jueves, 24 de julio de 2008
LA VIA LACTEA : EL HATUN MAYU
En las noches de junio y de julio, luego del anochecer, podemos ver entre las estrellas del cielo nocturno una gruesa franja débilmente iluminada y de apariencia nubosa que cruza el firmamento de noreste a suroeste. Es la porción central de nuestra galaxia, la Vía Láctea.
Lastimosamente esta bella e increíble visión solo es posible, en la actualidad, desde lugares lejanos y oscuros debido a la creciente polución lumínica de las ciudades derivada del mal uso del sistema de iluminación eléctrica y que impide ver el cielo estrellado.
Nuestra galaxia, la Vía Láctea, contiene unos 200,000 millones de estrellas además de nebulosas formadas por gas y polvo interestelar, y constituye un complejo sistema de unos 100,000 años luz de diámetro. De perfil parecería una estructura lenticular con un centro brillante y más abultado. Visto desde arriba ( o desde abajo) parecería una rueda espiral con brazos o ramales girando a una velocidad de 250,000 años por cada vuelta.
Aquí vivimos, en uno de sus brazos lejanos, a 30,000 años luz del centro, formando parte de un sistema planetario alrededor de una estrella de tamaño mediano llamado Sol. Desde nuestra perspectiva alcanzamos a ver, en todas su plenitud, la parte central de la galaxia que pareciera estar sobre muestras cabezas. Observando con detenimiento la Vía Láctea podremos darnos cuenta que a lo largo de ella hay una serie de manchas oscuras, a manera de sombras, que intercalan o parecen enredarse con las porciones brillantes. Son las enormes cantidades de materia cósmica (polvo y gas interestelar) que no están siendo iluminadas por estrellas cercanas y por eso interceptan la luz de las otras estrellas de fondo. Este material oscuro, además, servirán para formar nuevas estrellas en el futuro.
Para los Inkas esta franja luminosa constituía la personificación celestial de su río sagrado que recorre el Valle Sagrado : El Willka Mayu (hoy llamado Vilcanota).
Las diferentes posiciones del río celestial eran de particular interés para establecer los ejes matrices de la geografía tawantinsuyana (nor este – sur oeste y nor oeste – sur este). Así, durante los equinoccios o solsticios, el Hatun Mayu servía para establecer ciertas direcciones en el horizonte para vincular a los Suyus o regiones con la gran capital y darle a ésta su verdadero rol geopolítico; es decir, el Centro del Tawantinsuyu, el Ombligo del Mundo (eso significa la palabra Qosqo o Cusco). La comprobación de lo planteado aquí, simplemente se demuestra combinando en un gráfico, las dos posiciones extremas del Hatun Mayu y como resultado tendremos que el punto de aparente intersección o giro de la galaxia queda en el cenit del Qosqo.
A todo lo manifestado podemos agregar también que los ejes principales de los caminos Inkas, los Hatun Ñan, siguen la misma orientación que la galaxia.
Dentro del Hatun Mayu estaban también representados los muchos personajes mitológicos y sobrenaturales de su rica cosmología, y que tenían participación activa en los ciclos naturales (estaciones) y los procesos reproductivos (agro y pecuaria).
Precisamente esas manchas o sombras constituyen las llamadas “Constelaciones Oscuras” y en ella se puede apreciar una gran cantidad de seres mitológicos o representaciones sobrenaturales de animales que pertenecen a la cosmología Inka.
Entre estos tenemos:
La Llama Sideral conocida como Yakana (Llama Kamaq?) o Qatachillay.
La Pequeña Llama o Uña Llama. Es la cría que amamanta a su madre.
El Zorro o Atoq que es infaltable en todos los cuentos y mitos andinos.
El Pastor o Michiq cuya misión es proteger a la llama sideral y su cría.
El Kuntur o Cóndor andino.
La Perdiz o Lluthu que viene a ser la nebulosa oscura del Saco de Carbón, en la Cruz del Sur.
El Sapo o Hampat’u, entre el pie de la Cruz del Sur y Eta Carinae.
La Culebra o Serpiente, llamada Mach’aqway.
El Oso Celestial o Ukhumary, escondido en la zona norte de la galaxia.
La Alpaca Negra o Yana Allpaka, Una alpaca macho escondida en la zona de la constelación occidental de Cygnus (Cisne).
El Venado o Taruka o LLuych’u, también escondido.
Y quedan muchos otros seres sobrenaturales en la porción norte de la galaxia y de los que se ha perdido la información a través de los 500 años de “ignorar y rechazar las creencias y la religión andina” porque se pensaba que era producto de una mentalidad “primitiva e ignorante”. ¡Qué poco respeto se tuvo del pensamiento andino y su relación dios - naturaleza!
En próximos artículos detallaremos, en la medida de nuestras investigaciones, cada una de las Constelaciones Oscuras y con ellas la importancia o rol que desempeñaban dentro de ese maravilloso e increíble esquema celestial andino.
Finalmente, es necesario comentar ( y también invitar) la lectura del trabajo de W. Sullivan : “El Secreto de los Incas” que trata precisamente del Hatun Mayu y la hipótesis que sugiere que los grandes eventos de la historia incaica estaban vinculados a la observación de la Vía Láctea y su inevitable cambio de posición a causa de la precesión de los equinoccios que determinó la finalización de un tiempo o era llamado “pachakuti”. Sin duda, un trabajo polémico e interesante del que comentaremos en el futuro.
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