INKILLTANPU: Una
conexión con el Cosmos
Inkilltanpu (Inkilltambo, castellanizado) es el nombre
moderno que identifica a una antigua wak’a (adoratorio) del Antisuyu. No se
conoce su nombre verdadero por no existir documentación de la época colonial
que lo haya registrado con certeza.
Se ubica dentro del Parque Arqueológico de Saqsaywaman,
hacia el noreste, en una quebrada poco
profunda formada por un riachuelo que llega desde Tambomachay (Thanpumach’ay,
en quechua). El lugar está constituido por una serie de andenes para uso
agrícola alineados a lo largo de la estrecha quebrada y por un grupo de
edificaciones que rodean a una enorme formación rocosa natural sobre la cual, sus antiguos pobladores,
tallaron un sinnúmero de formas geométricas de enigmáticos contenidos, asientos
o “tianas” ceremoniales, nichos u hornacinas
esculpidas en la roca, escalinatas, galerías subterráneas, etc., todo
armoniosamente distribuido por todos los flancos y hendiduras del roquedo.
Por la cantidad de concavidades (t’oqos) talladas en el
roquedo así como sus estrechos pasadizos que acceden a ellas se le puso el
nombre moderno de “Inkacárcel”, nombre con el que popularmente se le conoce en
la actualidad. Se cree que este lugar tuvo un carácter funerario, tal vez una
pequeña necrópolis, donde descansaban las momias pertenecientes a las panakas
reales, y a las que se llamaban “mallkis” que, interpretadas desde la
perspectiva de la cosmovisión andina, eran los antepasados difuntos convertidos
en protectores de los Ayllus y su mundo circundante: el entorno geográfico, los
animales y las plantas. Entonces esta wak’a o adoratorio habría sido un lugar
especial para celebrar rituales para rendir culto a estos entes tutelares.
La arqueoastronomía ha podido determinar que algunas “tianas” o asientos así
como los nichos u hornacinas muestran inequívocas señales de haber sido
diseñadas con arreglo a efemérides astronómicas importantes pues están
alineadas a posiciones de orto y de ocaso del Sol en solsticios y equinoccios.
El Arq. Germán Zecenarro B., en un artículo publicado en la revista Arkinka
(ver bibliografía al final del artículo), nos explica con amplitud el lugar que
nos ocupa, así como sus alineamientos. En una reciente visita a Inkilltanpu
hicimos las comprobaciones del caso.
Así, la “tiana” ceremonial que se halla en la parte más alta
del roquedo (ver Foto 1) está orientada al punto de salida del Sol en los
equinoccios (marzo y setiembre) con un acimut de 85°, esto, debido a la
variación angular provocada por la altitud del cerro que queda al oriente, lo
que hace que el Sol no salga exactamente por el Oeste sino algo más “corrido”
hacia el norte. Este asiento lítico constituía un marcador astronómico para
registrar esta efeméride tan importante dentro del calendario inkaico.
También pudimos comprobar que la línea diagonal que une a dos vértices interiores de la
“tiana” da como medida angular la posición del Sol, al medio día (paso por el
meridiano local), en el Solsticio de Invierno (Inti Raymi, 21 de junio). O sea,
el ángulo de extrema inclinación del Sol, hacia el norte, en esta importante fecha.
El nicho u hornacina del flanco occidental del roquedo (ver
Foto2) que está orientado hacia el noroeste, tiene un acimut de 295°, lo que
claramente nos demuestra su orientación al ocaso del Sol en el Solsticio de
Invierno (Inti Raymi).
Por lo descrito líneas arriba y por otros alineamientos hallados en
Inkilltampu, tenemos que manifestar nuestro
asombro por la increíble conexión de sus edificaciones y talladuras líticas con las
posiciones del astro rey en diferentes épocas del año así como con otros
cuerpos celestes. La íntima relación del hombre andino con el cielo y sus
deidades se puede todavía, luego de tantos años de olvido, comprobar en este
enigmático lugar.
Bibliografía: Zecenarro Benavente, Germán : "INKILLTAMBO" En ARKINKA, Año 6, Nro.68, Julio 2001, Pags. 86 al 96.
Fotos: Siwar Salazar Miranda.