“LLAMA KANCHA”: ¿Otra Constelación Inka?
Q’eros es una comunidad indígena de raíces ancestrales que
se ubica en la provincia de Paucartambo , Cusco. Se dice que es uno de los
últimos pueblos andinos que aún conserva
las costumbres inkaicas debido a su localización remota y su aislamiento
por cientos de años. El desplazamiento de los antiguos ayllus inkaicos ocurrido
a causa de la repartición de tierras y gentes por parte de los invasores
hispanos luego de la caída del imperio, hizo que algunos de ellos buscaran
refugio en lugares apartados, inhóspitos
y de difícil acceso, por ello los Q’eros habitan en tierras que se hallan por encima de los
cuatro mil metros de altura, sin caminos carrozables, y a mucha distancia de los poblados
más cercanos.
Estas características únicas la hicieron famosa
constituyendo en la actualidad un verdadero laboratorio de estudio para
antropólogos, sociólogos y otros estudiosos de las Ciencias Sociales.
Hace poco visitaron a los Q’eros el astrónomo norteamericano
John Stocke y su esposa Debra con la finalidad de filmar un documental sobre el
uso de plantas medicinales de altura (especialidad de Debra), así como para
hacer indagaciones de astronomía cultural (John).
Durante una entrevista con John Stocke compartió conmigo
algo de sus interesantes investigaciones acerca del mundo estelar de los
Q’eros, en especial, sus observaciones del cielo. Una de ellas se refiere al
conocimiento de las constelaciones que se conocían desde la época inkaica y que
se conservó en esa lejana comunidad. Luego de identificar a la llama negra, a
su cría, al zorro, y otras constelaciones oscuras, dijeron conocer también la
constelación de “Llama Kancha” (Kancha= Cercado, patio, recinto amurallado,
corral, etc.) que, en versión de los Q’eros, se trata de los corrales de las
llamas y alpacas que estaban representadas en el cielo en forma de una
agrupación de estrellas, semejando
corrales o espacios cercados, para la protección de los auquénidos durante
las noches.
En el área del cielo en que otros pueblos andinos identifican al hamp’atu o sapo, los Q’eros no
ven ningún sapo debido a que en su zona geográfica no existen sapos por causa
de la altura (el sapo no vive en regiones a más de 4,000m de altura) y, por lo
tanto, esa zona oscura era considerada más bien como una “kancha” rodeado de
estrellas brillantes que forman la figura del cerco del corral. También
mostraron los Q’eros a John Stocke otros corrales o kanchas formadas por
estrellas menos luminosas en el área austral cercana a la Cruz del Sur.
Entre las constelaciones occidentales de
la Mosca, la Quilla o Carina, el Camaleón y el Pez Volador o Volans.
Según parece, los antiguos pueblos andinos, según su
ubicación geográfica y factores climáticos propios de su piso ecológico,
ubicaron en el cielo constelaciones que se acomodaban mejor a su esquema
ideológico-religioso, así como a sus necesidades calendáricas, o relacionadas a
la programación de las épocas de siembra
y de cosecha, apareamiento de sus animales, rituales a sus divinidades, etc. Estas
características fueron extensamente explicadas en artículos anteriores de este
blog.
Un detalle final que debo comentar es que los Q’eros
explicaron a Stocke que el brillo de las estrellas de “Llama Kancha” eran “señales” que les
advertían sobre la salud de los auquénidos. Obre este interesante tópico trataremos con más detalle en un futuro
artículo.
Por ahora tenemos la satisfacción y alegría, gracias al
astrónomo John Stocke, de anunciar este
nuevo descubrimiento que enriquece y amplía el conocimiento astronómico de
nuestros ancestros y que vamos recuperando poco a poco lo que creíamos que ya
se había perdido a causa del tiempo transcurrido y las influencias de la
modernidad occidental.