sábado, 21 de noviembre de 2009

Qoyllur y Ch'aska : ¿Son sinónimos?



Qoyllur y Ch’aska : Confundiendo Vocablos

Pregúntele a cualquier poblador de la región andina que sepa, obviamente, algo del idioma quechua, qué se dice “estrella” en su idioma nativo y seguramente le responderá: “ch’aska”, otro le dirá “también se dice qoyllur” como confirmando un sinónimo. Así, usted se quedará con la duda, ¿Es ch’aska o qoyllur? o ¿Tal vez ambos?
Para las personas que conocen el idioma quechua (qheshwa) de manera superficial (constituyen la mayoría) se les hace difícil creer que hay una diferencia entre tales vocablos que aparentemente parecen traducir la palabra castellana “estrella”.

Para aclarar mejor las cosas diremos que en el Cusco todavía se escucha antiguas canciones y piropos galantes que en su letra contienen la conocida frase “ch’aska ñawi” traducida erróneamente como “ojos de estrellas” u “ojos como estrellas” para resaltar figurativamente y comparar con el brillo del planeta Venus o el de una “estrella” los ojos de una persona o el reconocimiento de unos bellos ojos como el rasgo más destacado del rostro, especialmente cuando se trata de niños o mujeres jóvenes.
Sin embargo, habremos de notar que ambas palabras, aparentemente similares, se refieren propiamente a objetos celestiales diferentes pero a su vez parecidos en algunos detalles. Explicaremos.

Los planetas visibles en el cielo nocturno se asemejan y confunden con cualquier estrella brillante porque aparentemente ambos fulguran con intensidad. Solo un adiestrado observador se dará cuenta, en principio, que los planetas tienen un brillo continuo frente a las estrellas que titilan intermitentemente.
Para ejemplificar mejor tomemos el caso del planeta Marte (Awqayuq, en quechua); cuando este planeta por efectos de su recorrido orbital está alejado de la Tierra, su brillo llega a ser tan débil que las estrellas más brillantes del cielo virtualmente “opacan” a Marte relegándolo y confundiéndolo con una estrella común y corriente. Pero en los años en que Marte se acerca a la Tierra su brillo se incrementa de tal manera que supera hasta a las estrellas más brillantes destacando nítidamente en el cielo por su gran tamaño, brillo y color rojizo. Otro tanto ocurre con los planetas Júpiter y Saturno cada cierto número de años. Pero sin duda, el factor más importante que permite diferenciar a “ch’aska” de “qoyllur” son sus movimientos en el cielo. En efecto, para cualquier observador acucioso no pasa desapercibido este detalle. Observando cada cierto tiempo el cielo se dará cuenta que algunas “estrellas” (en realidad, planetas) se han desplazado del lugar donde antes fueron observadas ocupando una nueva ubicación contra el fondo estelar. No están inmóviles como las demás estrellas. Eso mismo observaban los antiguos griegos y por eso les apodaron “planetai” que significa “errantes”; de allí el nombre actual de planetas.
Por eso, en el mundo andino, se denomina “qoyllur” a todas las estrellas “fijas” o que aparentemente nunca se mueven de su estable ubicación en la bóveda celeste y que agrupadas constituyen las llamadas constelaciones brillantes.

Caso diferente es el del planeta Venus (Ch’aska) que por su intenso brillo (es el objeto más brillante del cielo después del Sol y de la Luna) tiene su propia categoría y nombre. Recordemos que en la antigüedad el concepto de “planeta” no era el mismo que manejamos hoy. No sabían nuestros antepasados que los planetas eran mundos parecidos al nuestro; sin luz propia y que solo brillan reflejando la luz del Sol, que eran más grandes o más pequeños que la Tierra, etc. Para ellos simplemente eran “estrellas que se movían” y eso marcaba la diferencia.
Venus se mueve más rápido que Júpiter y Saturno (exceptuando al elusivo Mercurio que solo aparece esporádicamente cerca del horizonte, por unos pocos días y cuyo brillo nunca es muy apreciable), es tan brillante que parece despedir rayos y de allí proviene su nombre en quechua “Ch’aska” que significa “cabello erizado, crespo, revuelto, chascoso” haciendo referencia simbólica a un astro fulgurante parecido al Sol pero en escala mucho menor. Algunos cronistas lo han registrado como “Ch’aska Qoyllur” para aclarar que se trata de una “estrella” especial que se mueve y que tiene rayos muy brillantes.

Concluyendo, tenemos que decir entonces Ch’aska es el nombre de un planeta observable cerca del Sol ya sea al amanecer a al atardecer y que en el pensamiento andino pre-colombino era el ayudante principal o sirviente del Sol, mientas que el vocablo Qoyllur es aplicable a todas las estrellas fijas o inmóviles en general que brillan en el firmamento nocturno sean estas brillantes o débiles.
Con el paso del tiempo, la imposición cultural del invasor y el conocimiento de la astronomía occidental se fueron perdiendo muchos términos astronómicos quechuas los que inexorablemente cayeron en desuso. De allí proviene el sistemático olvido, equívoco o confusión en que incurren aún los propios quechua hablantes actuales.

domingo, 8 de noviembre de 2009

La CRUZ en la ASTRONOMIA INKA

LA CRUZ EN LA ASTRONOMIA INKA

Es muy difícil saber en la actualidad, luego de casi 500 años, cuántos cambios ha producido la invasión española en la mentalidad del hombre andino. El desarrollo independiente y original en ideología y valores que identificaba a nuestra cultura matriz, al ser violentamente transformado por la fuerza de las armas, la astucia y el prejuicio de la “superioridad hispana”, no pudo ser totalmente vencido ni sojuzgado. Quedó dentro del espíritu del andino una llama inapagable de conciencia autónoma ligada a sus creencias y su modo de organización socio-económica.

Su cosmovisión se vio tan afectada que hoy, con su fuerte carga de sincretismo, revela un mundo aparentemente confuso y llena de inexplicables mezclas e interpretaciones poco ortodoxas. En mis entrevistas con investigadores de la Cosmogonía Andina me encontré con un sentimiento común. Todos habían encontrado una realidad que se repite en toda la región; un enredo de conceptos religiosos y filosóficos del mundo occidental y cristiano sobrepuestos a los de la cultura andina y que englobaba muchos aspectos: Astronomía, religión, cosmogonía, organización social y política , etc. casi imposibles de ser comprendidos a cabalidad.

Dentro de ese panorama está inmerso uno de los símbolos astronómicos más enigmáticos: La que en occidente conocemos como la Cruz del Sur, identificado erróneamente por algunos como la Chakana y otras “cruces” que el hombre andino ve en el cielo.
Las “cruces” de la astronomía inka parecen haber tenido ciertos niveles o categorías y por eso el cronista indio Juan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui Salqamaywa, en su conocido gráfico, puso “chacana en general” para aludir no solamente a la conocida Cruz del Sur ( si es que de verdad es ésa o no) sino a muchas otras que fácilmente se encuentran en el cielo.
El concepto que se manejaba en la antigüedad probablemente era la idea de dos líneas o ejes cruzados que forman una “chaka” ( puente, escalón, escalera, cruce de dos palos, ensartar, juntar partes, etc., entre sus muchos sinónimos) era, sin duda, una señal o símbolo importante y del que ha quedado muy poca información. Sin embargo, por información obtenida en comunidades indígenas se sabe que todo “cruce” de líneas, caminos, circunstancias, etc. lleva a un “Tinku” o reunión; en el caso de los tejidos, las uniones de figuras o diseños llevan a un punto de unión o “watay” que es otro tipo de unión o amarre. De allí que las figuras celestiales que semejan cruces de líneas formados por estrellas serían de singular importancia para interpretar los puntos de unión, confluencia o amarre en el mundo estelar. No sabemos más y todo lo que se diga será simple conjetura, opinión o hipótesis.
El término “chakana” que simboliza muchas cosas, ha sido tratado por muchos estudiosos del pensamiento andino al extremo que se han formulado tan cantidad de hipótesis e interpretaciones que ahora es muy difícil saber quién tiene el planteamiento correcto y quién el equivocado. Basta con buscar la palabra “chakana” en el Internet o en cualquier libro que trate de la cosmología andina para comprobar lo expresado líneas arriba.
Haciendo algo de historia veremos que el término en cuestión aparece asociado con la Cruz del Sur (H. Urteaga, 1913) y después otros hasta llegar a los años 80 cuando el Arq. Carlos Milla V. en su libro “Génesis de la Cultura Andina” nos entregó una interpretación muy personal y bastante discutible que, por haber sido un estudio pionero, caló hondo en muchos lectores e investigadores.
Pero, en realidad, ¿La Cruz del Sur es la Chakana?
De acuerdo con los estudios modernos de investigadores bolivianos de la astronomía aymara y los muchos extranjeros (norteamericanos y europeos) que han escrito sobre la Astronomía Inka, debemos manifestar que no hay razones convincentes para avalar la tesis de Milla Villena. En un artículo anterior de este Blog ya se había advertido una inexactitud ( Ver el artículo: La Cruz del Sur:¿Representa la Proporción Sagrada Andina?) la que fue también comprobada por astrónomos profesionales de muchas latitudes. En efecto, no hay una prueba “científica” de que la Cruz del Sur represente la llamada “Proporción Sagrada” a la que alude el Arq. Carlos Milla (Fundamento básico de su obra) ni sea tampoco la Chakana.
La Chakana, desde nuestra perspectiva, es el gran símbolo andino que representa muchas manifestaciones de la ideología ancestral pre colombina pero que sin embargo no ha quedado de ello sino pálidos vestigios mitificados o sincretizados por la influencia del invasor luego de casi cinco siglos. Las interpretaciones modernas, creemos, han sido manipuladas y antojadizamente tratadas según el interés político u orientación ideológica de sus divulgadores. De allí que resulta tarea difícil hablar de este enigmático signo ancestral sin caer en error.
Por eso, decir que la Cruz del Sur es la Chakana nos parece un exceso, mucho más teniendo en cuenta que la constelación occidental de Orión, también asociada a la Chakana en el mundo aymara, tiene todos los merecimientos parta representar este símbolo si es que deseamos identificarlo con una constelación del cielo.(Ver el artículo : Orión, la Chakana Mayor o Ritual)
Y aquí no queda todo. Debemos mostrar todas las demás “cruces” o “chakana en general” que se observan en el cielo.
Gary Urton ha hecho un trabajo interesante al respecto y nosotros hemos agregado algunos datos a este estudio. Así, tenemos que en el cielo, luego de un largo proceso de sincretismo, el hombre andino “ve” muchas “cruces”; a saber:
1. Huch’uy Cruz o Lluthu Cruz = Cruz del Sur
2. Falsa Cruz = No lejos de la Cruz del Sur y formada por las estrellas κ (kappa) y δ (delta) Velorum; ι (iota) y ε (epsilon) Carinae.
3. Chaupi Cruz o Hatun Cruz = Orión
4. Hatun Cruz = Formado por las estrellas Achernar, α (alfa) Eridano; Fomalhauth, α (alfa) Piscis Austrinus; Al Nair, α (alfa) Grus y Peacock, α (alfa) Pavo.
5. Uma Cruz = Cisne, en el cielo boreal ( se llama también Cruz invertida o “de cabeza”)
6. “Linun Cruz” o Cruz Calvario = Formado por las estrellas σ (sigma), β (beta), δ (delta), π (pi) y ρ (rho) del Escorpión. (esta pequeña cruz se ubica en la mitad superior de esta constelación).
7. Hatun Cruz Calvario = Formado por las estrellas ε (epsilon), μ (mu), ζ (zeta),λ (lambda) y υ (upsilon) del Escorpión (ocupa la mitad inferior de esta constelación)

Como se verá, estas “cruces” son las más brillantes que existen, según pudimos comprobar y muchos otros que según la fantasía que cada observador andino pueda encontrar en el cielo.
Pero para todos, sin excepción, están relacionados con la cruz católica y las festividades religiosas que se acostumbran en cada comunidad. El poder de la llamada “evangelización” llevada a cabo por la iglesia colonial tuvo excelentes resultados: La pérdida casi total del conocimiento y significado de la Chakana que según parece, seguirá guardando buena parte de su secreto tal vez por un tiempo más.
Gary Urton además hace hincapié en la diferenciación de chakana y cruz manifestando que no todas las chakanas son cruces y viceversa, un detalle interesante y revelador que abre todo un campo para ser investigado.
Una vez más tenemos que manifestar nuestra perplejidad frente a este intrincado panorama de “cruces” y sus probables significados además del católico.
Finalmente , el distinguido investigador Julio Valladolid ha hecho un trabajo muy concienzudo sobre la Cruz del Sur y su rol dentro del mundo agrícola así como la ritualidad andina y de la que nos ocuparemos en otro artículo.






jueves, 22 de octubre de 2009

UN ZORRO EN EL CIELO



La Constelación Oscura del Atoq (Atuq)

Parece que desde siempre, en la concepción mágica del mundo andino, hubo un zorro (Atoq) que protagonizaba un rol destacado en la relación del hombre con el Cosmos.
Rara es la leyenda, fábula o cuento donde no esté involucrado este personaje de la fauna andina. Y es que el Atoq ha sido conocido desde hace mucho tiempo en el mito andino como un animal controvertido y ambivalente; una veces es el colaborador amigo, el confidente o el audaz e intuitivo emprendedor de osadas y bizarras empresas, y en otras se le pinta como el villano, el socio ambiguo, el embaucador y hasta el pérfido traidor.
Hay quienes dicen que el Atoq desempeña una misión elevada dentro del Hatun Mayu o Río Celestial ( La Vía Láctea) y que actúa como un conector de mundos (R. Sanchez Garrafa) y otros que le dan un rol dentro de la creación de las plantas alimenticias en los inicios del mundo (E. Romero Best), según las tradiciones que perviven en los Andes.

Desde nuestra perspectiva astronómica centraremos nuestro interés por conocer su ubicación en la esfera celeste y luego su rol dentro de la Cosmogonía Inka. Nuestras pesquisas etnográficas nos llevaron, hace mucho tiempo, a ubicar a este esquivo personaje dentro de las llamadas “Constelaciones Oscuras” ( Ver artículos anteriores en “Entradas Antiguas” al pie de este Blog).

Dicen los conocedores del cielo andino que el Atoq es una mancha oscura que está cerca de la cría ( Uña Llama) de la gran Llama Sideral ( Yakana, Qatachillay, Hatun Llama o Yana Llama), también se dice que está a “tiro de piedra” del Michiq o Pastor (otra constelación oscura) quien debe proteger a las llamas del cielo.
En términos astronómicos estamos hablando de aquellas porciones de gas y polvo cósmico presentes dentro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, y que aparentemente semejas espacios vacíos. Estas nubes oscuras perfilan las imágenes de los animales mitologizados que pueblan en el gran río celestial. Precisamente el Atoq se ubica en la zona del cielo que corresponde a las estrellas de la cola de la constelación occidental del Escorpión.
Para los que conocen algo de cartografía celeste les diremos la ubicación exacta mediante coordenadas:
Ascención Recta (AR) = 17h. 20m. y Declinación(DEC)= -34º para señalar en punto central de la zona oscura que representa la figura del Atoq.
Para ubicarlo visualmente durante su observación hay que buscarlo muy cerca de las estrellas λ y υ (Lambda y Upsilon) que forman el “aguijón” de la Constelación del Escorpión. Desde allí hacia el N-E de este dúo estelar se podrá apreciar la mancha que corresponde al Atoq.

Sin embargo, hay quienes afirman (W. Sullivan) que el Atoq es más grande y se halla ubicado más al oriente colocándolo en AR=19h 20m y DEC= de +5º a -5º dentro de la línea del Ecuador Galáctico. En su libro “El Secreto de los Incas”, W. Sullivan nos muestra al zorro como al gran personaje del cielo; el protagonista del anuncio del Diluvio Universal en tiempos casi míticos y el fin de una era que produjo la desaparición o desincronización del alineamiento del Sol y la Galaxia. Sin duda, un apasionante relato y un estudio que debería suscitar mayor interés e investigación.

Desde nuestra posición discrepamos con la ubicación que señala W. Sullivan en esas coordenadas; según nuestros estudios, allí está ubicado el Kuntur (Cóndor) y no el zorro. El Kuntur, de acuerdo a numerosos relatos, es el “confidente” del Sol, es su más inmediato auxiliar pues sus poderosas alas le permiten, más que cualquier otro ser alado, elevarse hasta las “proximidades” del dios Sol y ello le confiere una posición extraordinaria para ser el depositario de tan elevado cargo.

Volviendo al Atoq, independientemente de cualquiera de las posiciones citadas, veremos sus probables vínculos con la Cosmología Inka.
El primero de ellos se refiere a fábulas que relatan las incursiones del zorro en el “olimpo” de los dioses andinos; unas veces tratando de alcanzar la Luna de quien se enamoró y por problemas de relación terminó convertido en las manchas oscuras que se observan en la faz lunar. Sobre esta fábula se conoce muchas versiones pero todas apuntan a una relación sentimental zorro-Luna con diferentes detalles y connotaciones.

En otros relatos (de los más conocidos) el zorro viaja al cielo en compañía del sapo y del cóndor para asistir a un evento social donde luego de comer y beber en abundancia intenta el retorno a la Tierra. Por desavenencias con el cóndor a causa de sus villanías es soltado en pleno vuelo de descenso a la Tierra cayendo estrepitosamente al suelo desparramando todo lo ingerido en la fiesta. De allí, dicen las fábulas, se originaron las plantas que cultiva el hombre andino. Aquí también tenemos que remarcar la función activa el zorro : Su audacia, su astucia incomparable, viveza e inteligencia dentro del ecosistema del poblador andino lo ha llevado a ser considerado un personaje importante y conspicuo.

Así ha quedado perennizado en el cielo, en forma de una constelación oscura, la figura del zorro y recuperado ahora para el enriquecimiento de la cultura viva andina. En esa quijotesca tarea estamos.

miércoles, 21 de octubre de 2009

ORION, La Chakana Mayor o Ritual

ORION : La Chakana Mayor o Ritual

Indiscutiblemente, una de las constelaciones brillantes más significativas de la Astronomía Inka fue la que hoy, en la astronomía moderna, se conoce con el nombre de Orión, el Cazador Celestial, y que en tiempo del inkanato se debía haber denominado como la Chakana Mayor o Ritual; o simplemente como la chakana más importante del cielo. Veamos por qué.

Una consecuencia del estudio del conocido dibujo hecho por nuestro cronista indio Juan de Santacruz Pachacuti Yamqui Salqamaywa (JPYS) fue la comprobación de que los Inkas observaban en el cielo nocturno varias chakanas formadas por estrellas brillantes y las que probablemente tenían interpretaciones o significados diferentes conforme se desprende de las investigaciones actuales. Entre ellos, sin duda, las más importante habría sido la que se ubica en el actual Orión y para ello tenemos una amplia explicación que a continuación se expone.
La primera y más importante razón lo constituye su ubicación en la esfera celeste. La Chakana Mayor o Ritual (Orión) se posiciona casi exactamente al centro de los dos hemisferios celestes; cruza , durante su aparente desplazamiento , por encima del Qosqo por el eje Este-Oeste del cielo nocturno que es visible desde nuestra latitud geográfica.
Salía en tiempo de los Inkas exactamente por el Este y se ponía, con igual precisión, por el Oeste. La comprobación de este hecho se hizo en el Observatorio Estelar de Muyuqmarka, en Saqsaywaman, Cusco.

En su culminación superior Orión coincide con el Solsticio de Verano (22 de Diciembre) y en el Equinoccio de Otoño (21 de Marzo), al anochecer, brilla exactamente en el cenit del Qosqo constituyéndose no solo en el signo estelar mejor visto en el cielo sino en un mapa geo-estelar increíble : En efecto, sus cuatro estrellas que enmarcan al cinturón (Las Tres Marías) a manera de un gran cuadrilátero, señalan a cada uno de los cuatro “suyus” o regiones del Tawantinsuyu.
Para hacer la explicación más completa debo advertir que la idea de dividir los cuatro suyus en forma de una cruz, con cuatro partes proporcionales no es verdadera y conlleva una gran equivocación. Analizando la geografía y el mapa político del inkanato, reconstruido por investigadores modernos, veremos que las cuatro regiones no eran iguales en tamaño ni estaban ubicados exactamente hacia los cuatro puntos cardinales. Su distribución no tenía la forma de una cruz sino más bien a manera de una letra equis (“X”) alargada en los extremos superior e inferior y apuntaban mas bien a puntos llamados intercardinales.
Nuestro cronista JPYS ubica a este grupo estelar en la parte más alta de su gráfico; sin embargo, la disposición de las estrellas que dibujó forman una cruz católica, armoniosamente distribuido y no corresponde a ningún asterismo identificable en el cielo. En suma, no existe una constelación de esa forma.
Pareciera que lo hizo adrede, tal vez para complacer y convencer a la censura eclesiástica de que él reconocía a la cruz católica por encima de toda la simbología de la cosmogonía andina y que de esa manera pudiera hacer posible su edición. Además, en toda su obra, nuestro cronista se muestra como un ejemplo de indio evangelizado y fiel a la corona, confundiendo y mezclando términos y conceptos andinos con los impuestos por la religión católica.

Al costado izquierdo del gráfico de JPYS se ve un pequeño dibujo agregado (tal vez hecho a propósito) para explicar mejor el dibujo principal. Allí se ve un grupo de estrellas que inequívocamente representan a la constelación de Orión con sus cinco estrellas más brillantes. Tal vez porque era conciente del error que demostraba con el símbolo estelar ubicado en la parte más alta del dibujo o tal vez para dejarnos un mensaje subliminal que alguien pudiera interpretarlo.
¿Qué motivos tendrían los que diseñaron los elementos gráficos del llamado “altar” que dibujó JPYS parta ubicar a este grupo de estrellas en el punto más alto?
Creo firmemente que cualquier investigación seria nos llevaría a verificar la ubicación de Orión en el cielo y su cercanía a la eclíptica (“El camino del Sol”) para explicar que tiene la posición celeste más importante donde se ubicaría Wiraqocha.
El dios supremo de los Inkas, al igual que el de otras culturas avanzadas del planeta, era ubicado en lo más alto de las categorías y niveles alcanzables, las que traducidas a un escenario geográfico nos harían ver el cielo observable y su punto más elevado, el cenit. Por allí pasa, desde la perspectiva visual del Qosqo, la constelación de Orión.

El segundo aspecto que tocaremos es el referido a las evidencias históricas y etnográficas que respaldan lo que afirmamos. Según el investigador Gregorio Loza-Balsa, en la astronomía aymara se reconoce a la constelación de Chaka Silthu (Orión) como el punto de unión entre los hemisferios celestes y dice : “…una de las bases reside en la denominación del cinto de la constelación de Orión, que en aymara se denomina Chaka Silthu popularmente conocida como las “Tres Marías”. Etimología : Chaka = puente, Silthuna = verbo ensartar, Silthu = ensarta, significa “Puente que Ensarta”. Surge la pregunta : ¿Qué une este puente? Hasta el año 1000 AD la línea ecuatorial celeste= Jana T’akka pasaba por la estrella central de esta parte de la Constelación, se puede interpretar como la línea que divide el espacio sideral en dos partes; Jana = espacio sideral, T’akka= que corta o rompe”.
En el mundo quechua también se conoce este grupo estelar por un nombre parecido: Chakana, que deriva de “chaka” o “chakay” y tiene varios significados: Puente, escalera, escalón, unión, sumar, sacar cuentas, cruzar palos, cumbrera, pierna, etc.
El aporte de Loza- Balsa no solo explica lo descrito en la primera parte de la fundamentación sino que refuerza la idea de que un símbolo tan importante y poderoso como la chakana solo puede estar ubicado, a nivel astronómico, en el cenit del cielo, lugar donde todas las culturas ponen a la divinidad y los más altos símbolos de la religiosidad.
Los Inkas consideraron a este signo celestial como un “puente” que permite atravesar el gran río celestial, el Hatun Mayu (la Vía Láctea, nuestra galaxia) después que el hombre trasciende en espíritu luego de la muerte. En otros casos se considera, de modo paralelo, como una “escalera” que permitiría el acceso al Hanan Pacha o la morada de los dioses. Algunos sacerdotes andinos guardan todavía estas ideas de modo muy impreciso o vago y generalmente explicado a través de mitos sincretizados o deliberadamente tergiversados a través del tiempo.

Volviendo al dibujo de JPYS queda por dilucidar la forma circular u ovoide que representaría al “Apu Kon Titi Illa Teqsi Wiraqocha Pachayachachiq” posible nombre completo de la divinidad quechua y que todavía hoy se discute. Es que su explicación es motivo de controversia por que no existe una cabal y completa información al respecto y los investigadores no encuentran una unidad de criterio ni el consenso que debería existir.
Mi propuesta personal es que se trata de una “puerta” de acceso al Hanan Pacha y la forma circular u ovoidal correspondería a la que tienen las cuevas o paqarinas de los Inkas, pues eran las primitivas y naturales puertas por donde salieron los míticos fundadores del inkario. La idea no contradice a nadie y solo busca una explicación lógica y coherente.
Finalmente afirmo que esta chakana era “ritual” porque allí estaba representado el dios invisible de los Inkas (Wiraqocha) y al que habrían dedicado especiales ceremonias de adoración. No en vano el templo más emblemático de Wiraqocha ( de los que todavía quedan vestigios) haya sido construido en Raqchi, lugar próximo al mítico Willkan Uta o Casa del Sol, en aymara antiguo, origen y punto de partida de la etnia que refundó el Qosqo y que coincidentemente queda al Este, lugar de salida de la Constelación de la Chakana (Orión).

¿Y la Cruz del Sur?, ¿También es una Chakana? Claro que sí, JPYS en su célebre dibujo nos muestra unos “cruceros” de estrellas y las denomina “chakana en general”. Una de ellas era la chakana de los agricultores, la chakana se señala el polo sur celeste y la que rige los períodos agro-climatológicos: Esa es la llamada Cruz del Sur y de la que trataremos en un artículo próximo.

miércoles, 17 de junio de 2009

CONSTELACIONES INKAS : Un listado


CONSTELACIONES INKAS: Un listado

Debido a múltiples consultas y peticiones recibidas en nuestro blog quiero, en esta oportunidad, alcanzarles una respuesta pronta y concisa a través de un listado de constelaciones que si bien no engloba la totalidad de lo que se ha compilado les dará una idea acerca de la numerosa evidencia que existe sobre este fascinante tema.
Las investigaciones realizadas hasta el momento no abarca todo el conocimiento que hubo sobre este importante ítem, existe una gran dificultad en la obtención de los datos así como la heterogeneidad en la información reunida; sin embargo, nos da una idea general muy aproximada:
El conocimiento de las Constelaciones Andinas sigue vivo en el mundo andino y aunque este conocimiento ha sufrido una suerte de “mutaciones” y cambios ocasionados por un fuerte sincretismo así como el olvido sistemático de los detalles que lo sustentan , pervive en forma de leyendas o mitos heredados de los antepasados.
La lista de constelaciones que hemos podido acopiar contiene, en algunos casos, una fuerte carga de chauvinismo regional que demuestran algunos pueblos andinos y que no permiten establecer un catálogo más coherente u ordenado. Cada pueblo o cada informante “interpreta” a su modo la ubicación, los nombres y la significación de algunos objetos celestes.
Es importante subrayar una vez más (para facilitar su comprensión) que dentro de la Astronomía Inka existían dos tipos de constelaciones: Las Constelaciones Estelares o Brillantes constituidas por estrellas individuales de magnitudes muy brillantes que por sí mismas constituían una “constelación” y de otras que agrupadas o unidas al modo occidental (de estrella a estrella) forman figuras en el cielo nocturno. El segundo tipo de constelaciones lo constituyen las condensaciones de polvo y gas interestelar que a manera de manchas oscuras ocupan espacios dentro de la Vía Láctea formando las llamadas Constelaciones Oscuras o Negras. Por esta causa, lo he repetido muchas veces, nuestra Cultura Inka fue la única en el planeta que tuvo dos tipos de constelaciones en el cielo.
A continuación me permito alcanzarles una relación ( no completa, porque mucha de esa información está todavía en fase de estudio, verificación y contrastación) de Constelaciones Inkas recuperadas hasta la fecha:

CONSTELACIONES ESTELARES O BRILLANTES :

1. Sirio = Willka Wara (Estrella Sagrada)
2. Canopus = Qolla Wara (Estrella de los Qollas)
3. Achernar = k’ancha Wara (Estrella brillante) o Qatachillay (hay dos interpretaciones)
4. Antares = Choqechinchay (El felino dorado)
5. Aldebarán = Chuchu Qoyllur (Estrella que va adelante o al centro) o Chukchu Qoyllur (Estrella del Paludismo o terciana)
6. Cúmulo Abierto M7 = Saramama (Madre Maíz) o Saramanka (Olla de Maíz)
7. Cúmulo Abierto M45, Las Pléyades = Qollqa (Almacen, depósito) o Qoto (Manojo)
8. Cúmulo Abierto Las Hyades = Qollqa
9. Lira = La pequeña llama de plata o Urkuchillay
10. Escorpión = Choqechinchay o Amaru(Serpiente sagrada) (hay dos interpretaciones)
11. Orión = Hatun Chakana (La chakana grande) o Llaka Unancha – Llakachuqui (hay dos interpretaciones)
12. Cruz del Sur = Huch’uy Chakana (La pequeña chakana)
13. Pegaso = Thunawa (Batan para la molienda)
14. Cola del Escorpión = Qollqa
15. Centro de la Galaxia = Kukamama o Kukamanka (madre coca u olla de coca)
16. Cola de la Osa Mayor = Yakumama (Serpiente gigante de la selva)
Nota: La ubicación de las Constelaciones Inkas "dentro" de las Constelaciones Occidentales o Modernas no significa que contengan o incluyan las mismas estrellas. Solo constituyen zonas referenciales o grupos que parcialmente coinciden con las mismas.
Las traducciones son aproximadas porque el quechua tiene muchos sinónimos y se conoce poco acerca de ciertas palabras de connotación ritual, mágica o religiosa.

CONSTELACIONES OSCURAS O NEGRAS :

1. Yakana o Qatachillay = La Llama Sideral
2. Uña Llama o Huch’uy Llama = La cría de la llama
3. Atoq = el zorro
4. Michiq = El pastor
5. Kuntur = El condor
6. Lluthu = La perdiz (dicen algunas fuentes que hay dos)
7. Hanp’atu = El sapo
8. Mach’aqway = La culebra (no confundir con el Amaru)
9. Ukhumari = El oso (confusamente ubicada)
10. Taruka o Lluych’u = El venado (confusamente ubicada)
11. Puma (confusamente ubicada)
12. Urk’uchillay = La llama negra (macho)

Sobre cada una de estas Constelaciones hemos venido publicando periódicamente su ubicación en el cielo, una descripción completa así como su interpretación dentro de la Astronomía Inka. Esta labor continuará paso a paso, sin apuro pero también sin pausa.
Hay toda una tarea por cumplir y un compromiso para seguir divulgando todo lo que guarda aún la astronomía de nuestra cultura Inka. En eso estamos.
Foto: Las Constelaciones Oscuras, basado en estudios de G. Urton y dibujado por J. Arebalo. Se exhibe en el Planetarium Cusco.

viernes, 5 de junio de 2009

El INTI RAYMI : ¿ En qué fecha deberíamos celebrar ?

INTI RAYMI : ¿En qué fecha deberíamos celebrar?

Desde el año 1944 el Cusco ha vuelto a celebrar el Inti Raymi, aquella gran fiesta dedicada al dios Sol que nuestros antepasados los Inkas la realizaban con particular unción y una singular parafernalia. Lo hizo posible, desde su perspectiva, un grupo de visionarios cusqueños liderados por el insigne Humberto Vidal Unda.

Han transcurrido más de 60 años de continuas celebraciones, cada una de ellas con el concurso de una gran multitud de cusqueños y cusqueñistas que encuentran en ella una reminiscencia de la grandeza del Tawantinsuyu. Cada año alcanza mayor éxito y convoca no solo al público local sino a un creciente número de turistas extranjeros que muestran su asombro y admiración ante la grandiosidad de tal ceremonia.

En todo este tiempo, nadie, o casi nadie, tuvo la idea de cuestionar si la fecha de la celebración, 24 de junio, era la correcta. Y en realidad, ¿Es cierto que el Inti Raymi se celebraba en tal fecha?
Con el respeto que merecen quienes lo patrocinaron y quienes lo siguen planificando y ejecutando debo decirles : ¡ESTAMOS EN UN GRAN ERROR!
Explicaré: El error comienza con nuestro gran cronista Garcilaso de la Vega, quien en sus “Comentarios Reales de los Incas”, capítulo XX, libro VI , dice con respecto a la fecha del Inti Raymi: “…celebrábanla pasado el solsticio de junio” pero no hace una precisión sobre la fecha exacta. Para nuestro asombro comprobamos que todos los demás cronistas refieren que dicha celebración se hacía en el Solsticio de Invierno o en una fecha próxima al Solsticio, sin proporcionar una fecha precisa.

Para aclarar mejor las cosas: NADIE señala una fecha exacta porque NINGUNO de ellos pudo ver tal celebración “en vivo”, ni recibió una información más detallada y fiable porque sencillamente ya no se celebraba más el Inti Raymi.
En los últimos años previos a la invasión española, ya no se llegó a celebrar dicha fiesta en público porque no lo permitió la grave circunstancia de la guerra fratricida entre Waskar y Atao Wallpa y la ocupación militar del Qosqo por las huestes norteñas.

La información que recibieron todos los cronistas fue probablemente de personas poco vinculadas con este ceremonial y en otros casos de algunos nobles, tal vez de irrelevante importancia, sobrevivientes de la matanza de la mayor parte de la nobleza perteneciente a las panakas waskaristas infringida por los jefes guerreros quiteños durante la violenta ocupación. El Inti Raymi tenía algunos años de no haber sido celebrado y probablemente ya no existían sus actores principales que, por ser de la nobleza, habían sido asesinados.

Existen algunos datos imprecisos sobre ciertas celebraciones que se hacían subrepticiamente en la época del Solsticio de Invierno durante el reinado del inka títere Paullo Inka pero tampoco se tiene una fecha exacta de ese evento.
Con la información incompleta que nos legaron los cronistas no conocemos los pormenores de esta fiesta tan importante y ello nos permite cuestionar la fecha que nos alcanza Garcilaso. Analicemos más argumentos:

1. Para los hispanos fue uso y costumbre de la época acomodar y/o cambiar las celebraciones incaicas al modo que impuso el poder español y su intransigente doctrina religiosa con la finalidad de terminar con lo que ellos llamaron “idolatrías” y “gentilidad”. Por esta causa se instauró la celebración del día de San Juan, el 24 de junio y el Corpus Christi, unos días antes del Solsticio, para reemplazar la poderosa fiesta del Inti Raymi en vista de su difícil extirpación por estar profundamente marcada en el subconsciente colectivo andino.

2. Los acontecimientos que concordaban con Solsticios y Equinoccios también eran vistos como formas de idolatrar posicionamientos líticos y creencias paganas tenidos como contrarios a la doctrina religiosa. La astronomía era pues, en aquella época, vista como un peligro frente al dogma religioso y un latente argumento para cuestionar lo establecido por el clero. Recordemos que en la Europa de esos días recién se estaban conociendo las teorías de Copérnico y con ella el fin de la idea geocéntrica del mundo así como el fin de la equivocada interpretación que se hacía de la Biblia.

3. Todas las culturas del planeta han tenido especiales celebraciones al Sol en los Solsticios o en los Equinoccios, fiestas rituales de singular importancia. ¿Por qué tendría que haber sido la excepción nuestra cultura Inka fundamentada en una religiosidad solar?

4. Sabemos que los Inkas tuvieron un conocimiento avanzado en astronomía y una especial dedicación a estas investigaciones y por ello construyeron maravillosos observatorios como el caso de Muyuqmarka, en Saqsaywaman; y estructuras líticas tales como: saywas y sakanqas (destruidos tempranamente), intiwatanas, pacha unanchaq, etc. para determinar con gran precisión cada uno de los Solsticios y Equinoccios así como otros eventos astronómicos. También hubo personas especializadas para observar y registrar estos eventos. Hay muchísima evidencia demostrable de su avance en este campo.

5. Entonces, si todo este acumulado de información y experiencia era conocido, ¿Cómo no saber cuándo homenajear al Sol?, ¿Cómo no conocer con exactitud un Solsticio o un Equinoccio? Imposible dudar de ello.

CONCLUYENDO : Creo firmemente que el INTI RAYMI se celebraba en el Solsticio de Invierno (21 de junio) como fecha de inicio del evento y luego las celebraciones populares que probablemente duraban algunos días más. Esa fecha debe ser RESTITUIDA.

De otro modo estaríamos incurriendo en el error de creer que nuestros Inkas no llegaron a desarrollar conocimientos avanzados de astronomía y dudar de su nivel alcanzado frente a otras culturas. Además, solo una cultura que logra un elevado conocimiento en astronomía puede desarrollar un calendario agrícola preciso y fiable para tener el éxito que tuvieron los Inkas.

Invoco a todos los intelectuales, científicos, estudiosos y a quienes tienen que ver con el gobierno y manejo de la ciudad a pensar seriamente en este aspecto. Basta de celebrar el “San Juan Raymi” (24 de junio), como decía el investigador Oscar Corvison que fue uno de los pioneros que buscaban el cambio y empezar a pensar en la RESTITUCION de la verdadera fecha del Inti Raymi: El Solsticio de Invierno, el 21 de Junio de cada año.

No pretendemos forzar determinaciones apresuradas, proponemos debates especializados para normar la RESTITUCION de la fecha del INTI RAYMI a fin de no afectar la marcha del turismo planificado y una confrontación con una equivocada “tradición” local que se ha hecho ya costumbre.. En un plazo prudencial de dos o tres años se podría poner en ejecución esta rectificación y demostrar ante el mundo nuestra capacidad de enmendar antiguos errores derivados de un rebosante entusiasmo ocurrido en la década de los 40s en lugar de haber hecho una gestión con mayor rigor científico e histórico.




miércoles, 13 de mayo de 2009

Al "Hermano ANDRES" : IN MEMORIAM

al Hermano ANDRES : In Memoriam
UN HOMENAJE POSTUMO A UN PERSONAJE ESPECIAL

Hoy haré un alto en mi agenda sin apuros para testimoniar mi homenaje póstumo a un hombre santo, religioso por vocación y gran conocedor de la Astronomía al que tuve la suerte y privilegio de conocerlo y haber sido su amigo hace ya muchos años en la bella tierra de Urubamba, en el Valle Sagrado de los Inkas.
Mariano Humberto ANDRES CELADA era su nombre completo, pertenecía a la Congregación de Hermanos de las Escuelas Cristianas de La Salle y había venido a Urubamba para trabajar por algunos años en el ISTEP (Instituto Superior Tecnológico-Pedagógico), regentada por dicha Congregación.
Era la personificación de la santidad. Los niños lo querían mucho y le llamaban simplemente como el “Hermanito Andrés”. Se dedicaba a la enseñanza del Curso de Religión en la sección primaria de la Escuela de Aplicación así como otras materias en el Nivel Superior. Atendía el tópico de primeros auxilios y cumplía muchas otras obligaciones en la residencia de los religiosos.

Yo llevaba apenas unos días trabajando como profesor cuando un día un niño se puso mal con un cólico estomacal por lo que tuve que llevarlo al tópico. Allí lo vi por primera vez : bajito, muy delgado, con su impecable sotana, cabello cano y detrás de sus lentes la dulce mirada de unos ojos claros muy vivaces. Me recibió con una amable sonrisa y con voz muy bajita (hablaba casi susurrando) me dijo : “Usted debe ser el nuevo profesor… bienvenido… me han dicho que le apasiona la Astronomía igual que a mí, espero aprender mucho de usted”.
No recuerdo lo que le respondí pero algo sorprendente me dejó paralizado : En la pared del tópico estaba pegado un enorme mapa del cielo que mostraba las 88 Constelaciones de ambos hemisferios y muchísimas estrellas. Mi pregunta fue inmediata: ¿De dónde lo obtuvo? Y muy tranquilamente respondió : Yo lo hice!
Ahí mismo me di cuenta que el alumno iba a ser yo pues me encontraba no solo ante un gran aficionado sino ante una enciclopedia galáctica viviente.
Los siguientes 7 u 8 años que estuvo en Urubamba se convirtió en mi profesor particular de Astronomía y mi mejor amigo. No sé cuánto aprendí de él, no sé cuánto aprendimos juntos, pero fueron los años más interesantes en mis aventuras cósmicas.
Los Hermanos de La Salle (excelentes personas y hombres muy cultos además) recibían mensualmente publicaciones de ciencia y cultura de muchos lugares del mundo y en muchos idiomas, el “hermanito Andrés” se encargaba de prestármelos para “estar al día”. A veces cuando el artículo estaba en otro idioma leía y me traducía en directo con tal facilidad que parecía que estuviera en castellano. Olvidaba, este religioso era también políglota.

Redibujamos el mapa del cielo haciendo actualizaciones, hicimos muchas observaciones con el telescopio, dibujamos manchas solares, cráteres lunares, conversábamos ampliamente sobre temas de cosmología, cosmogonía, astronomía descriptiva, etc. y yo sentía que cada vez que sabíamos más comprendíamos menos a este gran Universo. Ese fue uno de los productos de su amistad : Maravillarme del conocimiento humano y quedar empequeñecido ante la vastedad y complejidad del Universo, sus leyes y sus componentes. “Nada somos frente a la obra de Dios” decía siempre y pienso que no estaba equivocado.

Fue triste su despedida porque no quería irse de Urubamba. La superioridad lo ordenaba y él solo debía acatar esas decisiones. Antes de irse me dijo : “Profesor, en Lima no hay cielo para observar, todo es gris, no podré contemplar las estrellas y tendré que olvidarme de ellas” Diciendo esto me regalo su Atlas más preciado : El “Atlas of the Heavens” SKALNATE PLESO 1950.0 de A. Becvar ( Un Atlas del cielo en 16 láminas y que muestras estrellas hasta la magnitud 7.5) recomendándome seguir observando las maravillas del cielo.

El 13 de Mayo de 1992 se fue al cielo. Hombres santos como él tienen ese gran destino.
Me enteré de su muerte algunos años después gracias a otro religioso amigo. Dicen que no respondía a mis cartas porque una dolorosa y prolongada enfermedad se lo impedía.
Hoy quise hacerle este homenaje porque siempre vivirá en mí el recuerdo de este maravilloso confidente galáctico. Solo que queda decirle a Dios: “Gracias Señor por haberme obsequiado la amistad de un Ser tan sabio, espiritual y sencillo".
Y como una promesa con él, nunca he dejado de observar y lo seguiré haciendo hasta cuando Dios lo disponga.