes particularidades:
1. Fue SIMBOLICA.
Aún cuando sabemos que no podemos hablar “estrictamente” de la Astronomía Inka como CIENCIA debido a que nuestros antepasados no alcanzaron el “avance y visión” que tiene el hombre moderno, sino mas bien un pensamiento más próximo al de la antigua “astrología” de los pueblos más antiguos del mundo; es decir, una mezcla de conocimientos, creencias, prejuicios y supersticiones.
Los astros del cielo fueron símbolos o representaciones de la DIVINIDAD, de los ORIGENES y de los FUNDAMENTOS y por ello se explica que el Sol (Inti), en su rol de dios supremo, haya enviado a su hijo con la misión de encontrar el lugar más conveniente para fundar un gran pueblo y desarrollar allí su civilización. Acompañando al Sol estaba la Luna (Killa), su esposa y compañera. Como se podrá observar se trata de dos cuerpos celestes, astronómicos, los que fungen de progenitores de la raza de hombres que crearon el Tawantinsuyu.
Otros símbolos astronómicos, tal vez de segundo nivel, fueron las estrellas (Qoyllur) y los planetas (Puriq Qoyllur) que por estar ubicados en un emplazamiento sideral más remoto pasaron a ser, en forma de Constelaciones, los símbolos de muchas de las deidades del mundo celestial andino.
En un tercer plano, aunque no menos importante, estaban el rayo (Illapa), el granizo (Chikchi) y el arco iris (K’uichi) con sus múltiples simbolismos e interpretaciones.
No está demás decir que los metales preciosos oro y plata eran para darle un simbolismo material al Sol, la Luna y demás objetos celestes tomados por dioses. Incluso muchos años después de la invasión hispana los artistas indígenas continuaban “subrepticiamente” grabando sus símbolos astronómicos (Sol y Luna) en las piedras labradas de los templos católicos y en los cuadros religiosos de la pintura colonial.
2. Fue RITUALISTA.
Las wakas (adoratorios), que fueron unas 400 mas o menos, distribuidas en al área del valle del Qosqo, testimonian el carácter netamente ritualista de la religión incaica . La sacralidad del Qosqo precisamente deriva de la cantidad de lugares píos y sagrados que representaban a diferentes entidades del mundo terrenal y cósmico destinadas a proteger a sus pobladores de todo peligro y daño a través de diferentes ceremonias, ritos, ofrendas y sacrificios.
Los templos construidos en el interior del Qorikancha son una prueba fehaciente de la adoración al Sol, la Luna, Venus, las Pléyades, etc. relacionados directamente con la astronomía. El Ushnu (Altar) de la plaza principal así como las suqanqas, ubicadas en los cerros aledaños a la ciudad, para señalar solsticios y equinoccios ( entre otros) tenían carácter sagrado y otras vinculaciones geo-astronómicas.
Y si queremos adentrarnos algo más como ejemplo diremos que en el día del Inti Raymi, en el solsticio de invierno, era el propio Sol (objeto astronómico divinizado) el que encendía el fuego nuevo por intercesión del Inka. Otro ejemplo ilustrativo es el rol que desempeñaba el ritual dedicado a aplacar la “ira” del rayo o los efectos del granizo a los que se tenía un terrible miedo. Sacrificios y ofrendas mediaban en su ceremoniales para apaciguar la cólera de estos agentes considerados de naturaleza celestial o astronómica.
3. Era PREDICTIVA.
La lectura de las estrellas con la finalidad de hacer un pronóstico del comportamiento del clima en los meses venideros y su incidencia en la agricultura ha sido comentado en nuestro artículo : “Las Pléyades: Su rol en el mundo andino” ( ver Entradas Antiguas en el blog) y con ello la prueba irrefutable de que la observación estelar tenía como meta auscultar el comportamiento climático de los meses de secano para saber cómo sería la próxima temporada de lluvias y tomar las previsiones del caso. Esta predicción climática observando a la Pléyades también era corroborada con otras observaciones más “terrenales” tales como la aparición de insectos fuera de temporada, las migraciones de aves, el aullido de ciertos animales, la evaluación de la humedad debajo de los guijarros de las riberas de los ríos, la observación atenta de los celajes tanto al anochecer como al amanecer, etc. Todavía hoy en día es de capital importancia hacer ese tipo de observaciones para que el hombre andino alcance éxito en sus campañas agrícolas.
Un aspecto que merece ser dilucidado es el referido a la observación de los cuerpos celestes con fines adivinatorios. A diferencia de la cultura Maya, cuyos registros astronómicos eran utilizados como una lectura de eventos políticos y militares futuros con los que se decidían conquistas, guerras, etc. Los Inkas no usaron tal sistema de “consulta con los astros”; tenían más bien una gran cantidad de recursos para este fin. Recordemos que en las grandes ceremonias como el Inti Raymi se “leía” el destino del imperio en las vísceras de los animales sacrificados, luego de ofrecer el corazón al Sol. Para fines más personales era usado el método de la lectura de la hoja de coca (todavía muy usado en la actualidad), la lectura de los granos de maíz de colores, los wayruros, y muchos otros cuya finalidad era conocer el destino o los hechos de un futuro inmediato para evitarlos si se mostraban negativos o estimularlos en caso contrario.
4. Era EXCLUSIVA.
En el artículo “Los Astrónomos Inkas” (ver Entradas Antiguas) vimos con detalle el carácter exclusivo del manejo de la información astronómica por parte de la elite gobernante (Inka, Sacerdotes, Amautas) debido al modelo de sociedad de tipo vertical con la autoridad y control absoluto del Inka sobre la organización político-social-económica y religiosa de todo el Tawantinsuyu.
En este contexto, solo un puñado de sabios expertos interpretaban las observaciones astronómicas e informaban a los niveles inferiores para el cumplimiento de tareas concretas tales como por ejemplo el aumento o disminución de determinados cultivos en la perspectiva de un año muy lluvioso y muy seco.
Finalmente es necesario comentar que la astronomía ( y sus cuerpos celestes) era para los Inkas uno de los tantos componentes naturales que sustentaban todo el cuerpo de conocimientos que disponían para interpretar y darle sentido a su mundo.
Iniciando el nuevo año quiero aprovechar la oportunidad para dar una respuesta breve pero concisa a las preguntas que me han hecho llegar gentiles amigos solicitando precisiones acerca de la naturaleza y carácter de la Astronomía Inka.
Sin ánimo en entrar en disquisiciones profundas ni tener el privilegio de conocer la totalidad de ese conocimiento ancestral, basado en un esquema simple que facilite su comprensión debo manifestar que de acuerdo la bibliografía disponible y el aporte de mis modestas investigaciones puedo decir que la Astronomía Inka tuvo las siguientes particularidades:
1. Fue SIMBOLICA.
Aún cuando sabemos que no podemos hablar “estrictamente” de la Astronomía Inka como CIENCIA debido a que nuestros antepasados no alcanzaron el “avance y visión” que tiene el hombre moderno, sino mas bien un pensamiento más próximo al de la antigua “astrología” de los pueblos más antiguos del mundo; es decir, una mezcla de conocimientos, creencias, prejuicios y supersticiones.
Los astros del cielo fueron símbolos o representaciones de la DIVINIDAD, de los ORIGENES y de los FUNDAMENTOS y por ello se explica que el Sol (Inti), en su rol de dios supremo, haya enviado a su hijo con la misión de encontrar el lugar más conveniente para fundar un gran pueblo y desarrollar allí su civilización. Acompañando al Sol estaba la Luna (Killa), su esposa y compañera. Como se podrá observar se trata de dos cuerpos celestes, astronómicos, los que fungen de progenitores de la raza de hombres que crearon el Tawantinsuyu.
Otros símbolos astronómicos, tal vez de segundo nivel, fueron las estrellas (Qoyllur) y los planetas (Puriq Qoyllur) que por estar ubicados en un emplazamiento sideral más remoto pasaron a ser, en forma de Constelaciones, los símbolos de muchas de las deidades del mundo celestial andino.
En un tercer plano, aunque no menos importante, estaban el rayo (Illapa), el granizo (Chikchi) y el arco iris (K’uichi) con sus múltiples simbolismos e interpretaciones.
No está demás decir que los metales preciosos oro y plata eran para darle un simbolismo material al Sol, la Luna y demás objetos celestes tomados por dioses. Incluso muchos años después de la invasión hispana los artistas indígenas continuaban “subrepticiamente” grabando sus símbolos astronómicos (Sol y Luna) en las piedras labradas de los templos católicos y en los cuadros religiosos de la pintura colonial.
2. Fue RITUALISTA.
Las wakas (adoratorios), que fueron unas 400 mas o menos, distribuidas en al área del valle del Qosqo, testimonian el carácter netamente ritualista de la religión incaica . La sacralidad del Qosqo precisamente deriva de la cantidad de lugares píos y sagrados que representaban a diferentes entidades del mundo terrenal y cósmico destinadas a proteger a sus pobladores de todo peligro y daño a través de diferentes ceremonias, ritos, ofrendas y sacrificios.
Los templos construidos en el interior del Qorikancha son una prueba fehaciente de la adoración al Sol, la Luna, Venus, las Pléyades, etc. relacionados directamente con la astronomía. El Ushnu (Altar) de la plaza principal así como las suqanqas, ubicadas en los cerros aledaños a la ciudad, para señalar solsticios y equinoccios ( entre otros) tenían carácter sagrado y otras vinculaciones geo-astronómicas.
Y si queremos adentrarnos algo más como ejemplo diremos que en el día del Inti Raymi, en el solsticio de invierno, era el propio Sol (objeto astronómico divinizado) el que encendía el fuego nuevo por intercesión del Inka. Otro ejemplo ilustrativo es el rol que desempeñaba el ritual dedicado a aplacar la “ira” del rayo o los efectos del granizo a los que se tenía un terrible miedo. Sacrificios y ofrendas mediaban en su ceremoniales para apaciguar la cólera de estos agentes considerados de naturaleza celestial o astronómica.
3. Era PREDICTIVA.
La lectura de las estrellas con la finalidad de hacer un pronóstico del comportamiento del clima en los meses venideros y su incidencia en la agricultura ha sido comentado en nuestro artículo : “Las Pléyades: Su rol en el mundo andino” ( ver Entradas Antiguas en el blog) y con ello la prueba irrefutable de que la observación estelar tenía como meta auscultar el comportamiento climático de los meses de secano para saber cómo sería la próxima temporada de lluvias y tomar las previsiones del caso. Esta predicción climática observando a la Pléyades también era corroborada con otras observaciones más “terrenales” tales como la aparición de insectos fuera de temporada, las migraciones de aves, el aullido de ciertos animales, la evaluación de la humedad debajo de los guijarros de las riberas de los ríos, la observación atenta de los celajes tanto al anochecer como al amanecer, etc. Todavía hoy en día es de capital importancia hacer ese tipo de observaciones para que el hombre andino alcance éxito en sus campañas agrícolas.
Un aspecto que merece ser dilucidado es el referido a la observación de los cuerpos celestes con fines adivinatorios. A diferencia de la cultura Maya, cuyos registros astronómicos eran utilizados como una lectura de eventos políticos y militares futuros con los que se decidían conquistas, guerras, etc. Los Inkas no usaron tal sistema de “consulta con los astros”; tenían más bien una gran cantidad de recursos para este fin. Recordemos que en las grandes ceremonias como el Inti Raymi se “leía” el destino del imperio en las vísceras de los animales sacrificados, luego de ofrecer el corazón al Sol. Para fines más personales era usado el método de la lectura de la hoja de coca (todavía muy usado en la actualidad), la lectura de los granos de maíz de colores, los wayruros, y muchos otros cuya finalidad era conocer el destino o los hechos de un futuro inmediato para evitarlos si se mostraban negativos o estimularlos en caso contrario.
4. Era EXCLUSIVA.
En el artículo “Los Astrónomos Inkas” (ver Entradas Antiguas) vimos con detalle el carácter exclusivo del manejo de la información astronómica por parte de la elite gobernante (Inka, Sacerdotes, Amautas) debido al modelo de sociedad de tipo vertical con la autoridad y control absoluto del Inka sobre la organización político-social-económica y religiosa de todo el Tawantinsuyu.
En este contexto, solo un puñado de sabios expertos interpretaban las observaciones astronómicas e informaban a los niveles inferiores para el cumplimiento de tareas concretas tales como por ejemplo el aumento o disminución de determinados cultivos en la perspectiva de un año muy lluvioso y muy seco.
Finalmente es necesario comentar que la astronomía ( y sus cuerpos celestes) era para los Inkas uno de los tantos componentes naturales que sustentaban todo el cuerpo de conocimientos que disponían para interpretar y darle sentido a su mundo.
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